-Em… veo que os habéis enterado –nos dedicó una media sonrisa
-¿No pensabas decírnoslo o qué pasa? –le pregunté
-Si, pero a su debido tiempo, sabía que ibais a bombardearme con preguntas
-Que va… ¡Pero cuéntanoslo todo! –dijo Maria sacudiéndola por los hombros
-Ok, ok, pero suéltame
-Oops, sorry –la soltó
-Haber, llegó tres días y el director me pidió que hiciese de guía. Y ahí le estaba enseñando el instituto y nos pusimos a hablar, y me pidió salir y yo acepté. Y ayer al volver del cine me lo encontré en la calle y empezamos a platicar y me pidió ser su novia
-Awwww –exclamamos Maria y yo a la vez- que monos
-Gracias –dijo riendo
-¿Y cuando nos lo presentarás? –pregunté
-Pues ahí viene –dijo señalando a un chico que se acercaba a nosotras- chicas, el es Niall, Niall estas son olivia y Maria
-Encantado –nos sonrió
-Igualmente –dijimos las dos a la vez. Sonó el timbre de llamada a clase
-Tengo que ir a clase, te veo luego –dijo Niall y besó cortamente a Naty- ha sido un placer chicas –nos dijo
-Igualmente Niall –le sonreí y se fue
-Chica, tu no pierdes el tiempo –le dijo Maria y le pegó el hombro
-Bueno, lo mismo puedo opinar de ti, y de ti… -me miró
-¿Qué pasa conmigo?
-Creo que tendremos que encontrarte a alguien –dijo Maria rodeando mis hombros con su brazo
-Em… chicas no hace falta –retiré su brazo de encima
-Vamos oli deja que te ayudemos un poquito
-¡Que no, joder! –les grité y me miraron incrédulas. Eché mi mochila en mi espalda y fui a clase dando zancadas.
Las clases pasaron bastante rápidas. Al sonar la campana que finalizaba las clases fui casi corriendo a la salida, no tenía ni ganas ni intención de toparme con nadie.
Todo el enfado desapareció al ver a Liam con su hermosa sonrisa de siempre. Corrí hacía él y lo abracé con fuerza
-Hola Liam –escodí mi cara en su pecho
-Hey pequeña, ¿estás bien? –acarició mi cabello
-Si, es que, te echaba de menos
-Yo también amor –me besó la frente- vamos a casa, ¿si?
-Vamos –le sonreí y ambos montamos en el auto
Llegamos a casa, y tras estacionar el auto entramos. Tiré mi mochila al suelo y me paré frente a Liam. Él por su parte también había tirado la mochila al suelo y agarraba mi cintura con ambas manos. Llevé mis manos a su nuca y lo atraje hacia mi haciendo que nuestros labios se uniesen. El beso subió de tono y me apoyó en la pared. Dejó mis labios y empezó a besar mi cuello mientras sus manos bajaban por mi espalda hasta posarse en mi trasero.
-Ey, ey, para –puse las manos en su pecho- nada de precipitarnos ¿recuerdas?
-Si, me acuerdo –se apartó con brusquedad
-¿Te has enfadado? –lo agarré del brazo
-No, es que… -bufó- lo siento, es que… me frustra
-Yo… lo siento, no sé si estoy preparada –lo miré tristemente
-No pasa nada. Voy a ir a ducharme, me vendrá bien –miré el bulto de su pantalón y solté una risita
-Lo siento, en serio –dije apenada
-Tranquila, no pasa nada –besó mi frente
Cogió su mochila y se fue para la ducha.
Fui al salón y me tiré en el sofá diciendo maldiciones para mi. Me sentía mal por dejar así a Liam, pero ¿Qué podía hacer? No sabía si estaba preparada, y no quería perder mi virginidad para después arrepentirme.
Tenía que estar completamente segura de si lo quería hacer.