Enamorado Del Asistente. -|Jalonso|-

Y Serán NADA¹'⁴

—¿¡Te casarás!? —gritó de nuevo al no recibir respuestas.

Alonso se quedo estático, no decía nada solo miraba a Evelin con los ojos muy abiertos y la mirada perdida; su mundo se había caído en un abrir y cerrar de ojos. La castaña no derramaba lágrima alguna, solo lo miraba con desprecio y enojo algo incomparable con los sentimientos que antes le demostraba. Evelin se acercó un poco a él pero se detuvo al instante.

—No puedo creer que un día te ame como a nadie —susurró con desprecio viendo a Jos.—  a pesar que sabias lo que siento nunca te hiciste responsable. Solo me ignoraste. —Los ojos de Evelin se tornaron levemente rojos y comenzaban a inundarse de lágrimas.

Alonso reaccionó al ver que esas palabras no eran para él. Parpadeo seguidamente y siguió la mirada de Evelin, Canela remarcó el entrecejo y la ira le nubló la mente.

—¿Hacerme cargo? ¿Qué tremenda estupidez estas diciendo? —dijo Canela con risa— yo no tengo que corresponder a tus insignificantes sentimientos, entiende que no eres nada para mi. ¿enserio quieres saber el por que nunca te vi más que una simple empleada? Piensa un poco ¿quieres? no eres suficiente para mí. No es tan difícil deducirlo, pero creo que te pedía imposibles. Bien ahora lo sabes.

Las palabras de Jos salían de una manera tan neutra que, llegaba a dar cierta pena la posición en donde se encontraba la castaña. Canela aun no perdía los estribos pero eso no quería decir que iba a ser paciente por mucho tiempo.

—¡Eres un desconsiderado! Yo te dí lo mejor que tengo, me diste esperanzas y ¿aun así dices que no soy suficiente? Que poco hombre eres —dijo Evelin con enojo y desprecio.

La ojiverde volteo a ver a su hermano quien parecía perdido y no se entrometía en aquella discusión, solo miraba de lejos casi pasando de desapercibido. Evelin lo miro con tristeza y se forzó a llorar aun mas.

—A-Alon tienes que saber algo sobre este hombre —se acerco a su hermano y quebró su voz — s-solo quiere acostarse contigo, no te puede llegar a amar. ¿Sabes? Tiene un asqueroso y repugnante fetiche por los chicos menores que él. Por favor tú no seas uno de ellos, hermanito

Alonso parpadeo un par de veces y volteo a mirar a Jos. Él nunca le había dicho sobre su fetiche y mucho menos que ya se había acostado con más chicos cercanos a su edad. Canela al ver la mirada de su pequeño asistente apretó sus manos en puño y miró a Evelin con demasiado enojo, no dejaría que le lavaran el cerebro a su novio y menos de una manera tan poco creíble.

—¿¡Como te atreves a decir algo así!? Sabes muy bien que eso no es cierto —gritó Canela enojo. —¡te toleré mas de una jodida vez tus estúpidas escenas de ego infantil!  Y no voy a soportar tu insolencia por mas tiempo. ¡Quiero que te vayas de mi empresa de una buena vez!

—¡No puedes correrme cuando te he dado lo mejor de mí! —grito Evelin y sus ojos se cristalizaron.

—Claro que puedo y sino te largas hoy mismo preparate para que te pudras en la cárcel, las cámaras no mienten y me serán muy útiles para que nunca vuelvas a ver mas que paredes y rejas —Jos se acercó a la castaña y con aquella mirada de ira la miro como si fuera basura— no sabes cuanto odie que sintieras "amor por mí "— hizo comillas con los dedos— me enfermaba de solo saberlo — después sonrió con arrogancia — ¿y sabes que me quitaba esas arcadas? mientras tu mendigiabas por un simple beso, alguien mas me hacia tener los mejores orgasmos de mi vida.

Alonso no entendía nada pero aquello le hizo sonrojase al saber que hablaba de él. Y aun que estaba ausente de aquella pelea, solo miraba inexpresivo a ambos. En su mente había un enredo de pensamientos y no sabía que hacer, nadie podría saber que hacer. Jos y Evelin aun peleaban pero el castaño se había ido y no podía hacer nada para detenerlos. Ambas perdonas que mas amaba en el mundo se encontraban discutiendo y Alonso sabía que pasaría después. Lo harían decidir entre ambos. Los demás empleados solo escuchaban los gritos y sabían que terminaría mal pero no podían entrometerse ya que era un asunto personal; el cual Liliana quería evitar a toda costa pero Evelin fue terca y entró a la oficina de Jos en el momento menos oportuno.