Eleazar estaba muy tranquilo en su apartamento de la ciudad; recién acababa de hablar con Lizardo, sobre algunos negocios que tenían y sobre la ayuda para la fiesta del pueblo en la que contribuía, por lo que saber que todo marchaba bien le daba un poco de sosiego.
Había optado por beber jugo de naranja, ya que no era muy amigo del trago y menos en ese momento que sabia que no podía cruzarse de brazos y pretender que todo seguiría tranquilo, mientras Mouro estuviera en las calles. Por lo que su vaso con jugo de naranja y un poco de música era lo ideal para el momento.
—Perdón que lo interrumpa —dijo Lagarto.
Entró con prisa, por lo que ni siquiera tocó la puerta.
—¿Qué sucedió?
Por todos los años que Eleazar llevaba trabajando con él era claro que algo importante estaba sucediendo.
—La informante de la policía acaba de llamar, Mouro ya sabe en dónde está la señorita Emily, y envío policías con la orden de llevarle a quienes encuentren en el lugar, vivos o muertos.
Eleazar se quedó atónito con la noticia.
—Dígales a los hombres que se preparen, nos vamos para allá ahora mismo Lagarto, ahora mismo —dijo—. Solamente hay que tener cuidado con no armar mucho alboroto.
Se levantó, tomó sus dos pistolas, algunas municiones y estuvo listo para irse.
Ni Emily o Neco sospechaban del peligro que estaban corriendo en ese momento. Aunque era normal, ninguno de los dos imaginó que el hombre que había intentado entrar era policía y que todo se había debido a la intención de averiguar si Emily estaba allí.
—Cuéntame más de ella.
—No tengo mucho que contarte Em, más de lo que ya te dije.
—Bien, al menos dime cómo se llama.
—Liliana.
—Tiene un bonito nombre.
—Sí, eso creo.
—Lamento preguntar.
—Está bien, es sólo que... a veces desearía tenerla conmigo. Me es difícil pensar que fui el único que se enamoró. Y tengo tan mala suerte que la otra chica que conocí y me gustó, es la novia de Leonardo —sonrió.
Emily se quedó callada.
—No lo dije para que te sientas mal.
—Perdón, es que... no suelo estar acostumbrada a...
—Tranquila —volvió a sonreír.
«Estamos llegando» se escuchó por los altavoces.
Era la voz de Layo.
Por lo que cualquier conversación que tuviera con Emily pasó a segundo plano, y comenzó a darles indicaciones sobre las áreas que estaban despejadas.
También recibió noticias de Barbara y Tony que habían ido juntos, ya llevaba dos cámaras colocadas, y necesitaban que Neco las activara e indicara si estaban funcionando. Era mucho trabajo y un momento de tensión, pero en efecto, las cámaras funcionaban perfectamente.
«Mucho cuidado siempre, por favor» pidió acercándose al micrófono.
Sabía que, en ese momento, por mucho que él hiciera desde allí, cualquier cosa podría pasar.
La tensión crecía, cada vez más.
Eladio, Lara, Bruno y Leonardo habían logrado llegar a la bodega, y no había mucha gente cerca por lo que eso hacía que todo se facilitara, tan solo estaba esperando algunos minutos en lo que Barba y Tony se les integraba y así poder entrar y hacer el trabajo lo más rápido posible.
ESTÁS LEYENDO
Huracán ✔️
ActionEmily Preston es una joven con muchos sueños; lucha para poder lograrlos día con día, para ello todas sus actividades se rigen por lo escrito en su calendario, el cual le indica desde sus compromisos hasta el atuendo que deberá usar en el día. Su m...