Capítulo 9

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Pasos fuertes se escuchaban, y hombres vestidos de negro se apresuraban a asegurar el área. Eleazar había sido citado en una finca esa noche, noticia que le llegó de ultima hora, luego que su familia se fuera.

—No sabía que ahora hacías reuniones exprés —sonreía al ver a Mouro.

Mouro era un hombre de unos cuarenta años. Sus brazos estaban completamente tatuados.

—Bájele a su risa, y mejor dígame en dónde está la mercancía.

—Abajo, en el carro.

—¿Es de la buena?

—Sería mejor que baje y la vea.

—Ahorita mismo. Pero antes una pregunta.

—¿Cuál?

—¿Cómo se llama la novia de ahora?

—¿Qué novia? —preguntó Eleazar tragando un poco de saliva.

—¡Vamos Bustillo! Tiene que ser una vieja, de otra difícilmente hubiera aceptado darme la mercancía.

—Fue un trato para que no me den problemas al estar en la ciudad. No para dar explicaciones.

—Está bien, relax.

Mouro no tenía la buena planta de amigos que tenía Eleazar, y por suerte solamente lo conocía como "Bustillo" el alias que siempre usaba. Por ser su apellido, nadie ponía cuidado en saber su nombre.

—¿Queda todo listo? —preguntó Eleazar, luego que los hombres de Mouro bajaron la mercancía.

—Listo, y no quiero juegos sucios.

—No los habrá, ya sabe cuál es el trato.

—¿Enserio, usted solamente quiere el camino libre para estar en la ciudad?

—Ya lo dije.

—De acuerdo, mis hombres lo van a llevar de regreso a la carretera.

Mouro se refería a que la forma de haber llegado era que sus hombres lo estaban esperando en un cruce de carretera, en dónde tomaron el control de todo, y los encapucharon.

En el desierto las cosas parecían fáciles, y parecía más bien un festival, en vez de ser un evento bien organizado pero clandestino. El jueves se había llegado y por ello era Layo el que se estaba preparando para su carrera.

—¿Listo? —preguntaba Leo, no se veía muy seguro.

—¿Qué pasa? —preguntó Layo.

Conocía a la perfección a su hermano.

—Necesito correr yo.

—¿Qué dices? Sabes que lo harás mañana.

—Necesito hacerlo ahora.

—¿Por qué?

—Necesito hacerlo ahora ­—volvió a agregar, manteniendo su tono fuerte.

—No es parte del plan.

—Mañana tengo que estar en la ciudad, así que necesito hacerlo hoy, si quieres que participe.

—¿Entiendes lo que estás diciendo?

—No creo que haya variante en cambiar de plan.

—Sí lo hay, cuando es algo que ya habíamos hablado. Sabes que en este grupo no hay espacios para los cambios de ultimo minuto.

—De acuerdo —dijo dándose la vuelta.

—¿A dónde crees que vas? ­—preguntó Layo.

Estaba furioso.

Huracán ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora