Chapitre 30

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Cuando anunciaron a los abuelos de Jos sobre la boda la alegría abundó por toda la casa, sirvientes y cocineros los felicitaron e hicieron comida en honor a la próxima gran boda. Los viejecitos planeaban cada detalle de la celebración y acordaban que se comería, donde sería y quienes asistirían a la boda; sus mas íntimos amigos eran los primeros en la lista, le preguntaron al ojiazul a quienes invitaría a su boda y sin querer el recuerdo de su hermana llegó a su mente, en verdad quería que Evelin estuviera ahí con él, pero sabía que no podría ser así pero también pensó en Liliana, esa bella joven a quien ya le había avisado sobre su compromiso, ya que pudo contactarla por medio del nuevo presidente de la empresa de México. Ella junto a otros empleados que, Liliana eligiera, estarían invitados y también algunos compañeros de la escuela. La nostalgia de querer ir a una universidad le opacaba la felicidad pero ahora tenía que procurar otras cosas; una de ellas la boda y la otra el supuesto bebé que venía en camino, para esas alturas todos en la casa sabían de eso y no se limitaron en felicitar y ponerse a su disposición por si el castaño se le ofrecía algo. En verdad que eso de fingir antojos le estaba costando un poco su figura y el peso comenzaba a hacerse mas notorio, pero había veces donde llegaban y no podía contenerse a pedir lo que el bebé pedía. Aun que dijera que él mismo podía ir por sus bocadillos todos los sirvientes se negaban a dejar que Alonso hiciera hasta el más mínimo movimiento ya que sería el primer bebé que naciera en esa casa y querían que todo fuera perfecto en su formación y cuando naciera. Pasaron muchos años donde el único niño que había era Jose Miguel y aun que sus tíos ya tuvieran hijos nunca se tomaron la molestia de ir a visitar a sus padres, de vez en cuando llamaban preguntando si estaban bien o siquiera si aun se encontraba vivos. Jos comenzaba a notar cierto comportamiento extraño en su pequeño, su pancita había crecido un poco, pero era extraño como había cambiado de tamaño. Ya que todo lo demás estaba normal y sin ningún cambio solo era ese pequeño bulto que estaba enfrente y crecía cada mes. Sus hormonas estaban hechas una total locura y si le sumamos el humor explosivo que el ojiazul tenía no costaba nada que todo el mundo creyera la pequeña mentira piadosa. Pasaban los días y los pequeños aperitivos se convirtieron en meriendas completas entre comidas, la pequeña pancita crecía poco a poco y los ánimos que el castaño sufría eran cada vez más repentinos si no fuera por que Jos sabía que era mentira en verdad pensaría que dentro de esa abultada pancita había algo más que solo comida.


—Ya está, vamos con un doctor —bufo al ponerse de pie, Alonso solo lo miró desconcertado mientras aun mantenía una rebana de pastel de coco en su mano. — se que fue una mentira pero ahora yo mismo estoy comenzando a dudar.

—¿De quef estaf hablando? —la comida en su boca le impedía hablar con claridad, tragó el bocado que tenía y limpió el chocolate que aun quedaba en sus labios — yo estoy bien, me siento bien no entiendo por que tenemos que ir al doctor.

Jos quiso decirle que tenía sospechas sobre ese "supuesto bebé" y que desde hace muchos días el Alonso que tenía enfrente no era aquel a quien le propuso matrimonio. Al querer revelarle todo eso sintió que le daría esperanzas que quizá no tenían por que existir, tal vez solo estaba exagerando y todo se debía a que Alonso comía mucho y por ello le creció un poco el abdomen; negó lentamente con la cabeza y tomó un abrigo que estaba sobre la cama, anteriormente había salido y no quiso guardarlo ya que presentía que lo volvería a ocupar.

—Solo…solo quiero que nos revisen a los dos y no se, tal vez preguntar si…ya sabes si tú y yo…eh —miró el reloj que estaba sobre el mueble de noche y notó que pronto cerrarían el consultorio— solo vamos.

Alonso no hizo más que obedecer y buscar un abrigo para no pasar frío en la sala de espera, encontró uno que le gustaba mucho y siempre lo usaba cuando salía de vacaciones y la temperatura era muy fría, le encantaba tomarse fotos con ese abrigo y su nariz un tanto roja por el frío pues Evelin siempre decía que se veía realmente lindo y tierno.

Enamorado Del Asistente. -|Jalonso|-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora