Narra (Tu)
-Si vas provocando así no podré esperar a esta noche –dijo mirándome de arriba abajo
-No voy provocando, has entrado sin llamar y yo recién salía de ducharme–dije ajustando la pequeña toalla que cubría mi cuerpo
-Y gracias a ello me he encontrado con esta belleza –se acercó a mi y me agarró por la cintura- ¿Te han gustado las rosas?
-Me han encantado, aunque me haya clavado una espina –dije con una risita
-¿Qué? Pero si en la nota te decía que tuvieses cuidado –miró mis manos en busca de alguna herida o algo por el estilo
-Lo sé, pero me pinché antes de leer la nota. Y ha sido en este dedo –levanté el dedo índice de mi mano izquierda
-Una flor tan delicada como tu tiene que tener más cuidado –le dio un besito a mi dedo
-Joder, ¿cómo puedes ser tan tierno? –lo abracé
-Créeme que no suelo ser así –apoyó su barbilla en mi hombro- solo contigo
-Pues te amo por ser tan tierno conmigo –besé su mejilla
-Y yo te amo a ti porque apareciste en mi vida –cogió mi cara entre sus manos y me dio un dulce beso
-Anda, sal para que me vista –me separé de él
-Ponte bonita, ¿si? Aunque dudo que puedas estar más hermosa de lo que ya estás
-Anda deja de hablar o harás que empiece a llorar –lo empujé suavemente hacia la puerta
-No olvides que te amo –volvió a besarme y salió
Abrí mi armario y empecé a buscar algo que ponerme. Jamás se me había hecho tan difícil escoger ropa. Después de un cuarto de hora y tras haberme probado ropa y más ropa, al final encontré el conjunto ideal.
Fui al baño y me arreglé.
<< Esta es la noche >>
Eran ya las ocho y media. Liam ya les había dicho a nuestros padres que pasaríamos la noche en casa de Louis y ellos nos habían dado permiso.
-Cuidaos ¿si? –dijo mi madre abrazándome
-Mama no es para tanto, solo voy a casa de Louis –mentí
-Lo sé pero… -me miró de arriba abajo- hija no sabes cuanto has cambiado en muy poco tiempo. Te ves diferente, no sé el qué o quién ha cambiado, pero no lo dejes porque te está haciendo bien
-Tranquila, porque no lo dejaré –miré de reojo a Liam que me sonreía
-Bueno, ya me he puesto sentimental –dijo mi madre secándose una lágrima que caía por su mejilla
-Pasaoslo bien –nos dijo el padre de Liam- y tu, cuida bien de ella –le dijo a Liam
-Tranquilo, mientras esté conmigo estará bien. ¿Vamos? –me preguntó
-Vamos –le sonreí y salimos de casa
Nos montamos en su auto y encendió el motor.
-Ha sido muy raro –dije abrochándome el cinturón
-¿El qué? –preguntó fijando su vista en la carretera
-El como se ha puesto mi madre, me miraba como si no me reconociera
-Bueno, en parte tiene razón, has cambiado mucho en muy poco tiempo
-Si he cambiado, es porque ahora te tengo a ti –besé su mejilla
-No me distraigas o nos pegaremos –dijo con una pequeña sonrisa
-Perdón –me recosté en mi asiento y fijé mi vista en la carretera
Condujo durante una hora más o menos. Entonces aparcó el auto delante de un pequeño motel.
-Un motel –dije mirando el cartel luminiscente- me siento como si estuviese en una película americana –salí del auto
-Si, bueno, es privado, bastante barato y lo mejor, por aquí no vendrá nadie que nos conozca –salió y cerró el auto
-Piensas en todos los detalles ¿verdad? –lo abracé
-Por ti haría lo que fuese
Entramos y el recepcionista le dio las llaves de nuestra habitación. Fuimos hasta la puerta 103
La abrí y simplemente me quedé maravillada