Capítulo 22

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En lo que Layo y Leo fueron al campamento por las cosas necesarias para arreglar la máquina, las chicas comenzaron a revisar más detenidamente las cajas que Emily había encontrado, así mismo abrieron la puerta con ayuda de Brayan, y por suerte, no solamente encontraron zapatos, como lo sospechó Em. Si no que también, varias cosas importantes que les iban a ser de mucha ayuda, tales como: linternas, algunas cobijas, sillas plásticas y un sofá el cuál estaba dañado, pero era mejor al suelo que tenían.

Em se quedó con los archivos de propiedades que había encontrado la noche anterior, pensó en que era buena idea el revisar y así tener toda la información posible sobre el lugar en el que estaban.

—¿Encontraron algo? —preguntaba Layo.

Recién habían regresado con las herramientas.

—Muchas cosas —respondió Lara—. La pregunta ahora es ¿Qué es lo que vamos a hacer? ¿Nos quedamos aquí o regresamos al campamento?

—Perdón que me meta, no me lo están preguntando, pero considero que es mejor quedarnos en el campamento, allá están los cables que me permiten entrar al circuito y acá no he visto ninguno por ningún lado —agregó Brayan.

Tony respaldó su comentario, al igual que Barbara.

Emily permanecía callada. No le era agradable ninguno de los dos lugares, pero el ver a Leo le confortaba y le hacía simplemente sentirse más cómoda con la situación.

Conforme los días pasaban todo comenzaba a tener una forma de hogar; todos aportaban con ideas y eso hacía que el lugar se volviera más agradable para todos. La maquina les había servido tal y como habían dicho para hacer un tipo camino desde la bodega hasta el campamento, y con ayuda de Brayan pensaban en hacer un tipo circuito para que a Emily se le hiciera más fácil el aprender a lidiar con la velocidad.

—Está a una hora de aquí quizás. No hay cámaras y eso es bueno —respondía Tony.

Layo y Leo estaban interesados en ir a un pueblo por gasolina y alimentos, así como algunas cosas que eran necesarias y aún les faltaban.

—Podemos ir mañana —sugirió Lara—. No es bueno que vayan ustedes, es mejor que podamos ir Barbara y yo. En eso ustedes terminan de arreglar el baño —rió.

Habían estado trabajando en un lugar más privado cerca de la cascada para poderse bañar.

—Sí van por favor traigan algo de shampoo, acondicionador, toallas y crema para todo el cuerpo por favor —pidió Em.

Se veía un poco desesperada.

—¿Quieres ropa también? —preguntó Barbara con sarcasmo.

—En realidad no estaría mal, por el momento tengo únicamente dos mudadas completas y creo que se están desgastando. Y aprovechando que lo mencionas me encantaría que me trajeras unas calcetas para verme menos mal con estos zapatos —sonrió.

Entendió el sarcasmo de Barbara, pero de cierta forma fue oportuno, para poder pedir más cosas sin que los demás la vieran raro.

—Lo de la ropa es buena idea —dijo Tony—. Si no me cambió esto, en unos cuantos días comenzaré a oler a chivo, también traigan unos cuantos desodorantes.

Lara comenzó a anotar todo lo que consideraban era necesario. Sabían que no podían estar saliendo mucho, pero en los casi veinte días que llevaban en aquel lugar, eran muchas las cosas que necesitaban para sentirse más cómodos de lo que estaban. Habían quedado que si mucho irían una vez al mes a hacer compras y por ello no podían darse el gusto de no olvidar algo.

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