Chapitre 35

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—¿Que? ¿Pero...como? —su mirada demostraba la sorpresa y terror que sentía carcomer todo su cuerpo.

—Al parecer el día que salimos de México su pareja nos siguió de cerca y dio con la ubicación de la empresa —confesó serio, tomó las manos del ojiazul entre las suyas y les dio un ligero apretón para tranquilizarlo— gracias a los guardias no logró acercarse a la casa.

Alonso sentía que estaba al borde de un ataque de pánico y para el estado en el que se encontraba no era lo mejor que pudiera pasarle, las manos del ojimiel acariciaban las suyas tratando de que conservara la calma pero el saber que había otra persona que les quería hacer daño y peor aun que era aliado de su hermana fue suficiente como para que sus nervios lo consumieran al grado que sus manos temblaban mientras sus ojos comenzaban a lagrimear.

—Amor, calmate por favor... —Canela trató de hablar calmado para no alterar aun mas al castaño pero por mas serenidad que tratara de aparentar él también estaba a nada de sentir la agonía asfixiando su cuello.

—Y-ya no puedo mas...—terminó por romper en llanto, zafando sus manos de la prisión de las de su esposo; cubrió su rostro haciendo eco sus sollozos que iban en aumento— c-créeme que trate de no pensar mal, de no ser negativo pero ya no...¡todo esto me tiene cansado!

Los clientes que estaban en el restaurante giraron sus vistas a la mesa de donde ambos estaban, susurraban mientras señalaban al ojiazul. Una mujer se levantó de su asiento e importándole poco que su acompañante le dijera que se volviera asentar; se encamino hasta su mesa con la intensión de hacer mas que una pregunta.

—Sé que me estoy metiendo en algo que no importa pero no puedo dejar que el joven siga llorando así y menos en su estado —dijo con seriedad dirigiéndose a Jos.

La manera en que la mujer le habló al ojimiel fue casi en forma de reproche, al parecer todos ahí pensaban que el pequeño Alonso lloraba por alguna discusión que estaban teniendo ellos dos. Canela entendió que no era momento de dar explicaciones pero si intentaba sacar a su esposo sin decir nada todos pensarían mal y mas problemas era lo que menos necesitaban en esos momentos.

—Créame que esta todo bajo control —se puso de pie y llamó al mesero— si piensa que esto es por culpa mía tenga por seguro que no es así. Lo que menos quiero es hacerlo sufrir pero ahora no tengo tiempo para dar mas explicaciones.

Cuando el meso llego le pidió la cuenta y este se la entregó de inmediato, ya que suponía que para ello le había llamado. Canela pagó la cuenta y tomó por los hombros al castaño.

—Le gradezco que se preocupe pero ahora tenemos que irnos —dijo un poco alterado y sin mas salieron del restaurante.

Al subir al auto Canela ayudo al ojiazul a colocarse el cinturón y puso en marcha el auto. Quería golpearse mentalmente por haberle dicho la verdad a su esposo, entendía lo desesperado que se encontraba su lindo chico por averiguar lo que le perjudicaba pero aun así creía que pudo haberse esperado un poco mas o al menos cuando estuvieran a solas y no en un lugar publico. La mente de Jos estaba tan ocupada en reprocharse lo idiota que había sido su decisión que no notaba las muecas de dolor que comenzaba a reflejar el rostro empapado de su esposo.

—J-jos duele... —dijo en un quejido el ojiazul.—duele mucho...

Canela volteo por un momento y miró a su esposo agarrándose su vientre.

—Amor, respira te llevare al hospital —dijo controlando la desesperación que poco a poco iba sintiendo cada vez mas.

—Jos por favor... Acelera —un quejido de dolor hizo que abrazara su barriga abultada.

Sin pensar dos veces, Canela acelero volteando a ver a su esposo en pequeños ratos para cerciorarse de que no se volviera algo mas peligroso.

—Respira ya mero llegamos, solo respira, amor —tomó con una mano las de su lindo esposo y le dio un apretón.

El castaño comenzó a respirar agitadamente, tomó la mano de su esposo y con fuerza comenzó a apretarla hasta que sus dedos se tornaron un poco blancos de la punta. Canela conducía rápido pero procuraba mirara a todos lados antes de cruzar y en los semáforos rojos intentaba no pasárselos pero cada vez que frenaba sentía que el tiempo le gritaba en el rostro que tenía que acelerar aun mas. Cuando por fin llegaron, Canela no se preocupo en ir al estacionamiento sino que dejó el auto enfrente del hospital y ayudó a salir a su esposo; ya a esas alturas su frente goteaba de sudor.

Cuando entraron una enfermera vio al ojiazul y con rapidez llamó a dos camilleros, preguntó que sucedía y Jos contestó que le había dado un ataque de pánico, aun que él mismo en realidad no sabía ni que carajos estaba pasando lo único que le importaba era que sus razones de vivir estuvieran bien. La enfermera también preguntó cuantos meses tenía Alonso y eso fue suficiente para que todos; enfermeras, camilleros y doctores empezarán a correr. El castaño tenía 5 meses y estaba a punto de tener un aborto. El bebé se estaba quedando sin oxígeno y podía morir dentro de él sino se apresuraban.

Sentir terror era poco a lo que vivía el ojimiel, sentía que su vida se le iba por los dedos como agua y su corazón comenzó a estrujarse con cada sonido de las manecillas del reloj. Pasaron mas de cuatro horas y ninguna enfermera le decía que pasaba, solo las veía pasar de un lado a otro casi corriendo. Todo eso lo estaba asfixiando pero tenía miedo de salir y no estar por si lo necesitaban, miró su reloj y ya eran las 7 de la noche,  recargó sus antebrazos en sus rodillas y agachó la cabeza. Linda luna de miel.

Una camilla se escuchaba que se acercaba con rapidez y varias enfermeras estaban al rededor de ella, Jos alzo su rostro al escuchar las ruedas mas cercas y pudo jurar que sintió un frío por todo su cuerpo. Un chico con el vientre abultado estaba bañado en sangre. Al parecer había tenido algún accidente y por los rastros de sangre había sido uno muy peligroso, los doctores casi pasaron corriendo puesto que el tiempo ya no era mas que unos simples segundos. Las manos de Jos comenzaron a temblar y podía sentir como pequeños sollozos querían salir de su garganta pero trató de reprimirlos y ser fuerte por los tres. Pasaban los minutos hasta convertirse en horas para cuando un doctor se acercó a él todo se detuvo.

—¿Es familiar del joven Alonso? —preguntó el médico.

—Soy su esposo —respondo en seguida el ojimiel.

—Puede quedarse tranquilo, ambos están fuera de peligro —dijo y sonrió con sinceridad.

Canela pudo sentir como el alma le volvía al cuerpo y que su corazón volvía a latir normal, suspiro escandalosamente y sonrió.

—Muchas gracias doctor, de verdad gracias —en cada palabra pudo sentir como el nudo que tenía en su garganta se deshacía.

—En unas horas podrá volver a casa —dijo con calma— solo tiene que llenar unas hojas y después de un poco de reposo podrán irse.

Jos solo asintió y limpió con el dorso de su mano la lágrima que había salido sin darse cuenta. Preguntó si podía pasar a ver a su esposo y el médico asintió para luego acompañarlo hasta la habitación donde estaba Alonso. Al estar en la puerta el doctor lo dejó solo para que tuvieran un poco de privacidad al hablar. El pelinegro entro a la habitación y sonrió con tristeza al ver a su lindo esposo en esa cama de hospital, tomó el banco que estaba a un lado de la cama y se sentó lo más cerca que podía del castaño, acarició con de cuidado sus cabellos claros y dejó un pequeño beso en la mejilla del inconsciente Alonso.

—No sabes cuánto miedo tuve de perderlos —susurró y dejo salir un sollozo que hizo temblar su voz.— no puedo vivir sin ti, moriría si tú no estas.

Recargo su cabeza en el hombro de su esposo y lloró en silencio. Sin darse cuenta que unos azules ojos comenzaban a abrirse, el castaño había escuchado todo.

—Te amo —susurró con cansancio, llamando la atención de Jos— y jamas me iré de tu lado.

Sonrió y dejo un tierno beso en los labios de su esposo.

♡♥♡♥♡♥♡

:')

Denle amor a este capítulo por que estoy pensando que ya no les esta gustando esta historia :( y si es así ya no se ni por que sigo escribiendo la :""'(

@CursiPeroJalonso ✌🍦

Enamorado Del Asistente. -|Jalonso|-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora