QUINCE

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Rocket:

Continúe con mi búsqueda y claramente alguien nos estaba acechando. Más bien, espiando.

—Ok, Groot esto es bastante peculiar —examiné la tierra—. No son pisadas, porque no tienen huellas de zapatos.

—Yo soy Groot.

—¡No, que asco! No lo lamere para tomarle el sabor —contesté.

Pase mi pata por el suelo y vi que no era normal a simple vista. Estaba algo quemada la tierra.

—Sin duda, es una de dos. O alguien quemó la tierra o alguien lo provocó.

—Yo soy Groot.

—Eso haremos, Groot. Averiguaremos quien fue —sonreí.

(....)

Fuimos hasta donde estaba la oficina de Nick y le comentamos de la situación con Groot.

—¡Están paranoicos! —rió divertido—. Éste lugar está totalmente protegido y conozco a cada campista que está aquí. No tendré los dos ojos, pero soy bastante habilidoso.

—Fury, se nos hace raro aquello. La tierra estaba algo quemada, pero no tanto. Y no habían huellas alrededor.

Él apoyó los codos sobre la mesa cruzando sus manos en el proceso. Mostró una sonrisa de lado.

—No lo han conocido —comentó.

—¿A quién? —pregunté.

—Pues ¿a quién más?

Negué con la cabeza.

—Por eso te preguntamos.

—Tranquilo, yo le diré que quieren conocerlo. Es mejor que todos lo conozcan.

Skira:

Con Peter habíamos avanzado muy lentamente, pero ya sentía que esto era desde hace siglos.

Exagero la verdad. Pero nunca he tenido un novio, y por más torpe que suene, siempre quise encontrar a esa persona especial.

Fury nos había reunido a todos en el centro del campamento, porque dijo que tenía una información muy importante que brindar.

—Hola, Skira —me saludó Peter.

—Hola Peter —me sonroje.

Besó mi mejilla y entrelazó nuestros dedos a la espera del anuncio de Nick.

—¡Buen día, campistas! —saludó cordialmente—. Les tengo que informar que durante los últimos días, ciertas personas han examinado el lugar de manera que se les hace raro un punto muy importante. Bueno, no es nada grave. A decir verdad, les tengo que presentar a un nuevo miembro del campamento; por favor, un fuerte aplauso a Peter Maximoff.

Un chico, a la velocidad de la luz, llegó al escenario. Tenía el cabello platinado y, bueno todo su traje lo era. Tenía unos lentes llamativos y una sonrisa fanfarrona.

—¿Algunas palabras, señor Maximoff?

Él se acercó al micrófono y miró hasta nuestros lugares. Se posicionó en mi y lanzó un guiño de ojo, por lo que sentí como Peter a mi lado se tensaba.

—Bueno, soy Peter Maximoff y soy veloz —comentó—. Y vine a visitar a mi hermanita, Wanda; ¿como estás, pequeña? Además, quiero pasarla bien, sin apuro.

Increíble.

Todos aplaudimos ante sus palabras, y él hizo un saludo formal. Fury mencionó las actividades para el día de hoy, y todos comenzamos a partir al comedor para ir a almorzar.

—No me trae buena espina ese chico —hablo con una mirada algo fulminante.

—Parece agradable —comenté—. ¿Estás celoso, Parker?

Él negó nervioso. A lo que yo le besé su mejilla.

—Eres muy tierno —le dije—. Hey, si estoy contigo es porque me gusta estar juntos.

Él sonrió acariciando mi mano. Se la llevó hasta los labios y dejó un pequeño beso en ella. De repente, una ráfaga de viento interrumpió nuestro momento.

—Hola, ¿que hay? —preguntó Maximoff.

—Bienvenido al campamento —le dije.

Él sonrió y me guiñó un ojo, como antes en el escenario.

—Gracias, preciosa. Cuando te vi, no dude en venir a saludarte, ¿sabes? —tomó mi mano y plantó un beso—. Dime Pet, o como tu quieras.

Lo miré divertida, y noté como Peter se mantenía serio y tenso.

—Peter, él es Peter Parker.

—¿Que onda?

Parker sonrió con falsedad y tomó mi cintura. Choqué contra su pecho y pose mis manos en el.

—Bueno, ha sido un gusto conocerte, Pedro —comentó Parker—. Nos tenemos que ir.

—Los llevo. ¿A donde quieren ir? —se posicionó entre nosotros.

—Ojalá lejos de ti —susurró Peter.

—Peter, ¿podrías darnos un momento? —le pedí a Maximoff.

Él asintió dándose la vuelta, mostrándonos su espalda.

—Peter, tienes que relajar tus pequeños celos —acaricié su mejilla.

Peters guió su mano hasta mi mano juntándola con la de él.

—Es sólo que jamás he tenido novia y no quiero que dure tan poco.

—Descuida, no pienso alejarme de ti ahora —le contesté.

Sonrió de lado y entrelazó nuestros dedos.

—Ok, Maximoff. Llevanos al comedor, por favor —pidió Peter.

El platinado sonrió y nos llevó hasta el comedor. En menos de medio segundo ya estábamos en el comedor mientras todos comían y charlaban.

—Que bien huele —pronunció Maximoff—. ¿Podría estar con ustedes?

—Claro —le hablé.

Peter rodó los ojos.

Esto no es bueno.




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