Huracán ✔️

Capítulo 44

Eleazar sabía que debía arreglar las cosas con Emily, por más que le doliera hacerlo y ver su mirada de decepción; tenía que enfrentarse a las consecuencias de ciertas mentiras y verdades ocultas que nunca se atrevió a decir.

—Emily debemos habar —dijo seriamente.

Ella estaba con su mamá.

—Mi hija no tiene nada que hablar con usted —agregó doña Bianca.

—Perdone suegrita, pero este es un asunto entre mi esposa y yo.

—¿Su esposa? —preguntó atónita—, ¿Te casaste con este cretino? —cuestionó a Emily.

—Sí, pero... ¿Por qué le dices cretino?

—Porque es un mentiroso, él está casado con Mariza; ella me lo dijo.

—Lo estuve señora, pero es algo que debo explicarle únicamente a su hija.

—Seguramente le llenará la cabeza de mentiras.

—Créame que seré completamente sincero esta vez.

—¿Sincero? ¡Ojalá esté hablando enserio!

—¿Por qué lo dices con ese tono? —preguntó Emily.

Estaba muy sorprendida por el timbre de voz de su mamá.

—Pregúntaselo a tú maridito, porque estoy segura de que si supieras todo lo que ha hecho, difícilmente habrías vuelto con él; mucho menos casarte.

—Habla claro mamá, sabes que nunca me ha gustado que te vayas por las ramas.

—Que este hombre es el culpable de que tú papá se haya involucrado en esos negocios tan feos, con ese tal Mouro.

—¡No lo puedo creer! —exclamó Emily.

—Yo quería denunciarlos a todos, pero no me dejaron, quería escapar y salvarnos a todos, pero fue tan canijo que me llevó lejos.

—Usted sabe por qué lo hice señora, usted cree que iba a salvar a su familia, pero más bien, iba a hacer que los mataran —interrumpió Eleazar.

Doña Bianca se quedó callada.

—Pero entonces tú también me mentiste mamá, me ocultaste todo eso ¡Ay, por favor! ¡¿Qué es esto?!

Emily estaba en shock.

—No te lo podía decir hija.

—Seguramente, nadie podía decir nada. Pero sí lloraste y lloraste por que mi papá te engañó ¿Eso fue verdad o mentira?

Su rostro era de decepción.

—Tú papá sí me engañó, el muy descarado a pesar que lo apoyé en todo eso que nunca estuve de acuerdo, me engañó.

—¿Algo más que necesite saber?

—No.

—Déjame hablar con Eleazar entonces —pidió.

A doña Bianca no le quedó de otra que hacer caso y dejarlos solos. Hubiese querido explicar cada detalle, pero Emily no le dio oportunidad.

—Bien, hay un papel que dice que eres mi esposo, cosa que ya ni sé si es verdad, pero quiero escucharte. Pero eso sí, esta vez quiero que me digas todo y que no quede ninguna sorpresa para enterarme después.

—Emily yo...

Se acercó Eleazar.

—No te acerques, y mejor comienza a hablar antes de que me arrepienta.