Capítulo XIX

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Esto definitivamente no es lo mío. Estoy en la despedida de soltera de Caroline, y el espectáculo que se nos ofrece es muy subido de tono, por no decir otra cosa. Todas estamos distribuidas en varias mesas, detrás de cada una de nosotras hay un hombre que se encarga de hacernos sentir bien. Aunque a decir verdad, no me siento nada cómoda. Me levanto y dejando al chico vestido de policía que me atendía, me dirijo a la barra. 

-¿Qué desea la hermosa dama? -El barman semidesnudo me ofrece la mejor de sus sonrisas y yo se la devuelvo- 

-Una copa de jerez por favor. 

-De inmediato señorita.

 Sentada en la barra observo el show. Caroline está sobre un gran escenario rodeada de hombres vestidos de super heroes que le bailan muy cerca. Las chicas abajo gritan eufóricas mientras disfrutan de los placeres proporcionados por sus hombres.

En realidad no puedo tolerar que un hombre me toque de esa manera, hay algunos que ya hasta tienen las manos por debajo de las blusas de las chicas y ellas como si nada. No me gusta para nada lo libertino del acto, no se sentiría igual si es con Marcus. 

Espera ¿Qué? ¿Marcus? OH no Elizabeth, te has pasado de la raya. Pero sí, tengo admitirlo. Estaría sentada en aquella silla si el hombre tras de ella fuera Marcus. No soy más que una Princesa tonta, no, no lo soy, o puede que sí ¡No! Ya ni siquiera sé lo que digo, juro por Dios que nunca me había sentido tan confundida, estoy tan conturbada que cada vez tengo más y más pensamientos contradictorios. 

Froto suavemente las sienes en mi cabeza previendo el inminente dolor de cabeza que siento avecinarse con la esperanza de apaciguar el impacto, tomo la copa entre mis manos y bebo la mitad de ella de un solo trago. Esta noche quiero distraerme, pero no quiero hombres para eso. 

-Para ser una mujer tan bella y esta una noche tan alegre, no la veo muy contenta. -El sexy barman me habla ciertamente preocupado- 

-¡Ja! -suelto una risa amarga- Esperaba a que no se notara. 

-¿Puedo preguntar que la acongoja? 

-Nada importante, es solo que no me siento cómoda con este tipo de espectáculo.

-Comprendo, es usted una señorita muy educada. 

-Sí, se podría decir que sí.

-¿Por qué no te marchas?

-No, no puedo dejar a las chicas solas, si pasa algo es mejor estar presentes. 

-Pues... evidentemente no puedes irte pero, tus amigas están bien abastecidas de trago, por lo que nadie vendrá a la barra. Lo único que puedo ofrecerte ahora para levantar el animo es todo el jerez que quieras y una buena charla. 

-Jajaja gracias, pero creo que te aburriría. 

-¿Por qué no me dejas juzgar a mi eso? -Responde llenando mi copa- 

-De acuerdo... hmmm...

-Matías, un placer -Toma mi mano y deposita un tierno beso en ella- 

-Dafne, encantada. 

El tal Matías es muy agradable. Está estudiando pediatría y está en este tipo de negocios para sustentar sus estudios. Vive con su abuela y sus tres hermanas menores que van a la escuela. Pregunta cosas sobre mi muchas veces, siguiendo el papel de Dafne le cuento que soy Francesa, que estoy de vacaciones y vine por la boda de una amiga. Nota que evito hablar mucho sobre mi así que desvía el tema hacia banalidades sobre él. 

-Jajaja -Río sin poderlo evitar - No puedo creer que le hayas respondido eso a tu maestra. 

-Uff, imagínate su rostro, se desfiguró de tal manera, que por un momento no la reconocí. 

Príncipes En FugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora