Capítulo 35

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—Pensé que estabas bañándote —decía Emily al ver a Eleazar.

—Sí, eso creí, pero mi mamá me acaba de llamar, justo vengo a avisarte sobre eso.

—¿Qué sucede? —preguntó ella desde la piscina.

—Quiere venir para acá desde mañana y así ayudar con los preparativos.

—Me parece muy bien, no creo que pudiera hacerlo sola.

—¿Hablas enserio?

Él se veía sorprendido.

—Sí, es mi suegra ¿No? Además, mi mamá no está y creo que será lindo tenerla cerca.

—Bien, lo malo es que viene mi cuñada también. ¡Esas mujeres están locas!

—No creo que lo estén más que yo.

—Eso no, no creo que pueda haber alguien más loca que tú.

Emily se carcajeo, él solamente sonrío.

—¿Vas a quedarte allí parado?

—No, iré a bañarme.

—¿Por qué mejor no nadas conmigo en la piscina? Creo que será la única noche en la que estemos a solas antes de la boda. Y justo sospecho que por eso mismo es que tu mamá viene para acá, debe ser muy tradicional.

—Algo así —divagó Eleazar.

—Y entonces, ¿Nadas conmigo?

—No estoy listo —señaló su ropa.

—Está bien, pero antes dame un beso —sonrió con picardía y se acercó a la orilla.

Eleazar se agachó y en el momento que la besó, ella se aprovechó y sujetándolo de la corbata haló con fuerza y lo hizo caer a la piscina.

—¡Por poco me ahorcas! —exclamó con risa.

—Lo siento, pero no quería nadar sola —respondió y acercándose más lo besó.

El momento en el que Eleazar limpió el agua de su rostro le recordó la ocasión en la que nadó con Leo en la poza, pero era claro que Leo resaltaba un hermoso recuerdo; pero ahora, Eleazar era su presente y ella se sentía feliz con ello.

—Te amo Eleazar, te amo —dijo y lo abrazó con fuerza.

—Te amo más Emily, te amo más de lo que puedes imaginar.

Pasaron buen tiempo en la piscina, a Eleazar no le quedó de otra que desvestirse prácticamente dentro de la piscina y pedirle a una de las empleadas que le llevara un bañador. Fueron muchas risas en aquel momento, él la enamoraba a cada momento e instante, le hacía sentir como una niña inocente algo que había dejado de ser hace mucho tiempo.

—Sé que estamos pasando un hermoso momento, pero... ¿Quiero hacerte una pregunta?

—Dime —respondió él.

—¿A dónde llevó lagarto a Maya?

—¿Recuerdas el calabozo en el que estuviste?

—Sí, ¿La llevó allí?

—Exacto, no puedo arriesgarme a que todo sea una trampa de Mouro, eso pondría en peligro a todos y mi trabajo desde siempre ha sido estar adelante de las situaciones.

—¿Crees que tenga algo contra Mouro?

—No, pero si estoy seguro que su interés por buscar a Leonardo Burgo es grande y difícilmente va a descansar hasta que lo encuentre.

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