Narra Dana:
Nos encontrábamos frente a mi casa. Ésta estaba oscura, lo cual significaba que aun mis padres no habían llegado de su "fiesta", y realmente daba gracias a eso.
-Escúchame bien Dana- me dijo Caleb poniendo ambas manos en mis mejillas- tan pronto entres, haces las maletas porque nos vamos de aquí. Si tu padre lo sabe te hará daño y lo menos que quiero es que algo te suceda.
-¿Me vendrás a buscar?- le pregunté tratando de sonar normal y esconder el miedo que tenía. No por mi, sino por él.
-Claro que sí nena- dijo sonriendo un poco- voy al apartamento hago las maletas y te busco para irnos a donde sea.
-¿Y los demás?- obviamente teníamos que avisarles, no podíamos dejarlos así como así.
-Nos comunicaremos con ellos, pero ahora lo que mas importa es salir de aquí e irnos.- tan pronto dijo eso lo abracé fuertemente y el hizo lo mismo. Le dí un beso largo y apasionado, pero lo tuve que dejar para poder irme adentro. Aunque no quería irme así, sabía que no quedaba de otra y mi padre no lo aceptaría nunca.
Tan pronto entré, prendí las luces y dejé la cartera encima del sofá. Me pasé las manos por la cara algo frustrada y al darme la vuelta para ir a mi habitación y comenzar a preparar las cosas, ví a mi padre apoyado en la pared con una copa de vino en su mano izquierda y en la derecha...cuerdas.
-Todo este tiempo engañado por mi familia- dijo mirando la copa.
¿Su familia? ¿engañado? Yo solo le oculté algo muy importante porque sabía que Marc no lo aceptaría, pero aunque el no sabía que Caleb estaba aquí, siempre ha sabido que el nunca se detendría.
-Primero, mi hija se enamora de un cualquiera arruinando la reputación de esta familia- siguió hablando sin moverse- luego encuentro a mi esposa en los brazos de otro, ¿y yo? Ahogando mis penas....solo como siempre lo he estado.
Un momento, ¿¡QUÉ MI MADRE QUÉ?! wow, eso sí que no me lo esperaba, pero algo me decía que sí lo creía. Mi madre ha sido siempre esta mujer que le gusta tener la atención de un hombre, pero sobre todo, sentirse amada. Otra cosa, ¿mi padre no quería a Caleb solo porque el no era de una familia rica y eso dañaba nuestra imagen? Eso es....¡estúpido! Es AMOR, eso es lo único importante, que nos queramos mutuamente. A mi no me importa dañar mi reputacion, solo ser feliz.
-Es increíble que no aceptes mi felicidad solo porque "supuestamente" arruine mi reputacion- le dije cruzandome de brazos y poniéndome frente a él.
Marc levantó la vista de la copa y me miró a los ojos. Al principio se mostraban sin vida, pero de un momento a otro, mi padre me pegó a la pared y sus ojos echos furia. Su mano estaba alrededor de mi cuello apretándolo un poco, pero podía respirar....aún. Sí, por dentro estaba muerta de miedo, pero no se lo dejaría saber. Si lo hacía, me vería débil y aprovecharía cualquier cosa.
-Tengo orgullo Dana- me dijo lentamente y apretándome cada vez mas- y eso es lo mas importante para mi. No dejaré que éste sea pisoteado por 2 malditas mujeres que lo único que buscan es amor- acercó su rostro al mío y ya no sentía el aire en mis pulmones- primero las prefiero muertas antes de que me avergüenzen.- amenazó y me soltó haciendo que cayera al piso. Por instinto llevé mis manos a mi cuello y respiré agitada por todo.
-Nunca te hemos importado- le susurré y me puse de pie aunque estuviese un poco mareada.-no me vengas a decir que lo mas importante para ti es el maldito orgullo de mierda cuando lo primero en tu vida es tu trabajo- le grité. El me daba la espalda y sus manos estaban en puños. Quizás estaba metiendo la pata, pero estaba harta de tener que guardarme todo como siempre lo hacía.... Pues eso se acabó.- antes era diferente. Antes nos amabas. Eras atento y feliz. ¡Eramos muy felices!- le volví a gritar, pero el seguía sin moverse.
-¡Antes!- se giró hacia mi enojado y con las cuerdas en las manos- ¡pasado Dana! Era cuando estaba ciego por el amor- me gritó y poco a poco se fue acercando. Yo no pensaba volver a quedarme contra la pared, así que me moví hacia la cocina- ¡dejé de amarlas porque eso solo me distraía del trabajo! ¿¡Acaso el amor da dinero para vivir?! ¿¡Te da todo esto!?- me gritó y con los brazos señaló la lujosa cocina- ¡lo único que da el amor es miseria y tristeza!- me volvió a gritar. Se que estaba cerca, pero no podía verlo porque estaba llorando...otra vez.
Lloraba por sus palabras. Por la verdadera razón que hasta el día de hoy mas o menos sabía. Por su forma de gritarme. Por su odio. Rabia. Por su orgullo. Por él. En el fondo sabía que Marc no merecía mis lágrimas, pero el saber que tu padre dejó de amarte, duele. Saber que tu madre debió de buscar amor en los brazos de otro porque su esposo no creía en eso. Saber que la única razón para vivir, era estar junto al chico que amo y no dejarme vencer por las palabras de mi padre.
Sentí como su mano se estrelló contra mi mejilla tirándome al suelo. Me llevé una mano a esta para tratar de calmar el dolor, pero no lo hacia. Marc me agarró por las muñecas y las amarró con la cuerda, al igual que mis pies, boca y ojos. Mi cuerpo fue levantado del suelo y llevado hasta un auto. A ciegas, traté de abrir la puerta pero esta llevaba el seguro para bebés. ¡Mierda!
-Serás encerrada junto con tu madre para que pierdan todo lo que se llama esperanza y vean que sus adorados chicos no les importa que haya pasado con ustedes- habló prendiendo el auto- para que vean que el amor no existe- susurró y me inyectó algo en el brazo haciendo que cayera en la oscuridad.
Desperté al sentir que algo me movía. Poco a poco abrí los ojos y traté de ver donde me encontraba. Era una habitación pintada de gris. Solo una ventana sin ninguna cortina. Un sofá bastante viejo y roto negro, unas cobijas, manta y una pequeña lámpara en una esquina roja. Miré alrededor y no me encontraba sola, también estaba mi madre vestida igual que la ultima vez que la vi, con su vestido y toda glamurosa. Pero su maquillaje estaba todo corrido, haciendo que se viese como un mapache. Posiblemente en alguna ocasión me hubiese reído de ella, pero en estos momentos todo lo que hice fue abrazarla fuertemente.
-¿Donde estamos mamá?- pregunté luego de un buen rato de silencio.
-Una vieja fábrica abandonada cerca de la costa- dijo mirando la pared fijamente.
-¿No sabes su nombre?- pregunté esperanzada.
-"Le Voz"- dijo y me miró a los ojos para luego volver a abrazarme- ¡ay Dana!- lloriqueó en mi hombro- ¡todo esto es mi culpa! si hubiera hablado civilizadamente con tu padre y hubiéramos llegado a un acuerdo...las cosas serían diferentes- me dijo. Yo solo peinaba su cabello para tranquilizarla. Pensé en sus palabras, pero llegué a la conclusión de que nada hubiese funciodano, porque sé que mi padre esta loco.
-No mamá- le dije suavemente- nada hubiera funcionado. Te casastes con un loco, y toda su vida seguirá siendo lo que es. Un loco- le dije y la escuché suspirar pesadamente.
Entonces, algo llamó mi atencion. Una cartera, en la esquina de la puerta. ¡La cartera de mi madre! Me puse de pie como un rayo haciendo que mi madre casi le dise al piso con su cabeza y corrí hacia la cartera. La abrí y busqué con toda la esperanza del mundo que su celular estuviese allí. Lo único que les digo es que mi madre ya que siempre dejaba su celular en cualquier, sitio se lo daba a mi padre, y por eso muy pocas veces lo llevaba en su cartera. Y gracias a los dioses, estaba ahí. Lo saqué y busqué señal. Solo tenía una miserable rayita cerca de la ventana, pero era algo. Marqué el número de Caleb y lo contestó rapidamente.
-¿D....ana?- se entendió.
"Mierda de señal" pensé enojada.
-Caleb, no tengo tiempo- susurré- estoy en una fábrica abandonada cerca de la costa. Se llama "Le Voz"- le dije rapidamente.
-Ok.....ay- me dijo. Pude escuchar voces de chicas preocupadas. Mis amigas- t-e.....bus.....aré....lo....pro...- y se cayó la llamada. apagué el celular y me giré para sonreírle a mi madre.
-Nos encontraran mamá- le dije y la abracé otra vez, llorando. Pero esta vez, de felicidad.
-Cariño- me dijo ella separándose de mi para mirarme a los ojos. Estos tenían un brillo de culpabilidad y tristeza, no la culpo, ella no sabía que pasaría esto- lamento haber dudado de tu novio Dana. Sé que hará lo que sea, junto con tus amigas, por encontrarte- me dijo y la abracé porque sabía que tenía razon.
De pronto la puerta se abrió mostrando a mi padre. Marc llevaba una sonrisa siniestra y un pequeño cuchillo en su mano.
"Oh.Mierda" fue todo lo que pensé.
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El "Salvaje" de mi corazón
RomanceSINOPSIS: Siempre he obedecido las cosas que mis padres me exigen. Pero estoy tan cansada de todo, que decido irme a estudiar a Australia con mis mejores amigas, Cler y Jane. Allí...