Emily
Nunca imaginé estar en este punto, sentirme tan decepcionada de mi padre, sin ninguna idea de qué ha pasado con mi madre, y dudando principalmente de mi hermano. Estoy tan furiosa, qué en este momento no sé si llorar, reírme, gritar o golpear a la nueva mujer de mi papá que es claro se siente la dueña y señora de la casa de mi madre.
He luchado tanto por lo que tengo, o bueno, lo que tenía, ya que en este momento sólo queda polvo.
«Ya no aguanto estos zapatos» pienso.
Estoy caminando como si fuera un soldado directo al auto en donde Leo está. No deseo que me vea así; lo que está sucediendo no tiene nada que ver con él o los problemas que tiene, y me molesta pensar que no soy o tengo la vida perfecta que quizás él piensa. Claro que sabe que mi padre no está en cosas buenas, pero de eso a que haya un narcotraficante dispuesto a quemar lo poco que tengo, es una línea muy grande.
Quizás estoy tan confundida, pero eso no quita lo molesta que estoy.
—¿Cómo te fue?
—Horrible.
Respondo, sin perder el aliento; Leo se ve preocupado, pero no deseo añadir más problemas.
¡Rayos! En verdad no sé que hacer, qué sentir, o qué decir.
—Emily, yo...
—Sólo esto Leo, sólo me queda esto —digo.
Señalo mi ropa, mi bolso y mi celular. Es lo único que me queda.
—No sé cómo lo vayas a tomar, pero es necesario que volvamos al edificio.
—¿De qué hablas?
—Es claro que lo de tú apartamento no fue casualidad; Emily, esto puede ser un aviso, y Mouro está cerca.
—¿De qué hablas? —volví a preguntar.
—De que pudo haber sido Mouro. Quizás, la información ya llegó a su mesa y quiso deshacerse de ti.
Siento el impulso de decirle que no es nada de lo que está pesando, y más bien un tonto que aún no sé porque lo hizo, pero un mensaje detiene mi intención.
—Es mi amigo Dany —agrego, luego de leer el mensaje—. Tengo que ir al hospital a verlo.
—Emily no creo que sea el momento.
—Pensándolo bien, hoy es el único momento. No sabemos que vaya a pasar más adelante.
—Yo... en verdad me siento muy mal por lo que está sucediendo.
—No es tú culpa, ya lo dije.
—¿Cómo lo sabes? ¿Quién más pudo haber hecho algo así?
—No lo sé Leo, pero no te culpes por eso. No cuando anoche fue especial.
—Bien, entonces vamos al hospital.
—No —agregó en seco.
Me doy cuenta de que el tono que usé es de malestar.
—¿Cómo?
—Si es ese tal Mouro, preferiría te vayas al edificio. Yo me quedo, voy al hospital. Igual el auto no está a mi nombre aún, el hospital al que voy justo está cerca de la oficina de la policía, y habrá muchas chamarás. Tampoco deseo nos pongamos más en peligro.
—Entonces esa es una razón mucho más grande; como para no dejarte ir.
—Leo, no puedo irme, sin antes ver a mi amigo.
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Huracán ✔️
ActionEmily Preston es una joven con muchos sueños; lucha para poder lograrlos día con día, para ello todas sus actividades se rigen por lo escrito en su calendario, el cual le indica desde sus compromisos hasta el atuendo que deberá usar en el día. Su m...