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ONCE

Steve:

La mañana siguiente a la fiesta, fui temprano al comedor para desayunar luego de haber trotado por un rato. Al entrar a la sala, percibí que no estaba sólo yo.

Skira se encontraba ahí, hablando con Natasha y Clint.

—Buenos días —hablé obteniendo la atención de los tres.

Ellos imitaron mis palabras y prosiguieron su charla, como si yo nunca hubiera llegado.

—Oh, que tonto de mi parte, soy Skira —ofreció su mano a mi, la cual acepté estrechándola.

—Steve Rogers —respondí.

—El Capitán América. Ya me mencionaron de usted sus amigos —contestó ella señalando a el par de tórtolos.

—Oh, por favor. No me trates de usted; prefiero sólo Steve.

Ella asintió afirmando mi palabra.

—Ok, sólo Steve.

Solté una ligera carcajada mientras tomaba un sorbo de café.

Noté que Natasha y Clint ya no estaban tan cerca como antes. Es decir, ellos mantenían una cercanía única, y me pareció extraño no poder percibirla.

—Le decía a Nat y Skira que mi pequeña me acaba de enviar una postal diciéndome que me extraña —mencionó Clint con ternura y algo de orgullo.

La mirada de Nat cayó sobre mi con desgano y también tristeza. Ella me comentó que tenía una atracción hacia Clint desde que lo conoció, pero ahora que se enteró de que tenía familia, pude notar cierta desilusión en ella.

—Tengo que arreglar algunos asuntos con Fury. Buen provecho, chicos —comentó Natasha antes de retirarse del comedor.

—Nat.... ¿Qué ocurrió? —inquirió Clint confuso—. Iré a ver que le pasó.

De un momento a otro, sólo fuimos yo y Skira en la mesa mientras el ruido de los pájaros inundaba el silencio.

—Uhm, eso fue incómodo —mencionó Skira.

—Algo, sí —dije observándola—. Bueno, ya que estamos aquí desayunando, ¿por qué no me cuentas de ti?

—Mhm, de acuerdo. ¿Qué puedo decir? Soy una guardiana de la galaxia —mascó su tostada.

Sonreí.

—Wow, eso es increíble. Es decir, proteges la galaxia, debe de ser bastante... difícil.

—No, la verdad no. Porque junto con mi familia podemos vencer a los tipos malos —respondió con una sonrisa.

—Suena a que les tienes mucho cariño, ¿es así?

—No te imaginas cuanto —respondió—. Bueno, bueno. ¿Qué me dices de ti? ¿Eres el amigo de Bucky?

Entrecerre mis ojos notando para donde iba su pregunta.

—Mhm, Bucky, ¿no? —asintió—. ¿Por qué el interés en él?

Se encogió de hombros.

—Por lo que he hablado con él, parece ser una persona bastante agradable.

—¿Lo crees?

—No lo creo. Lo sé —respondió firme.

La miré fijamente para ver si se trataba de una broma. Sé por todo lo que ha pasado Bucky, y no me agrada que los demás le recuerden el sombrío pasado que tuvo siendo controlado por HYDRA.

—¡Buenos días, chicos! —Sam llegó con una radiante sonrisa.

—Buenos días —le respondimos.

Él se posicionó justo al lado de Skira y la sonrisa en su rostro, no se desvaneció en ningún momento.

—¿Ligando, Capitán? —preguntó coqueto.

Lo miré negando con la cabeza divertido.

—Es un chiste. Sólo estoy de buen humor —comentó robandome la tostada para luego darle un mordisco.

Me levanté de mi asiento y fui por otra, luego me acomode en mi puesto.

—¿A qué se debe tu humor? —pregunté.

—Bucky no tuvo pesadillas, ¿saben lo que significa? —inquirió con una sonrisa—. ¡Que dormí como un bebé!

Me sorprendí ante aquello, puesto que Bucky siempre se mostraba alarmado ante esa situación.

—Es una buena noticia —digo sonriendo.

—Así parece —responde Skira de la misma forma.

Y como si lo hubiéramos invocado, Bucky apareció con una sonrisa en su rostro.

—Buenos días chicos —su vista cayó en Skira—. Hey, Skira.

—Incómodo —dijo Sam coqueto.

—Hoy es un buen día, ¿no?

Bucky se sentó a un lado mío mientras miraba a Skira, la cual le sonrió de vuelta.

—Bien, tengo que ir a hablar con mis amigos. Los veré al rato —dijo levantándose—. Provecho, chicos.

Sonrió y se fue, no sin antes ser despedida por nosotros.

—Es increíble —comentó Bucky.

—¿Skira o que no tuviste pesadillas?

—Ambas —respondió.