Había pasado ya un par de semanas desde mi conversación con el padre de Liam. Mi relación con Liam iba mejor que nunca, claro que teníamos altibajos, y siempre eran por el mismo tema… sexo.
-Lo siento de verdad –besó mi frente
-Liam, ya me lo has dicho siete veces y te perdoné la primera vez
-Es que actué muy mal, no debí actuar así. No puedo obligarte a hacer algo que tu no quieres, lo siento mucho –me miró arrepentido
-No pasa nada, en serio –acaricié su cabello- entiendo que, estés un poco arto de esperar tanto, y lo siento
-No, no tienes que sentir nada –tomo mi rostro con sus manos- no me importa tener que esperar, te amo y eso es más importante para mi a que tengamos sexo
-Yo también te amo –besé dulcemente sus labios por unos segundos- tenemos que levantarnos y prepararnos para ir a clase, son las siete y cuarto
-¿Qué te parece si hoy no vamos a clase? –me tomó por la cintura
-¿En época de exámenes? –acerqué mis labios a su oído- ni lo sueñes –susurré
-Está bien –bufó y se levantó de la cama
-Por cierto, creo que te estás acostumbrando demasiado a dormir en MI cama –me señalé a mi misma con el dedo índice
-Es que esta cama me gusta más –se sentó en el borde de la cama muy cerca de mí- además aquí puedo estar abrazado a ti durante toda la noche
-También podríamos dormir juntos en tu habitación
-¿En el mío? No creo que te apetezca, está hecha una leonera –dijo riendo
-Bueno, es lo mismo, con tal de dormir contigo –lo besé cortamente en los labios- voy a ducharme y tu también te tienes que preparar
Me levanté de la cama y salí de mi habitación para ir al baño. Me duche rápidamente y fui a mi habitación con el cuerpo envuelto en una toalla. Abrí el armario y saqué algo que ponerme.
Bajé a la cocina y empecé a desayunar mientras que Liam se duchaba. Cuando acabó de vestirse bajó y desayunamos juntos. Al acabar fui a lavarme los dientes y a retocar el maquillaje natural que llevaba. Cuando salí de casa Liam ya e espera dentro de su auto.
Me llevó a mi instituto, y tras despedirme, entré. Fue un día bastante agotador. Un examen de lengua, un trabajo en sociales, y además me mandaron muchísima tarea.
Al acabar las clases salí literalmente corriendo a encontrarme con Liam. Me acerqué a el y lo abracé con fuerza. Tras susurrarme un “Te amo” en el oído, entramos en el auto y fuimos a casa.
Estacionó el auto y entramos en casa.
-Dime que no tienes planes para esta tarde –dijo tomandome de la cintura
-Por ahora no tengo ninguna –dije con una pequeña sonrisa
-Mejor, porque había pensado que podríamos hacer algo –retiró un mechón de pelo de mi cara
-¿El qué?
-Bueno, nada importante, solamente dar un paseo
-¿Por donde?
-Por Londres
-¿Londres? Está a media hora de aqui
-Me da igual, con tal de estar contigo ¿Entonces, te parece buena idea?
-No –hice una pausa- me parece una maravillosa idea. Voy a coger otro bolso –besé su mejilla y fui corriendo a mi habitación
Agarré un bolso pequeño y bajé. Nos volvimos a montar en su auto y prendió el motor. Durante el camino fuimos tarareando y a veces inventandonos la letra de las canciones que sonaban en la radio. Era increíble como nos podíamos llegar a divertir los dos juntos. Cuando al fin llegamos a Londres, ya era un poquito tarde 18:46 pero por suerte era viernes. Pasamos por una pequeña heladería y me compré un helado para mi ya que Liam dijo que a el no le apetecía. Aunque luego se comio casi todo mi helado…
Seguimos paseando por las hermosas calles de Londres, cuando llegamos al London Eye
-¿Subimos? –me preguntó
-Pues claro –le sonreí y fuimos corriendo
Despues de estar un ratito esperando, al final pudimos subir. Como no subió demasiada gente pudimos estar en una de las cabinas solos. La vista era hermoso desde ahí arriba.
Liam me agarraba de la cintura y tenía apoyada la barbilla en mi hombro. Yo tenía puestas mis manos sobre las suyas. Aquello no podía ser más perfecto.
-Te amo –me susurró
-Y yo a ti –me giré quedando frente a él y nos fundimos en un hermoso beso
Ya estaba oscureciendo mucho así que decidimos volver. Nos montamos en su auto y condujo hasta casa. Cuando entramos vimos que todas las luces estaban apagadas. Supusimos que nuestros padres estarían durmiendo así que subimos. Nos paramos frente la puerta de mi habitación.
-Hoy lo he pasado demasiado bien –le dije sonriendo
-¿Demasiado? ¿Y eso como es posible? –dijo también sonriendo
-No sé, simplemente tu me haces sentir como si cada día fueron aun más especial que el anterior
-Lo que lo convierte en especial es que tu estés en este mundo –acarició la mejilla
-Te amo tanto –lo abracé
-Y yo a ti –me estrujó contra su pecho
-Sabes, llevo varios días dándole vueltas a algo –me separé un poco
-¿Al qué?
-Liam, eres el amor de mi vida, lo sé. Me haces sentir especial y por eso quiero darte algo que nadie más podrá tener nunca
-¿El qué? –acerqué mis labios a su oído
-Mi virginidad –le susurré y lo miré a los ojos- Te amo más que a nadie en el mundo, lo sé. Estoy preparada para hacerlo –en su rostro se formó una amplia sonrisa
Me agarró del mentón y me atrajo haciendo que nos fundiésemos en un lindo beso. Con bastante rapidez el beso subió de tono. Pero entonces Liam se separó.
-Espera –dijo él
-¿Esperar? Llevas semanas insistiendo en que lo hagamos y ahora me pides esperar –bufé
-No es eso –dijo riendo- quiero que tu primera vez sea especial. Espera a mañana por la noche ¿si? Deja que me ocupe de que jamás lo puedas olvidar –dijo susurrando
-Está bien –le sonreí y lo besé cortamente- pues, hasta mañana
Le sonreí por última vez y me metí en mi cuarto. Me eché sobre la cama sin cambiarme de ropa y simplemente me quedé dormida.
