Capítulo 42

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—Suelta ese Beeper ahorita mismo o te lleno la cabeza de plomo —decía Eleazar colocando su arma en la cabeza de ella.

Sé quedó fría, por lo que él aprovechó a quitarle el aparato.

—Saliste bien barbarita, Barbara. ¿A quién le pasas información?

—Se supone que ya sabes ¿No?

—Hice una pregunta que merece una buena respuesta.

—Si me vas a matar hazlo de una vez.

—Para tu mala suerte me gusta jugar al gato y al ratón —sonrió.

—Igual Leonardo y la mosca muerta de Emily ya están muertos.

—Llévame con el Gavilán.

—Te gusta el peligro Pájaro.

—Ese no es asunto tuyo.

—No, no tengo porque llevarte.

—Es el culpable de la muerte de tu hijo, ¿No piensas vengarte?

—Ustedes fueron los culpables.

—Te gusta jugar a la mustia. Bien, juguemos —dijo, cerrando la puerta.

—Justo lo dice el que los tiene engañados a todos. O ¿Acaso ya les contaste que está vez para ayudarnos, no fue la primera vez que exportas y por eso el Gavilán está detrás de ti? Tienes tantos secretos Eleazar que no puedes juzgarme.

—Aun así, jamás los he traicionado como tú. Crees que no sé qué fuiste tú la culpable de la muerte de Bryan.

—Entonces si lo sabes ¿Por qué no lo has dicho?

—Porque Bryan ya está muerto, decirlo no soluciona nada y recién me entero.

—No me hagas reír, no lo dices porque de decirlo tendrías que aceptar que tenías forma de comunicarte con nosotros y nunca lo hiciste.

—Aun así, no los he traicionado.

—¡No! Sólo engañarlos.

—¿Ya te distes cuenta que digas lo que digas no cambias la clase de persona que eres? tu hijo se murió Barbarita y fue tu culpa.

—Mi intención nunca fue esa.

—¿No? Mataste al padre del niño.

—¿De qué hablas?

—¡Vamos Barbara! ¿Por qué otra razón lo harías? Bryan era el que menos se metía en problemas y hay que pensar solo un poco para saber el por qué lo hiciste, y luego te decidiste de tu hijo para evitar que Leo se diera cuenta.

Eleazar buscaba tocar su herida y lo logró.

—El plan nunca fue ese, yo quería entregarte a ti con el Gavilán a cambio de protección, pero el muy tonto de Bryan comenzó a dar problemas, se enteró de mi plan y tuve que hacerlo. No deseaba que esto pasara, pensé que Gavilán se tardaría menos y no que nos atacaría estando aquí.

—Esa es la diferencia entre tú y yo Barbara, piensas y analizas poco, antes de actuar.

—Da igual, en unas horas todo habrá acabado.

—Para ti tal vez.

—Admito que eres muy inteligente, pero dudo que esta vez ganes.

—¿En dónde está?

Eleazar no se podía preocupar por Emily y Leo, no podía ir a buscarlos porque eso significaba entregarse.

—No puedes hacer nada Eleazar, lo siento —sonrió.

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