Esperanza

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Una vez alguien le dijo a Alguien que si deseabas algo con la suficiente intensidad ese algo se cumpliría, solo tenías que visualizarte en la situación, así que, después de intentarlo todo, probó aquel consejo.

Seis meses después de no estar junto al amor de su vida, se visualizó como si Todo volviera.

Y casi parecía real, casi.

Alguien bajaba las escaleras de su casa para ir a comprar lo que su madre le había pedido, y antes de tocar el suelo vió como el mismo chico que hacía demasiado tiempo que no veía estaba allí parado con una rosa amarilla en mano, con una nota que no alcanzaba a leer.

Caminó lentamente hasta abrir la puerta y observar insegura a Todo.

—¿Qué haces aquí? —Le dijo sin entender nada. Hacia semanas que no le veía y su pelo había crecido lo suficiente como para recordar el primer día que le conoció.

Todo no contestó, se limitó a entregarle la rosa y la nota y sonrió.

De nuevo con su característica sonrisa de "no sabes nada de mí. " Y que razón.

Alguien no se lo podía creer, tal vez no se lo podía creer ya que eso nunca llegaría a pasar, pero imaginaba que en la nota explicaba el por qué nunca llegó a luchar por ella cuando se fue, incluso sintiendo todavía lo que sentía por ella, incluso después de haber tenido otra pareja.

Imaginaba que en la nota ponía lo mucho que le había echado de menos y lo cobarde que había sido por no haber vuelto con Ella cuando se lo pidió. Por no haber luchado ninguna vez, y por dejar ir ese tren que, en este caso, era la tercera vez que pasaba.

Alguien suspiró al abrir los ojos y darse cuenta que nada de eso iba a suceder por mucho que lo pensara, por mucho que planificara cada movimiento, cada detalle, cada sonrisa. Nada ocurriría, porque Todo no era el típico chico, Todo no necesitaba a Nadie, si no a otro Todo.

La otro Todo se llamaba. Solo la necesitaba a Ella, y eso hacía enfermar a Alguien de una manera que nunca se podría haber imaginado que se podía enfermar.

«Y ella creía que nadie podía sentir lo que ella estaba sintiendo en ese momento.

Porque, después de todo, seguía siendo su muro. »

Él no sentía lo mismo, y tampoco era justo echarle la culpa. El único problema era que no entendía que después de todo lo que habían pasado, después de todo el futuro que habían planeado, lo que no estaba planificado era que Alguien no estaría en la vida de Todo.

Alguien insistía en que volvería, pero la esperanza se agotaba cuando pasaban los días sin un mensaje suyo.

Y por mucho que quisiera pasar página, Todo era su libro, no quería otro diferente. Solo quería leer su vida, solo quería que Él fuera el protagonista.

Y después de seis meses, Alguien se dió cuenta que quien no luchaba por tí no te quería en su vida. Y había veces que había que rendirse por muy doloroso que fuera.

Así que Alguien se tumbó con música que preferiría no escuchar y simplemente esperó. Esperó que su esperanza se agotara, como si aquello fuera posible.

Historia que técnicamente no es una historia pero que podría serlo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora