—Disculpa— le digo a Monica cuando mi telefono comienza a sonar. Me alejo al ver el nombre de él en la pantalla.
—Dime.
—Mila llegaba con esas sumas de dinero porque ella si hacía las apuestas que te había comentado. Tampoco estaba sola en eso. Tenia a tres o cuatro muchachos con ella; ella hacia esos billetes falsos…— lo interrumpo.
—Niall, no es por ser odiosa como siempre pero estoy trabajando. ¿Te parece si cuando salga vamos por ahí y me cuentas mejor?
—Ok. Estoy alla a las siete puntual.
—Tampoco exageres.
—Mejor te digo algo por telefono porque si te lo digo en la noche sé que me matarás inmediatamente.
—¿Qué cosa?
—Mila iba en el yate donde estuvo Mike, en la noche te explico mejor eso. La cosa es que Mila escapó de nuevo— dice con temor la ultima frase —¿No diras nada?— pregunta con el mismo tono al oir que no digo nada.
—Si te lo digo ahora no te lo diré en persona y no será lo mismo.
—Pero será mas leve tu regaño.
—Ay Niall Horan, otra escapada mas y no viviras para atraparla. El que lo hara será Mike.
—Qué mala eres.
—Algo tengo que decirte para que lo hagas de una vez por todas…. Ahora, necesito colgar.
—Te veo a las siete.
—Adios.
Corto la llamada.
(...)
—Me duelen los pies— se queja Monica al cerrar la libreria.
Fue una tarde muy ajetrada para ambas, la tienda habia estado hasta el tope durante gran parte de la tarde, manteniéndonos a ambas para todas partes.
—¿Qué maña tiene la gente de venir cuando esto ya está cerrado?— pregunta mirando a otra parte. Sigo su mirada hacia una chica que lleva unos lentes de sol, tiene la cabeza gacha haciendo parecer que mira los libros del la vitrina que los expone a la vista de los peatones. Su capucha gris hace que sea casi imposible distinguir su cabello, las manos metidas en los bolsillos de la chaqueta impiden aun mas ver bien su piel.
Me remuevo ante un escalofrío que recorre mi cuerpo, la incomodidad se hace presente y ruego profundamente porque Niall llegue pronto.
—No creo que sea un cliente normal— murmuro lo suficientemente alto como para que Monica me escuche —¿Cerraste la puerta con seguro?— pregunto temerosa, volviendo a mirarla.
—No— responde. Mie'rda —. Nunca lo hago hasta que me voy, solo coloco el letrero de cerrado. ¿Por qué preguntas?
—¿Puedes ir lo mas disimuladamente que puedas y colocarle llave a la puerta? Por favor.
—¿Está… bien?— se levanta y hago lo que le pido, sigilosamente gira la llave en la cerradura.
Vuelve a sentarse donde estaba, su mirada hacia mi cambia al notar que estoy tensa, nerviosa e inquieta.
—¿Qué te sucede?
—Mila— susurro lo mas bajo que puedo.
—¿Qué tiene Mi…?— mira de nuevo a la ventana y luego me mira a mi, su mirada vuelve a transformarse a una similar a la mia —¿No me digas que esa chica que esta ahí parada delante de nosotras en este preciso momento es ella?— asiento con miedo.