💫 Capítulo 19

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[CCG – Distrito 20]

Yuuki estaba sentado en su escritorio, bebiendo un café mientras trabajaba en su laptop. La puerta de su oficina se abrió de pronto, golpeando contra la pared; él levantó la mirada rápidamente, serio.

– ¡¡Bueeeenooos díaaaaas!! –saludó Juuzou, sonriendo ampliamente.

– ¡Suzuya! –gritó y soltó un suspiro.– No golpees así la puerta –regañó.

– Lo siento –rió.

– Entra y cierra la puerta, ¿Si?

El albino sonrió y entró a la oficina, cerrando la puerta, luego miró a su superior, sin borrar su sonrisa.

– Dime que no abollaste la pared.

– ¿Uh? –giró, mirando en donde la puerta había golpeado.– No, está bien –lo miró.

– Más te valía –bebió su café.– Llegas tarde, el resto ya está trabajando.

– Lo siento, no dormí en casa de Shinohara-san.

– ¿A dónde dormiste? ¿Y por qué estás tan feliz hoy?

– Dormí en casa de Tn –rió.– Ella me recuerda, es genial.

– ¿De verdad? –preguntó con sorpresa.

– Sí –rió.– Ya me recuerda, recuerda todo, y somos novios otra vez.

– Entiendo –rió.– Es...maravilloso. Te dije que te recordaría, ¿No?

– Sip.

– Bueno, ahora que eres mi cuñado otra vez puedo ser el doble de exigente, ¿No?

– ¿Ah? –ladeó la cabeza.

– Era broma, tonto –rió.– Bueno, ya que llegaste, y tarde, serás mi secretario.

– ¿Secretario?

– Sí. Tráeme otro café, por favor, y trae un para ti si quieres, tenemos muchos papeles.

– De acuerdo –asintió.

Juuzou salió de la oficina y volvió a los pocos minutos con dos tazas de café.

– Yuuki-kun, no le puse azúcar a tu café porque no sabía cuánto le pones –dijo mientras dejaba las tazas sobre el escritorio.

– Esta bien, me gusta amargo.

– Ok –sonrió.– ¿Puedo comprar donas?

– ¿Donas? –suspiró.– De acuerdo –sacó su billetera y tomó un billete.– Ten, compra las que quieras, y comprate dulces si quieres.

– Gracias –sonrió tomando el dinero.– Pero yo tengo dinero.

– Ya sé, pero yo invito. Ve y no tardes, tenemos mucho trabajo.

– Sí, señor cuñado –sonrió y salió.

Yuuki rió y continuó trabajando. Juuzou salió y regresó varios minutos después, con una caja de donas y una bolsa de dulces.

– ¡Regrese! –gritó, abriendo la puerta.

– Al menos no golpeaste la puerta –rió.– Siéntate.

El menor asintió y se sentó en el escritorio, frente al castaño, abrió la caja de donas y comenzó a comer y beber café. Yuuki rió, pues el chico le resultaba infantil.

– Ten –le entregó un par de papeles.– Revisa eso, es del nuevo caso.

– Sí, señor cuñado –asintió, tomando los papeles.

Remember me 💫 Juuzou SuzuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora