Dios mío, había estado tan cerca. Había estado tan cerca de probar esos deliciosos labios de oli ¡¡NO!! Tenía que dejar de pensar de aquella manera. olivia era mi hermana, aquello no podía pasar, claro que en realidad es mi hermanastra por lo que no pasaría nada si… PARA!! Esto no debía volver a pasar. Tendría que aprender a controlar estos estúpidos impulsos que me daban. A no ser que ella decidiera… ¡Para Liam!
Decidido, esto se había acabado. Desde aquel momento volvería a llevarme bien con oli y volveríamos a tener esa relación tan especial que teníamos.
Narra olivia
Estaba dentro de mi cama, plácidamente dormida cuando llamaron a la puerta de mi habitación.
-Pasa –dije sentándome. La puerta se abrió. Liam entró dentro y se me acercó- ¿Liam que qui… -empecé pero él me cayó con un beso
-No soportaba un segundo más sin probar estos deliciosos labios –me susurró con voz ronca
-Pero Li… -comencé y volvió a callarme con un beso
Esta vez no dije nada y me dejé llevar. El beso subió de tono rápidamente. Me agarró de los hombros e hizo que me tumbara en la cama y él se puso encima de mí. Empezó a besarme el cuello mientras recorría todo mi cuerpo con sus manos.
-Te amo –me dijo, pero su voz sonaba distinto. Abrí los ojos que no sabía exactamente cuando había cerrado y no me encontré con Liam
-¿Zayn?
Me desperté de golpe. Me senté en la cama y vi que todavía llevaba el vestido del día anterior. Todo había sido un sueño. Llevé mi mano a la frente, y noté que estaba sudando. Miré el despertador de la mesilla que marcaba las 08:17
Intenté volver a reconciliar el sueño ya que era sábado y no tenía prisa, pero no conseguía dormirme. Me levanté de la cama y me fui directa a la ducha. Me quité la ropa, me metí en la tina y dejé que el agua fría recorriera todo mi cuerpo aliviando un poco mis tensiones. Salí de la ducha y me envolví en una toalla. Cogí la ropa del suelo y lo eché en el cesto de la ropa sucia, y volví a mi habitación a vestirme.
Abrí el armario y saque esta ropa.
Bajé a la cocina y me encontré a mi mamá y a Robert abrazados. Me alegró mucho que ya no estuviesen enfadados.
-Buenos días a los dos –dije sonriendo
-¿Estoy teniendo alucinaciones? –preguntó mi madre- ¿mi hija esta levantada antes de las nueve, un sábado?
-Tampoco es tan raro –dije mientras cogía cereales de un armario
-Si que lo es –dijeron los dos a la vez
-Buenos días –dijo Liam removiéndose el pelo- ¡No puede ser! –dijo mirándome
-Ya lo sé, ¡wow¡ oli se ha despertado temprano un sábado –dije poniendo voz de loca y los tres rieron
-Buenos días hijo –le dijo Robert a Liam
-Hola papá, buenos días Heather (su mamá) –dijo sirviéndose una taza de café
-Buenos días Liam –le dijo mi mamá
-Buenos días olivia ¿qué tal? Pues muy bien gracias –dije hablando conmigo misma
-Ay… celosilla –me dijo Liam abrazándome- buenos días linda
-Buenos días Liam –dije apoyando mi cabeza en su pecho
Cuando acabamos de desayunar nuestros padres se fueron a hacer el equipaje ya que pasarían el fin de semana en casa de nuestra tía en Cambrige.
-Bueno, ya saben que si pasa cualquier cosa tenemos los móviles encendidos- me dijo mi madre mientras que Liam y Robert metían las maletas en el coche
-Ya lo sé mamá, confía en nosotros –le dije
-Te quiero hija –dijo abrazándome
-Y yo a ti mamá
Me besó la frente y se metió en el coche. Liam se despidió de su padre, y luego este también se metió en el coche. Arrancaron el auto y se fueron. Y Liam y yo, quedamos solos todo el fin de semana. Entramos en casa.
-¿Qué vas a hacer hoy? –me preguntó
-Pensaba quedarme en casa, la verdad no tengo ganas para nada –le dije intentando esbozar una pequeña sonrisa- ¿y tu?
-Tengo exámenes, tendré que encerrarme durante todo el día estudiando –suspiró
-Dios, que aburrimiento, no tengo ninguna prima para estar en tu curso
-No las tengas, tienes que disfrutar de lo que te queda de tu niñez
-¿Niñez? –dije alzando una ceja
-Quería decir, de tu menoría de edad –rectificó
-Así está mejor –dije sonriendo
-Me encanta tu sonrisa –me dijo mirándome fijamente, y entonces me di cuenta de que me estaba agarrando de la cintura
-Em… gracias –sentí como mi pulso se aceleraba- creo que… deberías ir a estudiar –dije soltándome de su agarre
-Claro mamá –dijo rodando los ojos
-Oye, no me llames mamá, que no soy tan mayor –dije pegándole en el brazo
-Pero eres tu la que se queja cuando te llamo niña
-Em… -dudé, ya que no sabía como responder a aquello
-No me lo creo –abrió los ojos como platos- ¡te he dejado sin habla!
-Bueno, no te acostumbres, que esto no pasa todos los días. Y ahora arriba a estudiar –dije señalando las escaleras
-Voy –dijo cabizbajo- si quieres puedes ir a hacerme una visita más tarde –dijo mirándome- me aburriré mucho estando estudiando toda la tarde
-Bueno, tal vez más tarde –dije dedicándole una tierna sonrisa
-Te estaré esperando –dijo subiendo las escaleras
