Historia que técnicamente no es una historia pero que podría serlo

«No te vayas nunca más»

Te echo de menos yaya
no hace ni un mes que una parte de tí se fue
y no sé como la vas a recuperar,
o si la vas a recuperar.

Empecé a echarte de menos en el momento que llegué a casa ese veintiseis de septiembre
y la mama me miró con esos ojos tristes
que dicen todo sin hablar.

Al principio fue extraño,
como que quise llorar un mar entero
pero se quedó en charco.

Cuando fui a verte al hospital
me ahogué en un océano.
Y al ver tus ojitos medio cerrados
intentando que te doliera menos
lo que sea que te doliese
suspiré dejando salir la frustración.

Algo se removió en mí
cuando casi pronunciaste mi nombre.
Digo casi porque tal vez lo único que escuchaba
era el fantasma de la esperanza.

La primera vez que parecía que me reconocías
te lloré más que la distancia que hay
desde Barcelona a Japon.
No sé si por alegría o por tristeza.
Supongo que era una mezcla
de ambas emociones.

Al cabo de unas semanas decidí no verte.
No verte.
Porque cada vez que veía tus pupilas buscándome por la habitación mi alma caía
en un pozo demasiado profundo como para salir intacta sin cuerda ni fuerza.

Solo acaba de empezar esta angustia
y ya sé que durara toda la vida.

He empezado a echarte de menos demasiado pronto y no existen años suficientes
para dejar de hacerlo.

Los para siempre son mentira
pero no hay nada más real que este:
Te prometo que te querré para siempre.

Nunca te voy a abrazar de nuevo
ni decirte lo guapa que eres;
así sin maquillar y con tu pelo azul a trozos.

Bueno si lo voy a hacer,
lo hago,
pero no es lo mismo
e incluso tú
que estás, que no estás
lo notas.

Quiero sentir tu calor,
tu luz
y lo único que alcalzo a ver entre todo
este humo es
dolor,
y tu fuerza.

Tienes tanta que la erradias
por cada poro de tu piel.
Y sin darte duenta se la das a aquellos que la necesitan,
casi más que tú.

Nosotros; los que tenemos que vivir sin tí para el resto de nuestra vida necesitamos tu luz.
Es cruel pedírtelo pero
quédate

Es imposible no echarte de menos
                 yaya
vuelve

y aunque sea una promesa imposible de cumplir
«no te vayas nunca más »