29.¡¿Talia?! ¡Natalia!

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-La Doña no tiene familia y si....
-¡Mamá! - exclamé mirando por encima de su hombro como si ella estuviese ahí.

Él se dio la vuelta como lo había pensado y le disparé con el tranquilizante.

Luego, subí las escaleras a la segunda planta, una de las puertas estaba entreabierta. Así que la empujé con cuidado y entré.

Apenas y había puesto un pie dentro, la Doña me estaba apuntando con su arma.
Espera....

-¡¿Talia?! ¡Natalia!- no me podía creer lo que mis ojos veían.

Entonces con el corazón en la mano y los ojos con lágrimas me quité el pasamontañas.

-¡¿Pau?!- exclamó - ¿Qué haces aquí  y así?
-Entonces siempre fuiste tú - le escupí dolida.
-Yo....te lo puedo explicar, hija yo...
-¡No! No me llames hija, siempre me has mentido. Tuviste varias oportunidades para decírmelo pero no lo hiciste.
-¡No podía! Te matarían, ya estarías muerta sino fuese porque yo siempre te he protegido, te vigilé  de cerca y siempre estuve al pendiente de ti.
-Como guardaespaldas no como madre- le espeté.
-No podía ser tu madre aunque quisiera. Era y sigo siendo un peligro para ti- se excusó.
- ¿Y para Alex? ¿No eras un peligro? ¿A caso me vas a negar que con él sí que fuiste una madre?
-No, no te lo voy a negar. Pero Alex estaba entrenado, estaba preparado para entrar en este mundo y hasta el momento se las ha ingeniado para sobrevivir. ¡Pero contigo fue diferente!

Después  de que los chicos interrumpieran mi discusión con Natalia y que les pidiera que se quedaran en la primera planta mientras yo hablara con mi madre, nos sentamos en su habitación.

-Quiero que me cuentes toda la historia, de la "A" a la "Z" con la pura verdad y sin omitir detalles. - exigí.
-De acuerdo....-No terminó de confirmarlo ya que el teléfono que tenía al lado de la cama, comenzó a sonar.
Natalia descolgó el teléfono.

-Diga..-me miró fulminante- está conmigo en mi casa. Eh....sí ....claro....os espero.

-¿Quién era? - le pregunté cuando colgó.
-Tu padre y tu hermano vienen en camino . Ve a descansar tú  y tus amigos. Ellos llegarán en unas horas.
-De acuerdo - le contesté de mala gana y me levanté del sofá para salir de su cuarto y luego bajar las escaleras.
-Chicos - los encontré sentados cada uno en un sofá - mi padre y mi hermano llegarán en unas horas. Si queréis quedaros aquí conmigo está bien y si queréis ir al apartamento, no hay inconveniente.
-¿Me estás diciendo que nos dejan ir sin ningún rasguño después de haber atacado la casa de una de las mafiosas más temidas de toda Italia?- Exclamó Demián.
-Sí, eso mismo estoy diciendo - le confirmé.

-Bueno...yo me quedo - interrumpió Gael.
-Nosotros nos vamos, creo que lo que pasará después será familiar y personal. - dijo Bruno.

Después de pagarles a los chicos por sus servicios se fueron.




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Buenas nocheeeeeeees!!!
¿Cómo están  ustedes?

Bueno...
Como dice el dicho;
Lo prometido es deuda. Aquí tienen otro capítulo.

Descubriendo mi otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora