Enamorado Del Asistente. -|Jalonso|-

Chapitre 17

Momento perfecto, era como Alonso definía al estar mirando directamente el rostro de Jos. Aquel joven amargado podía sacar su lado tierno y eso sucedía al momento de dormir, sus ojos cerrados y labios juntos era el significado de aquellas palabras. No pasaban de las cuatro de la mañana aun la luna podía ver todo lo que sucedía y podía testificar a favor si hablamos de las maravillas de la noche, no estaba en penumbras pues grandes y largos faros alumbraban las calles solitarias. El castaño aun veía fijamente el rostro dormido de Jos, sonrió inconscientemente y se acercó un poco mas al dorso de su querido jefe, Evelin no estaba en sus pensamientos y tal vez ahora no podría posarse en segundo plano ya que Alonso estaba a nada de ser legal y eso quiere decir que ya no necesitaría un tutor. La reunión en Río de Janeiro aun seguía en pie al igual que la propuesta que Canela le había hecho al ojiazul, el celular de Jos empezó a sonar e hizo que el castaño mirara con rareza el móvil que se encontraba dentro del pantalón negro que estaba en una esquina de la cama. Alonso miro al ojimiel pero este parecía no querer despertarse, se levantó un poco y tomó la prenda para poder sacar el celular. Al ver que era una llama de un tal "Albert" no sabía si contestar era lo correcto.

—¿Quien es? —preguntó el pelinegro aun adormilado.

—Albert —dijo confundido y extendió el celular hacía Jos, quien al escuchar el nombre se sentó de golpe y tomó el móvil.

—Phillips te he dicho que los horarios no coinciden en distinto continentes —dijo con cierto enojo— claro que se sobre Río ¿por que debería olvidarlo?…—enarco una ceja y sonrió con burla— la zorra que traes de novia no cuenta como dama imbécil…eso espero…vamos no sigues resentido ¿o si? —rió y negó con la cabeza— vale nos vemos

Jos terminó la llamada y bloqueo el celular, alzó su mirada y se topo con su pequeño amante con una mirada confusa y quizá con cierto toque de celos.

—¿No me vas a decir quien era? —preguntó el ojiazul.

—Un amigo de la infancia, al parecer mi abuelo esta convenciendo a medio país que tendré un hijo —rió con amargura— aun no entiendo su nivel de obsesión con eso, aun no quiero tener hijos

Alonso lo miró con un poco de pena pues él si quería tenerlos no importaba en el momento que fuera se sentía listo para ello, a pesar de solo tener diecisiete años casi dieciocho tenía la madures y pensamientos de alguien mayor.

—¿N-no quieres? —preguntó bajando la mirada.

Canela se sintió culpable al instante y se quiso dar una bofetada, tenía que practicar el no hablar sin pensar antes lo que dirá.

—No, no, no cariño no quise decir eso —acercó al castaño y lo ayudo a subir a su regazo— solo que aun no creo que estemos listos para ser padres, solo piensa, tú tienes mucho trabajo y con la universidad sera aun mas, a parte yo no podré estar con el pequeño si estoy hasta las once de la noche en la oficina y…

—¿Quieres niño? —pregunto con un tenue brillo en sus azulados ojos.

—B-bueno es algo complicado…pero la verdad yo…he—suspiró y relajó su rostro— si, tener un niño sería perfecto —sonrió un poco— al igual que tener una pequeña princesa.

Alonso rió y acarició la nuca del pelinegro, besó su frente y abrazó al ojimiel por el cuello.

—No suenas como si no quisieras hijos —rió.

—Tal vez, pero hay que ir lento —habló bajito cerca del oído de Alonso. —no quieras correr cuando puedes caminar.

Alonso se separó un poco y miró a Canela directamente a los ojos para después sonreír.

—Podemos aprender a correr juntos —besó los labios de su jefe a la vez que sentía mas fuerza en su cadera.

Aprender a correr no es malo, siempre y cuando sepas pisar bien. Un pequeño desliz podría ocasionar una gran caída en picada y con el podía llevarse miles de cosas.

El tintinear de una llaves hicieron que Alonso terminara el beso, Canela lo miró desconcertado pero aun así no dijo nada por algunos segundos, cuando intento reprochar el por que tan repentina separación escuchó como la puerta principal se abría. Ambos abrieron sus ojos de par en par y los nervios no tardaron en hacer temblar el cuerpo desnudo del castaño. La puerta no se escucho ser cerrada pero si la voz de un chico.

Ligeros jadeos se escuchaban en la planta baja y la puerta ser cerrada de un portazo no ayudo a mejorar la citación en la que ambos se encontraba acorralados. Mas jadeos se escucharon pero cada vez se escuchaban mas fuertes.

—¿Evelin trago a alguien? —preguntó Alonso desconcertado.

—Shh —Jos puso su dedo índice en sus labios ya que las pisadas se escuchaban subir las escaleras.

La puerta de la habitación de alado fue abierta y cerrada de igual forma como la de la entrada. Jos pudo sentir ligeras arcadas de solo escuchar los repugnantes sonidos. Sí, podía amar los jadeos de su novio mientras gritaba su nombre pero escuchar a otros tener sexo no era igual de excitante.

—¿Que hora es? —susurro Jos y el castaño se estiró para tomar el móvil del ojimiel.

—las cinco veinticinco —habló Alonso de igual manera.

—Vístete, saldremos un rato.

—Jos es de madrugada aun y a parte ¿como saldríamos? Evelin se daría cuenta —susurro angustiado el ojiazul.

—Es eso o quedarnos a escuchar gemir a tu hermana —dijo Canela de mala gana.

La respuesta era lógica y Alonso solo se levanto del regazo del pelinegro y busco casi a ciegas algo de ropa. Jos le siguió y se colocó de nuevo el traje. Al estar vestidos se acercaron a la puerta para abrirla lentamente, pequeños crujidos se escuchaban a la hora de empujarla y abrirla. Salieron de la habitación y casi de puntas pasaron frente la recamara de Evelin, ya a esas alturas era mas que obvio que la castaña no estaba en sus cinco sentidos pues una botella de cerveza estaba tirada cerca de la puerta y eso quería decir que de nuevo Evelin tendría relaciones con algún desconocido e imaginar a su querido Jefe en su lugar, vaya estupidez ya que su hermanito no tenía que imaginarlo o si quiera pedirlo ya que con tan solo un beso podía conseguir que Canela le hiciera ver estrellas o el mismo infinito.

Bajaron las escaleras y al estar cerca de la entrada, Alonso tomó su llaves procurando no hacerlas tintinear y abrió la puerta. Al ya estar fueras con paso rápido se acercaron al auto de Jos y subieron a este.

—¿Sabes a donde vamos? —preguntó Alonso mientras se abrochaba el cinturón de seguridad.

—A mi casa es obvio —sonrió con ego y arrancó el auto.

Pensar en tener otra ronda de sexo no salía de mas.

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Años sin actualizar!!  :"v

Pero he vuelto!!!! (/• o •)/

Jsjsjsjsjsjsjs

Oliwuis!!!

Como están? No se perdieron a la hora de buscar su salón? :v io no por que ya conozco la escuela :V

No hay justificación para dar :"c perdonen sólo que no quería actualizar de mala gana y arruinar todo.

¿QUIEN CHILPAYATE?

por que io si :3

Y yap, nos leemos pronto :v huy si he dicho eso tantas veces :V/
Se cuidan duerman bien, no se metan drogas y QUE VIVA JALONSO

@CursiPeroJalonso ✌🍦