Capítulo XII

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Dos semanas, dos semanas en las que me las he pasado "peleado" con Elizabeth. Desde aquel pequeño incidente, esta no hace más que ignorarme, hablar conmigo más que lo justo y lo necesario, y cuidar mi brazo por supuesto, aunque no este muy feliz de hacerlo. 

Esto no es bueno, como se supone que le diré la verdad si está moleta conmigo. El tiempo corre y yo sigo aquí sin concretar ningún plan para recuperar mi Nación. No me malinterpreten, en realidad lo tengo todo fríamente calculado, de hecho es muy sencillo. Le cuento la verdad de nuestras identidades a Elizabeth, le planteo la situación en la que nos encontramos debido al pernicioso de mi padre, la convenzo  de hacer el papel de Princesa injuriada y humillada por el repentino rompimiento de un compromiso de años de planificación ante las cortes nacionales e internacionales, quienes al ver la tragedia de la princesa desistirán de la validación del matrimonio entre la Princesa de Francia y mi hermano. Otorgándome a mí la mano de la Princesa Marinette y a mi hermano la mano de Elizabeth. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. 

Eso sí, suponiendo que Elizabeth acepta, si está enemistada conmigo difícil que acepte mi proposición, conociendo su orgullo -Y más aún ahora que se que es un orgullo de Princesa- tengo que estar en buenos términos con ella.  Además, tiene motivos para estar enfadad conmigo, no le doy la razón porque sé que disfrutó tanto como yo y que si no fuera porque tuve la decencia de controlarme, hubiéramos llegado hasta el final. No me arrepiento de nada porque sus besos, su tacto y sus ojos sobre los míos, provocaron las mismas corrientes eléctricas que aquel primer beso. Pero es una princesa, no, más que eso es una mujer, de la cual conozco su dolor y pesadumbre, por ello entiendo sus anhelos y deseos, y yo me aproveché de ello. 

En fin, ayer tuve control médico y mi brazo por un milagro mejoró considerablemente. Aún me queda un mes con el yeso pero, se estimaban unos dos meses y en dos semanas está casi listo. Estas dos semanas no he hecho más que ver televisión y comer, Elizabeth pasa mucho tiempo fuera de casa y Caroline pasa sus tardes enteras con Matt preparando la boda que por cierto, será en 1 mes, la familia de Matt es adinerada por lo que su dinero compró una una fecha tan próxima. Espero para ese entonces no tener esta cosa en mi brazo, es realmente irritante. 

Esta tarde me juntaré con un enviado de Ryan, al no poder venir el desde Condell por sus obligacines -y por lo sospechoso que sería- Ha enviado una persona de confianza con una carta, enviarla el mismo era muy arriesgado. Aprovecharé que hoy no hay nadie para reunirme con el mensajero. 

Salgo de la casa únicamente con unas llaves mi celular y unos billetes

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Salgo de la casa únicamente con unas llaves mi celular y unos billetes. Guiado por el móvil llego hasta un paradero donde se supone pasa una micro que me dejará justo en el punto de encuentro. Esto de viajar en transporte público me encanta, me siento como un niño en un carrusel o algo por estilo. Ver las calles tranquilamente, la gente en todas sus variedades subiendo y bajando, el rapero que rima con la gente que está arriba, el sonar del timbre al abrirse y cerrarse la puerta, y el sonido de la maquina al andar son simplezas extraordinarias. Son precisamente estas pequeñeces las que definitivamente voy a extrañar de regreso a Condell. 

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