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De repente, siento como mis pies tocan el suelo duro y firme. Abro mis ojos y lo primero que hago es separarme de Thor y observar con atención a mi alrededor. Mi corazón late de una manera inexplicablemente rápida, pero no me toma más de dos segundos caer en cuenta de en donde nos encontramos: es uno de los balcones que conectan con la sala de estar del piso de Los Vengadores. He estado en este lugar tantas veces, tan solo observando la hermosa vista a la ciudad de New York que este pequeño lugar me brindaba.
—Tengo que ir por tus padres —mi informa Thor—. Ve adentro, de seguro les darás una grata sorpresa a todos allí.
Antes de que siquiera pudiera responderle algo, el rubio ya ha desaparecido. Volteo hacia la entrada de la sala de estar y, sin esperar demasiado, me adentro al lugar con una enorme sonrisa en el rostro... La cual no tarda nada en desaparecer, pues el lugar se encuentra totalmente desolado.
Suelto un pequeño suspiro y doy unos pocos pasos para posicionarse en el centro del salón y dar una mirada pulcra alrededor de todo el espacio. Nada parece haber cambiado de lugar; la alfombra es la misma esponjosa y color beige, los muebles seguen estando igual de relucientes que la última vez que los vi, incluso hay paquetes vacíos de snacks sobre la mesita de café tal cual como me había acostumbrado a encontrar cada vez que me hallaba aquí. Observo la televisión, se encuentra encendida y está en uno de esos canales donde pasan los tontos realitys con los que Sheila ama perder el tiempo.
Me doy vuelta con la intención de ir en busca de alguno de los chicos, pero el ruido de unas voces no muy lejananas obliga a mi cuerpo quedarse estático en su lugar. Observo la puerta que da hacia la cocina y ésta se abre de pronto dejándome ver a dos muchachos jóvenes que vienen discutiendo con efusividad, sin percatarse de mi presencia a solo unos cuantos metros de distancia de ellos. Las comisuras de mis labios se elevan al máximo casi de manera monótona, pues reconoczco a ese par tan rápido que la sensación de felicidad me recorre por completo.
—¿Estás loca, mujer? —Clint mira a Sheila como si a ésta se le hubiera zafado un tornillo— ¿Sabes lo que conllevará mantener una relación con alguien del equipo?
—Bien, escucha, primero no vuelvas a llamarme "mujer" en ese tono de superioridad otra vez si no quieres perder tu amiguito de abajo —rio ante aquel comentario. Ambos voltean hacia mi para hacerme un gesto rápido con su mano y hacerme callar, para luego retomar con su discusión—. Hola Charlie. Segundo, ¿cómo te atreves a...? ¡¿QUÉ DIABLOS?!
—Hola, chicos —me encojo de hombros mientras les sonrío con los labios apretados.
—¡Eres una...! —pero no puedo oír lo que continuaba de aquella frase de Sheila, pues en menos de lo que canta un gallo ya tengo a mis dos amigos abalanzados sobre mi y abrazandome como si sus vidas dependiera de ello.
Suelto una carcajada cuando Clint rodea mi cintura con sus brazos y nos da un par de vueltas en el lugar. Los dos no emanan nada más que entusiasmo al verme y yo no puedo hacer otra cosa que devolverles el gesto con la misma intensidad. Me habían hecho muchísima falta y verlos después de tanto tiempo me generaba cierta nostalgia. Noto que Clint trae un corte de cabello nuevo y que la cabellera de Sheila ya no es de color negro intenso sino de un castaño casi rubio. Sé que siguen siendo los mismo tontos que tenía como amigos, pero se ven tan diferentes físicamente que es como si estuviera delante de dos personas completamente nuevas.
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OUTSIDE THE DARK ― steve rogers
Fanfic❝Más allá de la oscuridad, encontraremos nuestro camino❞ COVER BY → @-Naria copyright © 2016