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VEINTICUATRO

Bucky:

Skira no aparecía por ningún lado, y ya me empezaba a preocupar. Le pregunté a la gran mayoría en donde se encontraba, pero ninguno sabía su paradero.

Me había dicho que iría por una chaqueta a la cabaña, y debió de haber vuelto hace 10 minutos. Pensé en ir a buscarla, pero Natasha me había dicho que me tranquilizara, que de seguro estaba bien por si sola.

—Bucky, ella es capaz de defenderse sola y lo sabes —comentó cruzada de brazos.

—Me preocupa, es sólo eso.

Un grito desgarrador se escuchó y tanto yo, como Nat nos espantamos. La pelirroja señaló por detrás de mis hombros y noté como Scott traía a Skira entre sus brazos. Corrí rápidamente hasta él y tomé a Skira entre mis brazos, me arrodillé con ella hasta el suelo y la moví.

—Skira, cariño —dije desesperado—. ¡Scott, qué le pasó! ¡Por qué no despierta!

—Bucky, no lo sé. Tan sólo fui a mi cabaña y la encontré en medio del camino —explicó.

—No, no me hagas esto —acaricié su rostro—. ¡Despierta!

—¿Qué ha pasado aquí? —preguntó Wanda aproximándose a nosotros, soltó un chillido.

—No lo sabemos. Scott llegó con ella en brazos y no... ella, no puede —dijo Natasha con dolor.

—¡Skira! Por favor, despierta —digo con la lágrimas empapando mis mejillas.

—Tranquilo Bucky, hay que llevarla a la cabaña —me explicó Steve tomando mi hombro.

—Bruce la revisará —habló Tony.

Me incorporé y la estreche mejor entre mis brazos.

(. . .)

Pasé mi mano por mi cabello frustrado y moví mi pie repetidas veces. No podría soportar que algo le pasara a ella.

—Bucky... —Bruce salió de la cabaña y me levanté veloz.

—¿Despertó? ¿Cómo está? —preguntó Natasha.

—No ha despertado, pero está estable. Descubrí que la causa de su desmayo, o mejor dicho su coma, fue provocado por alguien —explicó.

—¿Por quién? —cuestiono apretando mis puños.

—No lo sé. Lo único que podría saber con certeza, es que encontró su punto débil.

—¿Puedo verla? —pregunté.

El científico asintió haciéndose a un lado, permitiéndome pasar. Entré a la cabaña, y la vi dormida en la cama. Parecía como si sólo estuviera en un sueño profundo, y cuando yo le llamara, abriría sus ojos.

Pero éste no era el caso.

A un lado de ella, estire mi mano y acaricié su mejilla.

—Skira, por favor despierta. Tienes que despertar —le hablé.

Ella no respondía. Ni se inmutó.

—Por favor, no me hagas esto.

Pasé toda la tarde junto a ella, mientras que Nat, Steve y Wanda venían a verla. Me daban ánimo, para que de alguna manera me reconfortaran, pero no me ayudaba mucho.

Cuando la noche cayó, Steve vinos una segunda vez a decirme que fuera a dormir, pero ni loco la dejaría expuesta a cualquier tipo de peligro. Por ende, él se había encargado de traerme algunas mantas para pasar la noche a su lado.

Miré su perfil y acaricié su cabello repetidas veces.

—Nunca le he dicho a nadie que lo amo —empecé hablando—. Tenía tanto miedo al compromiso, y para ser honesto, no me gustaba la idea de amarrarme a alguien en esos tiempos; y cuando logré escapar de Hydra, empecé de nuevo a ser el Bucky de los 40's. Todo un galán —solté una débil risa, mirándola—. Resulta que te conocí a ti, y lo único que quise hacer fue conocerte y protegerte. Me tenías cautivado por completo, al principio no, pero luego fui conociéndote, y quería seguir descubriendo hechos tuyos.

Skira tan sólo respiraba en un sueño.

—No quiero decírtelo ahora, porque quiero que lo escuches cuando despiertes. Porque sé que lo harás, y te mantendré en mis brazos por un bien rato y no te dejaré ir —le digo besando sus nudillos—. No por ahora, encanto.

La miré una última vez antes de susurrar un buenas noches, y manterme alerta de cada perímetro de la cabaña.

Si debía quedarme despierto, para evitar las pesadillas lo haría. Y si tenía que manterme despierto, protegiendo a Skira, lo haría.

Pero no soporto la idea de que Skira esté dormida, y no pueda despertar. Ello se convirtió en una pesadilla mientras estoy despierto.