—Lo siento— murmuro. Agarro sus manos —¿puedo saber cómo fue?
Asiente. Respira profundo antes de responder.
—Yo… tenía seis años y él veinte, una noche esa misma feria vino a la ciudad, yo estaba ansioso por ir pero mis padres no tenían tiempo y mi hermano me llevó. Él se montaba conmigo en todos lo juegos que yo quería excepto en los que el no podia. Cuando estabamos en la salida llega un tipo armado, le dispara en el pecho y se va. Él… muere instantáneamente— dice con la voz entrecortada, aprieta mis manos mientras hago lo mismo, sorbe por la nariz y sigue hablando —. Los que escucharon el disparo acudieron inmediatamente hacia donde yo estaba, hayaron el teléfono de mi hermano y así llamaron a mis padres. El asesino huyó, dijeron que harían todo lo posible por encontrarlo pero solo eran palabras para que nos calmaramos, nunca encontraron al hijo de pu´ta y dijeron que se había suicidado. Pero yo nunca lo creí así.
Ubica su mirada y me mira; tiene los ojos cristalizados. En verdad es un trauma muy fuerte para un niño de apenas seis años, cualquier persona quedaría traumada de por vida al ver a un ser querido morir de esa forma.
—¿Es por eso que entraste al FBI?
—Si. Para encontrar al maldito ese. Pero tambien lo hice porque en realidad me gusta.
Suelto sus manos y paso mis pulgares por sus ojos para limpiar sus lagrimas, deslizo mi mano por su rostro para limpiar la que había caído.
—Ya no llores ¿si? No me gusta verte así.
—¿Puedo besarte?— murmura, mirandome fijamente.
Sus ojos se ven apagados y él vulnerable. La persona odiosa, arrogante, egoista, engreida… no estaba, ahora solo veía al verdadero Niall.
Se me apretujaba el corazón de solo verlo así. Él mantenía una coraza para ocultar de los demas lo vulnerable que puede llegar a ser. Todos ven al policia fuerte e insensible cuando está en horario laboral; Liam tenía razón: una vez que te esfuerzas por conocer más a Niall podía llegar a ser una persona amable e incluso agradable y mostrar su verdadera personalidad.
Al ver que no me muevo se acerca a mi y une su frente con la mia, en ningun momento deja de mirarme.
—Por favor— pide y asiento.
Pega su boca delicadamente con la mia, ambos disfrutamos el momento.
Los labios de Niall me han gustado desde la primera vez que me besó; aunque le hubiera pegado por su atrevimiento, me gustó. Comienza a mover los labios lentamente y ladea su rostro, yo me dispongo solo a mover mis labios.
Niall se impulsa hacia alante bruscamente, hundiendo más su boca en la mia, yo me retiro.
—¡Tampoco te pases!— regaño.
—Yo no fui— dice confundido.
Limpia rápidamente el resto de lagrimas que hayan quedado y se voltea.
—¡Perdón!— grita un chico corriendo hacia nosotros y luego pasando de largo a buscar el balon que había golpeado la cabeza de Niall.
Él pasa la mano por detras de su cabeza para sobarse la zona golpeada.
—Más nunca te voy a besar.
—¿Por qué?— cuestiono, haciéndome la ofendida.
—La primera vez que lo hice me dejaste la mejilla roja y ahora me va a doler la cabeza por un tiempo— deja de sobarse—. Me das mala suerte— bromea. Golpeo levemente su brazo.
—Si no fuera por mí no te estarían pagando. Es tu trabajo protegerme.
—Temporalmente.
—Igual lo haces— agrego.