Estoy en el salón del departamento que comparto con Steve, el estaba de misión desde hace dos semanas y la verdad es que me muero por verlo.
Solo tengo ganas de estar entre sus brazos, besarlo, acariciarlo, hacer el amor con el, no me importa si llega, sucio, con mucha tierra, con lodo, la verdad no me importa yo lo amo de cualquier manera.
Son las 2:30 de la mañana, Steve está por llegar, se que se sorprenderá al verme despierta ah estás horas, pero después lo entenderá.
Como si lo hubiera llamado con el pensamiento, escucho la puerta abrirse, me levanto rápidamente del sofá y corro hacia el para al final terminar sobre el, con mis manos al rededor de su cuello y mis piernas al rededor de su cintura, mientras el me tomaba de los muslos.
Me sonrió y yo lo hice igual, entonces empezé ah besar todo su rostro, mientras el reía levemente, para luego besar sus hermosos labios desenfrenadamente. Hasta quedarnos sin aire, al separarme de el, me miró con una sonrisa gigante.
-¿Me extrañaste?-cuestiono.
Cómo se le ocurre preguntar si lo estrañe, si desde que se fue no eh parado de pensar en el, me entristecía no saber nada de él, pero me alegra saber que está en perfecto estado.
-¿Que crees Rogers?-cuestione, besando sus labios cortamente.
Me sonrió y se quedó callado, empezó ah caminar, por el pasillo conmigo sobre el, para luego adentrarse ah nuestra habitación cerrando la puerta tras nosotros.
-Pues, creo que no me estrañaste, más de lo que yo te estrañe ah ti-respondió la pregunta que le había echo anteriormente-pensé que estarías dormida, para cuando yo llegara-dijo alzando una ceja.
-Es que no podía dormir-susurre sobre sus labios.
-Oh y ¿Ah qué se debe que no puedas dormir?-cuestiono mirándome ah los ojos.
-Bueno, ¿Que tal si te digo que quiero que me agas el amor?-me sonroje al decirlo, pues lo hemos hecho varias veces, pero siempre que se lo pido me sonrojo y el lo hace igual-es que leí que eso funciona para que las personas puedan conciliar el sueño... Por eso estuve pensando que como no puedo dormir, por qué no me haces el amor, ah ver si lo logro-trate de decirlo coqueta.
-Bueno, veamos si funciona-dijo pícaro, para luego abalanzarse contra mis labios de una manera tan pasional que me sorprende.
Caminó conmigo hasta la cama aún sin romper el beso, me recuesta en esta y se posiciona encima de mi, empieza acariciando toda mi anatomía con una delicadeza increíble, pareciera que yo fuera una muñeca de porcelana para el y no me quisiera romper.
-Como estrañe tus caricias-susurre al separarme nuestros labios por falta de aire.
-Y yo como estrañe todo de ti-se aproximó ah mi cuello, besándome dulcemente con calma, con cada toque yo me estremecía cada vez más.
Empezé ah levantarme lentamente, haciendo que el se sentará en medio de la cama, aproveche que estaba en esa posición y me senté sobre el, coloco sus manos en mi espalda deslizandolas de arriba hacia abajo.
Lleve mis manos hasta su camiseta y se la empezé ah levantar lentamente con calma, el levanto sus brazos para que yo pudiera quitársela por completo. Luego el me quito mi blusa, solté un leve jadeo al sentir su masculinidad tan erecta en mi zona, entonces lo bese y empezé ah moverme de alante hacia atrás sobre el.
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El mordió mi labio inferior levemente, yo sonreí en medio del beso, lleve mis manos hasta la parte trasera de su cuello para profundizar el beso. El quita mi sujetador y vuelve ah recostarme sobre la cama, el quedando encima de mi nuevamente.
-Te amo preciosa-susurra con voz ronca en mi oído.
-Te amo aún más cariño-susurre de la misma manera.
El empezó ah, hacer un camino de besos desde mi barbilla hasta mis pechos, donde se detuvo para besarlos delicadamente, mientras yo me estremecía de bajo de él. Siguió su camino hasta los costados de mis cintura, donde repartió varios besos, para luego besar mi ombligo provocándome unas diminutas cosquillas. Bajo hasta encontrarse con el borde de mis shorts, levanto la mirada hacia mí, como para pedirme autorización para quitarlo ah lo que yo asentí rápidamente el sonrió y empezó ah bajar mi shorts y mis bragas lentamente, en el transcurso beso mis piernas provocando un gemido de mi parte.
Se volvió ah pocicionar sobre mi, para besarme tiernamente todo mi rostro, enserio lo amo en todo tiene que ser tierno y delicado. Deslize mis manos desde su torso hasta su pantalón, para quitárselo cuando ya no me daban más mis manos para seguir bajando su pantalón el mismo lo hizo llevándose así su boxer.
Bajo su mano izquierda hasta mi zona y la movió suavemente en círculos, provocando uno que otro gemido de mi parte, me volvió ah besar y gemí entre su boca cuando aceleró su movimiento, sentí como sonreía sobre mis labios, lo mire ah los ojos, queriéndole decir que lo necesitaba urgentemente.
-S-steve-gemí-por f-favor t-te necesito-hable con dificultad, pues mis gemidos no cesaban-t-te n-necesito pero ya.
El asintió y quito su mano de mi zona, para mirarme directamente ah los ojos, tenía los ojos más oscuros de lo normal, tenían un brillo lleno de lujuria. Separó mis piernas aún mirándome ah los ojos y se colocó más en el medio, tomo su miembro ya bastante erecto y lo dirigió ah mi entrada, empezó ah entrar en mi despacio y cuando lo hizo por completo arqueé mi espalda soltando un gran gemido, el me beso otra vez con cariño.
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Empezó ah moverse levemente dentro de mi, aún sin romper el beso, yo disfrutaba cada embestida que hacía, hacer el amor con el, es como estar en el paraíso, al romper el beso, se aproximó ah mi lóbulo izquierdo y lo beso suavemente, mientras me susurraba cosas tiernas, sus embestidas eran tan suaves que torturaban y yo quería mucho más.
-A-amor, más r-rápido-suplique.
Entonces el empezó ah embestir más profundo y fuerte, sacándonos gemidos y jadeos ah ambos, sus movimientos cada vez eran más fuertes y yo cada vez más me sentía cerca del orgasmo.
La habitación se inundó en jadeos y gemidos, yo estaba sumamente estaxiada, sentí como mis paredes se contraían dentro de mí y ambos gemimos nuestros nombres, avisando que habíamos llegado hasta el clímax juntos, Steve se dejó caer sobre mi totalmente sudado al igual que yo.
Nos quedamos así un buen rato, hasta que regulamos nuestras respiraciones, termino de salir de mi besando mi frente, mientras se recostaba ah mi lado y me envolvía entre sus brazos.
-Y ¿Funcionó?-cuestiono acariciando mi espalda, yo reí levemente.
-Creo que no, ¿Probemos otra vez?-dije colocándome sobre el y dándole un fugaz beso en los labios.
-Cuantas veces quieras, mi vida-susurro.
Y así volvimos ah entregarnos el uno al otro, demostrando cuanto nos amamos.
