❤Lean abajo por favor❤
------------------------------------------
Marcus me ciñe con su brazo izquierdo, aprisionandome con mucha fuerza pero, a la vez con mucha dulzura. Su aroma viril mezclado con el insípido aroma a hospital, inunda mis fosas nasales, me incita a perder el control. Su rostro se va acercando al mio, y sé exactamente lo que significa. No puedo más que cerrar los ojos esperando ansiosa a lo que parece un inminente beso. No voy a mentir, yo también deseo que me bese, fue en lo único que pude pensar mientras lo ignoraba e intentaba alejarlo de mi vida. Pero, el destino es cruel e irónico.De pronto siento que la espera se hace eterna, abro mis ojos lentamente y lo que veo me hace enrojecer. El rostro de Marcus está lejos del mío, noto como apenas puede contener la risa por haber estado obervandome por quien sabe cuanto tiempo, por mi rostro esperando recibir un beso ¡Que vergonzoso! Que demonios le sucede a este tipo, es como la primera y segunda vez que traté con él.
-JAJAJA -estalla soltándome- Tu cara esperando recibir un beso es muy graciosa.
-No es chistoso *Bâtard* -Respondo empujándole con fuerza pero apenas se movió-
-Una dama no debería decir groserías - Su actitud jactanciosa cambia por una más adusta- Ahora escuchame bien niñata. Me voy a vivir contigo y con tu amiga pero, me vas a tener que ayudar en TODO, y bajo mis condiciones.-Marcus acercaba su rostro al mío con cada palabra que escupía, hasta tener nuestras narices rozando- Espero no te arrepientas porque no e olvidado el primer beso que compartimos los 2, y créeme que no será el último. Te juro por todo lo que tengo que vas a ser tu quien diga *embrasse-moi* -Finalizo Alejándose bruscamente-
Justo en ese preciso momento apareció Caroline con el auto, sin más remedio tuve que callarme y cerrar la boca. No quiero que Caroline se entere de lo que imagino que planea este hombre. Tenerlo bajo el mismo techo es algo peligroso, lo admito. ¡Rayos! Si no fuera por ese maldito beso nada de esto estaría pasando. Intento respirar con más calma para apaciguar mis pensamientos. El beso estuvo bien, yo tendría que haber tenido cuidado con la bicicleta, pero él también tiene que entender que yo quiero dejar ese magnífico beso, enterrado en aquella mágica noche.
Aparcamos en el estacionamiento del hotel donde se hospeda Marcus, el cual por un irónica conveniencia, queda a tan solo unas cuadras del hotel de Caroline. Esta última nos indica -para mi mala suerte- que nos deja solos para ordenar las cosas de Marcus mientras ella va a preparar la habitación del mencionado. Maldigo en los adentros aceptando de mala gana la idea de mi amiga. Marcus y yo caminos uno al lado del otro en completo silencio hacia el ascensor.
Ninguno de los dos dice absolutamente nada, siento que cualquier cosa que diga, le dará pie a molestarme o seducirme, cualquiera de las dos es mala. De pronto él ascensor me parece muy pequeño, las paredes se reducen y tengo Marcus cada vez más cerca. Noto como mi pulso se acelera y mi respiración se corta. A penas las puertas del elevador se abren, salgo hecha una bala de allí. No es la primera vez que subo a un ascensor, y tengo que reconocerlo por mucho que hiera mi real orgullo. Es este hombre él que con su sola presencia activa todas mis terminaciones nerviosas.
Una vez dentro arrojó una pequeña billetera sobre uno de los sofás de la elgante sala. Él "Caballero" sin siquiera mirarme se adentró en una de las puertas del corredor, asumo que su habitación o el baño. Ruedo los ojos sin poder evitarlo, su actitud deja mucho que desear y por supuesto no le daré el placer de fastidiarme o pasar sobre mi. Avanzo con lentitud hacia él imponente ventanal a un costado, observando con admiración la majestuosa ciudad que se extiende a mis pies, decorada por el ocaso inminente. Sin duda una vista espléndida, y algo costosa opino yo. ¿Qué hará para vivir? Digo, para poder darse el lujo de pagar un penhouse de semejante magnitud y lujos, debe ser alguien con mucho dinero. ¿De que vive? ¿Cómo se gana la vida? ¿Quién es él realmente?. Un torbellino de preguntas sin respuesta con respecto a Marcus atropella mi mente, dejando que me pierda en ella por quien sabe cuanto tiempo.

ESTÁS LEYENDO
Príncipes En Fuga
RomanceElizabeht Whitmores Lensuá Princesa de Buambrich, debe casarse y asumir como Reina a sus cortos 20 años de edad. Decidida a no esquivar su destino ancestral, decide concederse 6 meses de libertad antes de llegar al trono. Huye fuera de su país e in...