Era de tarde. Estaba tumbada en la cama de mi habitación. No sabía que hacer. En aquel momento lo único que me apetecía era estar con Liam, por extraño que fuera, eso era lo único que deseaba.
Me levanté de la cama. Salí de mi cuarto y fui hasta la puerta de la habitación de Liam. La abrí con cuidado y vi a Liam sentado en una silla frente a su escritorio. Me acerqué sin sacar ruido y me puse detrás de él.
-¿No has parado de estudiar todavía? –le pregunté revolviéndole un poco el pelo con la mano
-No, tengo que aprobar los exámenes –dijo mirándome y sonriéndome
<< Dios Liam, me matas con tu sonrisa >>
-Creo que puedes hacer un descanso –le dije
-Aunque quisiera no puedo, tengo mucho que estudiar
-Vamos, solo un ratito –insistí poniendo ojitos de cachorro
-En serio que no puedo –dijo mirando a otro lado
-Hagamos un trato –dije agachándome un poco para quedar frente a el- te tumbas en la cama solo por diez minutos, y yo a cambio te doy un masaje
-¿Un masaje?
-Si, y ya sabes que yo no suelo dar masajes gratis así porque sí, por lo que deberías aprovechar la oportunidad
-Creo que lo haré –me dijo sonriendo. Se levantó de la silla y se echó bocabajo en la cama
-Me encanta cuando reaccionas así –dije riendo mientras me ponía encima de él
-¿Cómo reacciono?
-Como un niño de cinco años –dijo poniendo mis manos sobre sus hombros y masajeándolos
-¿Cómo que cinco años? –dijo poniendo voz de niño- yo soy mayor, ya he cumplido siete añitos
-Uy, perdón hombrecito –dije riendo levemente- si tan mayor eres, creo que deberíamos regalarle el DVD de Toy Story a alguien, ¿verdad?
-¡Nooo! –gritó y yo reí
-Tranquilo chiquitín, que no se lo daré a nadie –dije acariciándole la mejilla
-Hay que ver lo mala que es mi niña
-¿Tu niña? –dije abriendo mucho los ojos
-Em… -se puso un poco nervioso- es una manera de hablar
-Si, claro –dije y di gracias a que Liam estuviera bocabajo porque si no lo deslumbraría con mi amplia sonrisa- ¿te puedes quitar la camisa?
-¿Para qué? –me preguntó mirándome con picardía y se ganó un almohadazo de mi parte
-No seas mal pensado, quiero que te quites la camisa porque se me hará más fácil darte el masaje
-Si, si seguro… -dijo desabrochándose la camisa y quitándosela dejando expuestos sus bien formados abdominales
<< Dios, ¿por qué tiene que tener un cuerpo tan jodidamente impresionante? >>
Empecé a masajearle toda la espalda lentamente. Las yemas de mis dedos recorrían su espalda con suma delicadeza. Entonces noté que de pronto todos sus músculos se tensaron.
-olivia vete –me dijo sin cambiar de postura
-¿Qué? –pregunté confusa
-Vete por favor –me rogó
-Em… vale –salí de la habitación
Fui a mi habitación y me senté en la cama. Estaba muy extrañada por la actitud tan rara de Liam. ¿Qué había hecho mal?
Narra Liam
Cuando olivia se fue, me levanté lentamente y miré mi entrepierna.
<< Joder >>
Solo habían sido unos cortos minutos. Solo unas cuantas caricias, y sin embargo oli me puso duro como una piedra. No tuve otra opción. Desabroché mis pantalones y liberé mi pene que estaba erecto. Y tuve que masturbarme frenéticamente, pensando en que me follaba a la dulce, hermosa e increíble, que era mi hermanita.
