Capítulo XXVI

35 1 6
                                    

El muchacho se abalanza sobre mi con cuchillo en mano e intenta clavarlo en mi pecho, sus movimientos son toscos y torpes, es evidente que no sabe cómo hacerlo, o lo que hace, me temo. Lo esquivo sin dificultad y pasa de largo, vuelve su vista hacia mi, la mano que sostiene el cuchillo le tiembla, y en sus ojos veo el mismo pánico que me trajo hacia aquí. Creo que puedo razonar con él.

-Tranquilo, no vayas a cometer una locura. Sé que no quieres hacer esto.

-Usted no sabe nada de lo que yo quiero.

-Entonces dime... ¿Cuál es tu nombre?

-No le importa -Su voz entrecortada seca me indica que tengo la razón, el no quiere matarme-

-De acuerdo, entonces dime que es lo que quieres.

-Yo quiero... -Observo como titubea un momento mientras piensa- Quiero salvar a mi hermana.

-Yo puedo salvar a tu hermana.

-No, no puede. -Con una mano libre revuelve su cabello violentamente al tiempo que aprieta sus ojos con fuerza-

-Claro que sí, haré todo lo posible, solo tienes que confiar en mi.

-Tiene razón -Abre los ojos de sopeton y sonríe con tristeza- de verdad lo siento.

Nuevamente se lanza sobre mi blandiendo el cuchillo al aire, es tan borde su movimiento que nuevamente lo esquivo, solo que esta vez lo jalo de brazos y lo reduzco por su espalda, suelta el arma blanca apenas torso su brazo. Con mi pie lo desequilibrio y cae al suelo conmigo encima haciendo peso para que no se levante.

-Vuelvo a repetir, dime tu nombre -Le ordeno apretando más su brazo-

-Daniel -Responde rompiendo en llanto- Daniel Daniel Daniel

-Tranquilo Daniel, puedo ayudarte pero tienes que cooperar conmigo.

Con mi mano libre alcanzo el cuchillo y lo lanzo lejos hacia no sé donde para que no lo coja.

-¿Por qué me atacaste?

-Porque tiene a mi hermana -Cada vez llora más fuerte-

-¿Quién la tiene?

-No lo sé, un hombre bajo me dijo que tenía que acabar con usted y la dejaría ir.

-Hombre bajo...

Inmediatamente se me viene a la cabeza la imagen repugnante de Jeromie, quizá no estaba imaginando nada cuando creí haberlo visto momentos atrás.

-¿Cómo era ese hombre?

-Bajo, regordete, de nariz ancha. No sé nada más, solo pensé en mi hermana cuando me mostró una foto de ella amordazada.

Si es que Daniel se contuvo en algún momento dejó de hacerlo. Su llanto se convirtió en gritos desconsolados. No es para menos, después de todo es Jeromie quien tiene a su hermana, los rasgos concuerdan y temo que suceda lo peor por mi culpa.

-Daniel tranquilo y escucha con atención... Te voy a soltar ¿De acuerdo? Pero no intentes nada o me veré obligada a golpearte. ¿Estamos claro?

-Sí...

-Una vez que te suelte iremos por ayuda y buscaremos a tu hermana, y tu nos vas a ayudar.

Con lentitud voy aflojando mi agarre de su brazo, luego me levanto despacio y le ayudo a pararse. Se queda de pie un momento sobando el sector que presioné.

-Tiene mucha fuerza.

-No, solo sé donde agarrar.

Le sonrío con amabilidad y el trata de corresponder. Caminamos uno al lado del otro, lo llevo en dirección a la plaza central para hablar de esto con Antoine, me gustaría hacerlo con Marcus ya que él entendería mejor sobre Jeromie, pero debe estar ocupado con Marinette...ayudando gente claro.

Príncipes En FugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora