Entrevista

3.6K 213 39
                                    


Confiar no es insignificante, la confianza es una virtud pero al mismo tiempo... puede hacerte caer.







"La confianza es primordial para el desarrollo emocional de una persona"

Repitió en su mente una y otra vez.

"Confiar en ti; es el mayor tesoro" -afirmó con los ojos cerrados

"Confía, y aprenderás a superarte a ti misma, subestimar nunca es lo primordial, creer y tener fe te hace escalar a la cúspide del éxito"

Suspiró asediada por los nervios, sus manos parecieron tintinear entre sí, sus dientes rechinaron y su frente se nublo de sudor.

Miró a su alrededor, y solo encontró el apoyo de una sonrisa extraña de Shikamaru, que lo único que causo fue un paso atrás y un titubeo de pensamientos.

Desde niña le había encantado leer, su biblioteca no había sido muy extensa pero se las arreglaba con sus vecinos y unos que otro tíos que se interesaban en exceso por ella.

Hinata siempre había sido la niña favorita de los ojos de todos, excepto los de su padre.

Un hombre que parecía no estar satisfecho con los logros que había conseguido su primogénita, por su propia cuenta.

Sola había aprendido a conseguir reconocimiento, ella había tenido que aclarar el cielo de su hermana, ocuparse de su casa, ayudar a su padre y estar al tanto del estado mental de su madre.

Todo en un mismo paquete, que al final no fue agradecido, había madurado a los diez años, sufrió de violencia, robos, decepciones, calumnias, violaciones.

Pero aun así su mente estaba inquebrantable, o eso parecía.

Callada se tragó toda la vida, en absoluto silencio.

Pero su tacón resonó en la oficina de su jefe, se sintió vencida.

Recordó, como una película del tiempo, todas sus memorias se acapararon en su sien, atormentando su mente por segundos.

Se sintió como una niña pequeña, indefensa ante la omnipotencia y magnitud de la situación, allí estaba el escritorio de caoba, la habitación gigantesca decorada de elegantes colores sobrios, ventanas panorámicas que obtenían la mejor vista de Tokio y asientos de cuero, todo en un solo lugar, como si fuera fácil reunir todos esos requisitos solo para la oficina de un editor.

Era un ambiente sobrio, impecable y ordenado.

Los muebles de cuero los habían posicionado rodeando una mesa de cristal de forma oblicua, algunos decorativos para el sobrio vidrio azulado que la decoraba, un verde perico convino con una lagrima deforme fucsia, un plato blanco que servía de aperitivos y chocolates y unas que otras revistas de meses anteriores.

Las plantas le daban un ambiente más cálido a la oficina, jugando con los colores sombríos y dándole un toque más natural y colorido a las ventanas, armonizando y jugando entre una jungla de flores y una arboleda de edificios.

Pero lo que más resalto en todo el panorama era la mesa de caoba combinada por la silla de cuero negro central, una cajita de tabacos, una pequeña escultura, papeles revueltos en carpetas de vinilo y un bolígrafo de plata que le daba un toque final a la mesa del editor.




Naruto por su parte quiso soltar una risotada al verla entrar, pero solo frunció el ceño tratando de controlar la gracia que le hacia el asunto, se tomo todo el tiempo posible para escudriñar las blancas piernas de ella, lisas, claras, perfectas y largas.

Éxtasis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora