-Ni hablar, no voy a hacerlo –intenté levantarme pero Liam me lo impidió
-Si vas a hacerlo –me agarró por lo hombros e hizo que me volviera a tumbar- lo haremos juntos, yo ya he hecho mi parte
-Esto no es lo que me prometiste
Flashback
-Hola bonita –me abrazó
-Hola Liam –le sonreí- ¿que tal tu día?
-Muy bien, ¿y el tuyo?
-Ahora que te veo mejor –me mordí el labio
-Sabes, tengo una pequeña sorpresa para ti, bueno para los dos
-¿Ah si? ¿Y que es?
-¿Me has oído? Sor-pre-sa –dijo articulando cada silaba
-Ok pero dame un pistita chiquitita –puse carita de cachorro
-No me mires así –desvió su vista y al final volvió a mirarme- solo te diré que te gustará y vas a ver que es muy romantico
-Um… no se por que hay algo que me huele raro de todo esto
Fin del flashback
-Te prometí algo que te gustará y que es romántico ¿acaso esto no lo es?
-En parte si, pero en parte no, no me gusta el dolor –dije haciendo pucheros
-Pero piensa que este dolor mutuo fortalecerá nuestra relación –no pude más y empecé a reirme sin control
-Dios mio –me froté los ojos para apartar las lagrimas que me habían salido de tanto reir- es la mayor estupidez que has dicho en tu vida
-Lo sé, pero al menos te he hecho reir –besó mi frente y yo me limité a sonreírle
-Ya estoy aquí –dijo un hombro entrando en el pequeño cuartito y sentándose a mi lado- ¿lista?
-Uff… –suspiré profundamente- Liam como esto duela mucho te daré una patada ya sabes donde
-Pues debería ir hiendo a por hielo
-¡¿Qué?! –me incorporé de golpe y Liam empezó a reir
-Tranquila, no le hagas caso, no duele mucho –me dijo aquel hombre
-Está bien –volví a tumbarme en el raro asiento
-Ahora quedate quieta –me dijo. Entonces sentí una leve punzada en mi hombro izquierdo
-Liam, recuérdame porque hago esto –dije estirando un poco la mano
-Porque me quieres –cogió mi mano y lo apretó con fuerza para darme ánimo
Después de una media hora más o menos las punzadas se acabaron.
-Ahora recogéis vuestras cosas, salís de aquí y pagáis lo de ambos –dijo el hombre antes de salir
-Vámonos –dije poniéndome de pie y cogiendo mi cazadora
-Espera, déjame verlo –me dijo Liam. Corrió mi pelo y miró mi hombro- es precioso
-Un poco egocéntrico ¿no te parece?
-¿Por qué?
-Es tu nombre y dices que es precioso, me parece un poquito egocéntrico
-¿Me vas a decir que no te gusta el que me he hecho yo?
-Claro que me encanta
-¿Y eso no es ser egocéntrica?
-Si, pero yo lo admito –besé su mejilla- no discutamos por quien es egocéntrico ¿si?
-Está bien –me sonrió- vamos a recepción a pagar
-¿Sabes que pagarás tu, verdad? –le cogí la mano
-Si, ya lo sé –entrelazó sus dedos con los míos
Después de pagar nos subimos de nuevo en su auto y volvimos a casa. Como nuestros padres ya estaban arriba subimos arriba para que no nos pudiesen ver ni escuchar. Fuimos a mi cuarto y cerré la puerta.
-Quiero hacer una cosa –dije tirando mi cazadora por el suelo- quítate la camisa
-¿La camisa? –me miró perversamente- así que quieres guerra –me agarró por la cintura
-No es eso –dije quitando sus manos de encima- si no te quieres quitar la camisa al menos remángate la manga –fui a mi escritorio y empecé a buscar en un cajón
-No, me la quitaré, tengo calor –se sacó la camisa y se tiró bocabajo en el pequeño sofá que había en la habitación
-Pues serás tu que estás caliente, porque no hace tanto calor –al final encontré la cámara de fotos
-Como no voy a estar caliente si te tengo a ti –dijo mirándome con deseo
-Anda, cállate –me senté al lado de el en el suelo- pon el brazo así –agarré su brazo y lo coloqué bien- sonríe –el sonrió y yo saqué la foto
-Déjame verla –dijo cogiendo la foto ya que era una cámara instantánea- pero que bien salgo
(donde pone rayis imaginad que pone vuestro nombre)
-Ya vuelve el egocéntrico –rodé los ojos- anda, sácame a mi también
-Vale –agarró la cámara y mientras yo me giré dándole la espalda y bajé un poco la camiseta dejando mi hombro al descubierto- ya esta –dijo al sacar la foto
-Haber –agarré la foto y la miré
Cogí las dos fotos y las metí en un pequeño álbum que tenía en mi habitación.
-Em Liam, ¿te das cuenta de que te lo has hecho en el brazo? -dije mirando su foto
-Si, ¿por qué? –se levantó y se me acercó
-¿Irás con manga larga durante el verano?
-Oops, tienes razón –ambos reimos un poco- pero espero que cuando llegue el verano, nuestros padres ya sepan lo nuestro -me abrazó por la cintura
-También lo espero –ambos nos quedamos mirando las fotos