-Liam esto es demasiado –dije mirando toda la habitación
-¿Cuántas veces tengo que decirlo? –me agarro por los hombros- nada es suficiente para ti
-Te amo –dije perdiéndome en sus hermosos ojos
-Y yo a ti –fue acercándose lentamente hasta que nos fundimos en un hermoso beso
Rodeé su cuello con mis brazos y el fue bajando sus manos hasta posarse en mi trasero. Me levantó y sin pensarlo rodeé su cintura con mis piernas. Sin dejar de besarnos caminó hasta la cama y me tumbó delicadamente para después posarse encima de mi.
-¿Estás segura? –preguntó acariciando mi mejilla
-Completamente –sonreí de lado y el me devolvió la sonrisa
Me agarró de la barbilla y volvió a unir nuestros labios. Mientras seguíamos besándonos con sus manos empezó a levantar mi camiseta.
Cuando la sacó, la tiró a algún rincón, y si fijó en mi sujetador gris.
-Tentador –se lamió los labios
-No hagas eso que me sonrojo –me tapé la cara con las manos
-No sabes lo dulce que te ves cuando te sonrojas –apartó mis manos con suavidad
-Contigo es imposible que no lo haga –sonreí tímidamente
Volvió a unir sus labios con los míos. El beso se tornó más apasionado. Metí las manos por dentro de su remera y empecé a subirla.
-Levanta los brazos –le susurré sensualmente
Levantó los brazos como le dije y acabé por quitarle la remera. Me aparté un poco y contemplé su bien formado cuerpo. Sus fuertes brazos, sus marcados abdominales, todo, tenía un cuerpo absolutamente perfecto.
-¿Te vas a quedar mirando por mucho tiempo? –dijo burlón
-Si no tuvieras un cuerpo tan perfecto no te miraría tanto –dije de nuevo a la altura de sus labios
-Pues ahora deja que yo vea tu hermoso cuerpo
Me agarró por la cintura y volvió a dejarme debajo. Dirigió sus manos a mi falda y abrió el cierre que tenía al costado. Me quitó la falda y lo tiró al suelo. Se quedó mirándome como si quisiese guardar cada imagen de mi cuerpo en su cerebro. Ver cómo me miraba tan fijamente hizo que me sonrojara.
Cogió mi pierna y me quitó el zapato y lo tiró al suelo, pero acto seguido hacer lo mismo con el otro. Volvió a posicionarse encima de mi y empezó a dar cálidos y húmedos besos por mi cuello.
Llevé mis manos bajando por su pecho hasta que llegue a la hebilla de su pantalón. Intenté abrirla con torpeza sin mucho éxito.
-Deja que te ayude –bajó sus manos a su pantalón y me ayudó con mi labor- ¿Mejor así? -sonrio pícaro
-Un poco, aunque podría ser mejor –me mordí el labio
-Mmmm –hizo gesto de pensar y se levanto quedando a pie de la cama- ¿eso crees?
Se quito sus zapatos junto a los calcetines y los echo a un lado. Entonces sus manos fueron a parar a su pantalón. Empezó a bajarlos lentamente.
Cuando ya los bajó un poco, toda mi vista se centró, en aquel gran bulto que se marcaba en sus bóxers negros. Tragué saliva al imaginar aquello tan grande escondido solo por una fina tela.
-¿Por lo que veo, te gusta lo que ves? –dijo volviendo a subirse en la cama y posicionarse encima de mi
-Tanto que hasta me preocupa –sonrei timida
-No te preocupes –me besó- a mi tambien me gusta lo que veo –me miró deseoso- aunque aun hay ropa que estorva ¿no crees? –asentí levemente
Llevó las manos a mi espalda y soltó mi sujetador para a continuación apartarlo de su vista.
Sin rodeos se metió una de mis senos en su boca y empezó a succionar el pezón haciendo que arquease la espalda. Siguio succionando y dando pequeñas mordidas a mis pezones mientras yo me retorcía de placer debajo de él.
Una de sus manos fue bajando hasta que llegó a mi feminidad y empezó a estimularme por encima de la fina tela de mi panty.
-Mmmm Liam aaaa –gemí descontrolada al sentir sus dedos estimular mi clítoris
-¿Te gusta verdad? –aceleró sus movimientos
-Siii aaaaaa no puedo masssss
Con un rápido movimiento me quitó el panty. Ahora me encontraba desnuda delante de él. Era una muñeca en sus manos. Miró cada parte de mi cuerpo sin saltarse ninguna y sonrió pervertidamente.
Vi como movia sus manos y pude ver como se bajaba sus bóxers. Siguió bajándolos hasta quitárselos y los tiró aunque no vi a donde ya que mis ojos estaban puestas en esa gran cosota que tenia entre las piernas.
-Dios mio es tan…
-¿Grande? –dijo burlón
-Si… -dije casi susurrando- Liam eso no me va a entrar –rio por lo bajo
-Vas a ver que si te entrará –me susurró a la oreja y me mordió el lóbulo dejándome un poco boba
Alcanzó su pantalón y saco un sobre plateado. Lo rompió con los dientes y sacó el preservativo. Se lo puso y volvió a acomodarse entre mis piernas.
-¿lista? –dijo apoyándose en sus codos
-Lista –respondi aunque un poco insegura. Recordé que mis amigas dijeron que la primera vez les dolió y mucho
-¿Estás bien? Te ves preocupada
-Bueno es que… me da miedo que me duela
-Dolerá pero solo al principio, después lo disfrutarás, ¿ok?
-Ok –respiré hondo
Entonces sentí como dirigía su miembro a mi entrada. Empezó a meter su miembro lentamente, intentando hacerlo con la mayor suavidad posible, pero eso no evitó que emitiese un gemido de dolor al sentir como aquello que me separaba de pura se hacía añicos.
-¿Estás bien? ¿Quieres que pare? –me preguntó Liam, y me di cuenta de que estaba clavando las uñas en sus hombros con mucha fuerza
-S-si estoy bien… tu sigue… -dije aun adolorida
Volvió a empezar a penetrarme y todo el rato mirando mi expresión. De pronto el dolor desapareció y empecé a sentir gran placer. Empecé a gemir con fuerza cuando Liam empezó a penetrarme con más rapidez.
Entonces empecé a sentir como algo de mi iba creciendo y creciendo; iba a llegar. Mis paredes vaginales empezaron a contraerse y al notar aquello Liam aceleró sus movimientos.
A los pocos minutos ambos estallamos en placer y gozamos del delicioso orgasmo. Liam se desplomó encima de mí pero se tumbó a mi lado para no aplastarme. Solo podíamos escuchar las respiración agitada del otro por toda la habitación.
-Ha sido… increíble –dije con la respiración entrecortada
