Chapitre 7

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La jornada de trabajo había acabado, al menos para Alonso; ya que varios empleados aun se mantenían trabajando, como por ejemplo Evelin. El castaño paso enfrente del escritorio de su hermana pero esta no estaba en su puesto, el ceño del ojiazul se remarco y busco con la vista a su hermana, miro para todos lados pero no la visualizo por ningún sitio. La puerta de la oficina de Canela fue abierta y de ella salió el jefe del castaño, miró con extrañeza al chico y camino hasta estar mas cerca.

-¿Aun aquí Alonso? -pregunto Jos y metió sus manos a los bolsillos del pantalón negro que era parte del traje.- Voy a considerar aumentar tu tiempo de trabajo.

Sonrió con malicia y enarco una de sus ceja, Alonso al oír la voz de Jose giró su rostro y sus mejillas se tiñeron de un rojo leve, sonrió y negó con la cabeza. Mas tiempo con el jefe y seria la perdición para la cadera del ojiazul, si con tan solo un momento a solas con él sentía que quedaría inválido, ya a esas alturas su trasero le estaba reprochando por ir tan rápido.

-Buscaba a Evelin para irnos juntos, ella ya esta en su hora de comida -dijo con un toque de decepción, hizo una pequeña mueca y miro con cierta pena al ojimiel- pero creo que...ya se fue. Tendré que tomar un taxi.

Canela miro serio al castaño y negó lentamente.

-No puedo dejar que te vayas solo, yo te llevare -sonrió de lado.

La sorpresa se reflejo en la vista del ojiazul y negó frenéticamente, seria el fin de su mundo si Evelin lo ve llegar con Jos.

-No, no, no yo puedo pedir un taxi o puedo irme en autobús. No es necesario -hablo tan rápido que ni él mismo pudo ordenar bien las palabras que salían de sus labios.

La media sonrisa que Jose tenia se desvaneció y la seriedad volvió a su rostro, una de las tantas cosas que sacaban a Canela de sus casillas era que no hicieran lo que el dijera y mas aun si intentaba ser amable con aquella orden.

-Al parecer no entendiste -camino hasta estar frente a frente con Alonso y con una distancia mínima, susurro con voz grave- te llevare y es una orden.

-¡No eres mi padre para que me des ordenes! -se puso de puntas para alcanzar los ojos de Canela y mirarlo con aires de autoridad.

Una risa divertida salió de los labios del pelinegro y negó lentamente con la cabeza, de un momento a otro ya tenia presa la cintura de Alonso entre sus brazos.

-Quizá no sea tu padre pero soy te jefe cariño, y harás lo que yo te diga. Aun estas dentro de mi empresa y tendrás que obedecerme -hablo victorioso y miro con soberbia al chico preso por sus brazos.

-Hum...en verdad que eres insoportable -dijo con un pequeño puchero en sus labios y desviando su vista de la penetrante mirada de Canela.

-¿Andando entonces? -suavizo su rostro y sonrió.

Alonso negó con una sonrisa y beso los labios de su querido jefe.

-Andando, pero primero suéltame

Jos libero las caderas del castaño y se aseguro que la puerta de su oficina estuviera perfectamente cerrada. Unas zapatillas se escuchaban acercarse pero ni Alonso y mucho menos Canela lograron escuchar aquellos pasos retumbar contra el azulejo color blanco. Jose tomo la mano de su pequeño asistente y se encaminaron por todo el pasillo con sonrisas en sus labios y hablando de una manera natural, ambos se sentían cómodos con la compañía del otro. El ojimiel llamo el ascensor y subieron a este, antes de que las puertas se cerraran, Canela beso los labios del ojiazul y Alonso gustoso lo acepto. Las puertas se cerraron y unos ojos cafés se abrieron en su totalidad.

Una pequeña sonrisa adorno el rostro de aquella bella joven, negó con una sonrisa y se dirigió hasta su escritorio. Tomó asiento y coloco sus brazos cruzados sobre el escritorio.

-Ahora entiendo el por que el señor Jose nos dio mas tiempo libre y su humor cambio en la reunión. -sonrió un poco mas y miro en dirección a la oficina de Canela- en hora buena llegaste pequeño Alonso.

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@CursiPeroJalonso

Enamorado Del Asistente. -|Jalonso|-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora