La ingenuidad es la misma forma de hablar de nuestra ignorancia, porque los pequeños son cándidos al ser poco suspicaces. ¿Pero, no todos somos ignorantes?Él se quiso reír, como si fuera un niño.
Pero es que la situación le dio tanta gracia, y no era para menos.
Hinata, muy en el fondo, todavía seguía siendo una pilluela, pero que inocente era.
Y esa parte de ella, podía costarle mucho a Naruto.
Ella por su parte lo miro retadora, tal vez la pelea de ayer él le hubiera ganado.
¡Pero hoy ella saldría victoriosa!
Aunque fuera lo último que hiciera, se había trazado un plan a la perfección para que él se cansara tanto de ella que la despidiera.
Así, no tendría ninguna excusa de irla a buscar a su casa.
Fin de la historia, Naruto Namikase más nunca estaría en su mente.
Y ella podría dormir tranquila en su cama, sin sentir las manos y el aliento de el sobre su cuello ¡Oh dios! De solo pensarlo le daban unas ganas voraces de pedirle que...
Dejo el pensamiento recortado.
¡Ella y él nunca más iban a tener nada!
Se lo había dicho y lo iba a cumplir.
Por algo no vino vestida como si fuera al gimnasio, casi sin peinar, con zapatos deportivos y esa actitud.
¡De aquí mando yo!
Si se las haría difícil a Naruto, aunque le costara su reputación de mujer seria.
Naruto tuvo que carraspear para no reír, pero Dios esa mujer si que no se daba por vencida.
¿Pensaba que por solo venir como deportista la despediría?
Bueno, si el estuviera en su mas sano estado, lo haría.
Pero como la incertidumbre de no poder estar sin Hinata lo mataba, simplemente lo tomaba como broma.
Y es que Hinata decidida daba mucha risa.
- ¡Señorita Hyuga! –la voz de él sonó monocorde como siempre- ¿Acaso se le ha perdido toda la ropa, o es que no encontró el gimnasio?
De broma se burlaba de ella, Hinata lo miró retadoramente.
Naruto no terminaba de sorprenderla, podía estar allí aguantando la risa pero únicamente le regalaba una sonrisa.
¡Vete a la mierda Namikase!, Pensó ella.
- ¡Oh no! Como piensa usted eso, señor Namikase –Hinata se hizo la ofendida- Por lo menos yo no soy como sus antiguas secretarias
–caminó hacia su escritorio.- Yo si uso mi intelecto –y se sentó dejándole una sonrisa.Naruto rodó los ojos.
Mientras Hinata extendía los pies y los colocaba encima de su escritorio, de nuevo le dieron ganas de reír, si que ella se estaba tomando las cosas enserio, pero de nuevo lo único que atisbo fue a darle gracia al asunto y seguir con los papeleos.
Algún día ella se cansaría de ese jueguito y se incorporaría al trabajo, tal cual como antes.
- De verdad, aun no lo entiendo, Señor Namikase –Hinata le miró- ¿Quiere de verdad tener a una completa holgazana como secretaria?
- Será usted que en esta semana ha optado por ser holgazana –respondió el mirándola- Antes trabajaba duramente, aunque siempre estropeaba todo.
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Éxtasis
FanfictionNaruto un típico mujeriego rompe corazones que tiene a cualquier mujer a su alcance, Hinata una bella joven que al conocerlo piensa en no caer en su juego pero ¿será capaz?