Mi primer amor | Johnny Orlando.

T2 Cap. 6

Narra Tn.
Tan pronto salí del hospital, di un gran suspiro, una sonrisa formándose en mi rostro.

Al fin, libre.

Aunque, aún siento algo mal.
¿Por qué mis padres nunca vinieron? No cartas, no flores, no llamadas... no nada.
Ni siquiera Josh o Sarah.
¡¿Qué Matty no les dijo que estaba en un hospital por un maldito mes?!
¿Qué clase de familia tengo?
¿Por qué Matty nunca vino a verme cuando el yo vivimos bajo el mismo techo?
¿Por qué me dispararon? ¿Hice algo mal? ¿Había herido alguna vez en mi miserable vida a esa persona?
Debería estar–

—¿Tn?–dijo Johnny tocando mi hombro suavemente sacándome de mis pensamientos.

—E-estoy bien, ya vámonos.

—Tn estamos en frente de tu casa. Estamos en la camioneta. Mira a tu alrededor.

Mire a mis alrededores y si, estaba en frente de mi casa y yo estaba en la camioneta.

—Baja, alguien te están esperando–dijo Johnny abriendo la puerta de la camioneta.

¿Mi familia?

Baje a toda velocidad de la camioneta, abrí la puerta rápidamente para encontrarme....
A nadie.

—¿Qué mierda Johnny?–dije maldiciendo por error.

Siempre que estoy enojada o frustrada maldigo sin darme cuenta. Mi culpa.

—Aquí no hay nadie. Juro que si es una de tus bromas–

—¡¡Tn!!–dijo Matty saltando detrás mío.

—Aaaa–grité. Golpeé a Matty en su mejilla derecha por error y este cayó al piso lleno de dolor.

—Auch–dijo Johnny.

—¿A si es cómo recibes a tu hermano?–dijo Matty levantándose.

—Pues, tú ni me recibiste en el hospital si mal no recuerdo–dije frunciendo mi ceja derecha.

—Ah, hablando de eso...

—Yo mejor me voy, ya saben, tengo cosas que hacer. B-bueno, no vemos–dijo Johnny saliendo de la casa apurado.

—Bueno Matty, quiero que–

Fui interrumpida cuando Matty me puso contra la pared, su mano izquierda apretando mi cuello.

—¿Te divertiste en el hospital, hermanita?–dijo viéndome fríamente en los ojos.

—¿Q-qué?...–dije hablando muy rasposo ya que Matty presionaba muy fuerte mi garganta.

—M-matty me duele-e. Suéltame y-y podremos-s h-hablar.

El sonrió satisfechamente, para después hablar.

—Lamento no haber ido a verte, tenía unos asuntos pendientes–dijo sonriendo.

Cada vez que trataba de soltarme de su agarre, más fuerte apretaba su mano en mi garganta.

—M-mamá, p-papá, h-her-mano-s–dije. Podía sentir que el oxígeno se me estaba yendo.

—Ya no hay familia Tn–dijo Matty riendo–Dieron su último adiós hace unos días.

No, mis padres ni mis hermanos pueden estar muertos, ¿o si?
Matty no puede tener un corazón tan frío y malvado cómo para matar a su propios padres y hermanos.