Narra (Tu)
Me desperté con el maldita pitido del despertador. Le levanté lentamente de la cama y fui directa a la ducha. Me desnudé y me metí en la ducha y dejé que la tibia agua me despejara. Entonces me acordé de que aquella tarde Liam iba a tener una cita con aquella perra.
Salí del baño envuelta en una toalla y fui a mi habitación. Abrí el armario y saqué ropa.
Bajé a la cocina y di las gracias porque Liam todavía no hubiese bajado. Mientras estaba desayunando estuve metida en mis pensamientos.
<< ¿Tan rápido se había olvidado de lo que había pasado entre nosotros? ¿Es que no
significó nada para él? Supongo que no, si hubiese significado algo para él no tendría
una cita con esa Dayana >>
El sonido de Liam bajando por las escaleras hizo que saliese de mis pensamientos. Estaba tan lindo con unos jeans oscuros y una camisa de cuadros de franela en tonos azules. Pensar que se había vestido tan lindo por su cita con Dayana hizo que sintiese una punzada de dolor en el pecho.
-Buenos días –me sonrió
-Buenos días –dije haciendo un esfuerzo por devolverle la sonrisa- ¿Qué tal has dormido?
-Muy bien, ¿y tu? –preguntó cogiendo un vaso con jugo y sentándose a mi lado
-Bien –dije mirando mi taza de café- hoy es tu cita con Dayana, ¿estás emocionado? –pregunté temiendo su respuesta
-La verdad es que si, Dayana es… -<<Una perra>>- una chica increíble
-Ya –dije cabizbaja- se ve que es única
No hablamos durante el resto del desayuno. No me sentía capaz. Cuando ya estuvimos listos nos montamos en su coche y me dejó en mi instituto.
-Adiós Liam –dije saliendo del coche
-Adiós lin… ¡olivia! –rectifiqué rápidamente << M.ierda, casi le digo linda >>
-Hasta luego –dije con una sonrisa << Iba a decirme linda >>
Entré en el edificio. Iba caminando por los pasillos tranquilamente cuando dos cálidas manos me taparon los ojos.
-¿Quién soy? –me susurró a la oreja y reconocí la dulce voz de Zayn
-¿Ewan McGregor? -bromeé
-Claro, y tu Nicole Kidman, no te fastidie –dijo quitando las manos y volteándome para quedar frente a él
-¡Genial!, entonces ¡tengo un óscar! –dije dando saltitos de entusiasmo
-No sabes lo mucho que me gusta que actúes de manera tan tierna –dijo cogiéndome de la cintura y atrayéndome a su cuerpo- ¿haces algo esta tarde?
