Chapitre 18

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Alonso sentía como sus ojos se cerraban inconscientemente y cada vez su cabeza se ladeaba mas. Aun se encontraban en el auto de Jos y muy lejos de la casa de este, pues el ojimiel siempre degustó de tener casas alejadas de la ciudad y que estuvieran rodeadas de vegetación. Los faros de la ciudad cada vez quedaban mas atrás y con ellos los grandes edificios y una que otra casa, el sol ya comenzaban a hacer presencia pues al ser ya mas de las seis de la mañana no era nada de que extrañarse. Al rededor de algunos minutos mas y el auto aparcó frente a una casa sutilmente rodeada de arboles y arbustos, los neumáticos del carro quedaron llenos de barro y una que otra hoja. Canela bajó del auto y se acerco al lado del copiloto, con normalidad abrió la puerta y movió un poco al pequeño castaño que estaba profundamente dormido.

-Hey, pequeño -susurro y acarició su cabellera un tanto revuelta.

Ligueros quejidos salieron de sus labios un cerrados y giró para darle la espalda al ojimiel.

-Vamos Alon te enfermeras si te quedas en el auto -no recibió ninguna respuesta de parte del ojiazul- bien.

Jos se adentró un poco para desabrochar el cinturón de seguridad, pasó un brazo por la espalda de Alonso y otra por debajo de sus rodillas. Lo cargó fueras del auto y con el pie cerró la puerta, camino por el pequeño sendero de piedras con algunas hojas secas. Al estar cerca de la entrada una mujer le ayudo a abrir la puerta, Jos sonrió y se adentro sin decir nada ya que sabía de sobra que Margareth no le reprocharía nada. La casa solo era de dos pisos pero era bastante amplía, solo con subir una escalera y doblar a la izquierda llego a su habitación. Aquella casa era bastante fría y no por el hecho de falta de cariño sino por que al haber demasiados árboles y vegetación de todo tipo hacían que el clima dentro de la casa fuera realmente frío. Canela dejo al castaño sobre la cómoda y lo cobijó bien, ya iba a dar las siete de la mañana pero por mas estricto que fuese Jos en cuestión de puntualidad y asistencia al trabajo no podían ir a la empresa ya que siempre Canela se quedaba en un apartamento cerca de la oficina para no tener que cruzar media ciudad para llegar tarde, eso no era apto para un presidente.

-Jos -llamo Margareth desde la puerta.

Canela se acerco a la mujer e hizo una señal con la cabeza para que lo siguiera y ella sin preguntar lo hizo, llegaron a una tipo biblioteca pero con la excepción de que está tenía puerta aun pequeño jardín que por lógica estaba al cuidado de Margareth.

-Solo te diré lo necesario así que piensa bien lo que dirás y preguntarás -dijo Jos con desinterés y metiendo sus manos a los bolsillos del pantalón.

La mujer suspiro y se acerco un poco mas, Jos era como un hermano para ella y sabia que tipo de relaciones llegaba a tener. Pues al tener solo treinta y dos años tenían la confianza suficiente para contarse todo.

-¿Qué edad tiene? -preguntó con desdén.

-diecisiete pero falta poco para que tenga dieciocho -respondió sin mirarla.

-¿Sus padres saben? -enarco una ceja.

Jos no dijo nada, solo la miró por la esquina del ojo.

-Bien entiendo, ¿hermanos, tíos abuelos?

-No te diré nada mas sobre él.

Margareth suspiro pesadamente y negó levemente con la cabeza.

-¿Lo amas?

-Querer morir por él, darle lo mejor que tengo y tenerlo siempre a mi lado...-se quedo callado pero después sonrió - si, lo amo.

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Corto, cortito y cortitito :V

Jsjsjs oliwuis!

Lo escribe en mi dos horas libres :3 por ello no es como los otros :"v

Pero las recompensaré :3

@CursiPeroJalonso ✌🍦

Enamorado Del Asistente. -|Jalonso|-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora