VEINTITRÉS

128 16 1
                                    

Wanda:

Hoy era el gran día. Mi gran día.
Por fin estaba dando una gran paso que abriría muchas más puertas dentro de mi vida. Cabe recalcar que estaba sumamente nerviosa; arreglaba mi cabello y vestido cada cinco minutos para tratar de ignorar los nervios que me carcomían.

Skira y Nat entraron ya listas con sus vestidos de dama de honor que habíamos escogido. Eran de un suave color rosa, con pequeños detalles de flores del mismo tono, y corto.

Ambas lucían espectacular.

—Te ves preciosa —comentó Skira sonriendo.

—Maravillosa —le siguió Nat.

Bajé mi mirada con un ligero sonrojo y las volví a mirar. Me volteé nuevamente al espejo y corrobore de que todo estuviera perfecto.

—Visión quedará encantado —habló Natasha.

Skira acomodó mi velo y me sonrió frente al espejo.

—Estás lista —afirmó la castaña.

Unos toques en la puerta de escucharon y la pelirroja fue a abrirla para encontrarme con mi hermano, quien lucía muy elegante con el traje.

—Hermanita, te ves preciosa —dijo aproximándose hasta mi, me ofreció su brazo y lo acepté—. Nuestros padres estarían orgullosos.

Sonreí algo triste ante eso.

—Ya es hora —susurró Peter a mi oído.

Aquí vamos.

(. . .)

Visión estaba a tan sólo unos pasos de mi. Había un sendero lleno de pétalos de rosas que conducían hasta él. Todos los presentes tenían la vista puesta en mi, mientras me daban una sonrisa cálida.

En cuanto la música comenzó a sonar, Peter y yo fuimos caminando hasta el altar improvisado que habían elaborado para esta ocasión. Al avanzar, sólo podía mirar a Visión. Él me miraba con ternura, podía verlo en sus ojos.

Cuando llegué a su lado, él tomó mi mano y Peter le palmeó su hombro susurrándole un "cuidala con tu vida".

El resto de la ceremonia continuó serenamente. No le quité mi vista a mi futuro prometido en ningún segundo.

—Si, acepto —contestó Vis.

—Y usted, Wanda Maximoff, ¿acepta a Visión para cuidarlo, respetarlo, en las buenas y en las malas, hasta que la muerte los separe?

Asiento junto una sonrisa.

—Si, acepto.

—Ahora, puede besar a la novia.

Vis tomó mis mejillas y plantó un besos en mis labios. Guíe mis manos hacia su rostro y continúe besándolo, mientras escuchaba a la multitud aplaudiendo eufóricamente.

—Te amo Wanda.

—Te amo más, Vis —le contesté.

Skira:

Veía a Wanda y Visión bailar al ritmo de la música, a la par que yo me mecía en mi lugar. A mi lado se encontraba Natasha con una copa de champagne entre sus dedos, con una débil sonrisa.

—Te veo algo desganada —le indiqué.

Ella fijó su vista en mi y apretó sus labios en una sonrisa leve.

—Creo que deberías saber esto. Es algo que casi todos saben acerca de mi pasado y lo que podría considerarse mi futuro —comentó. Respiró hondo antes de hablar—. Cuando empiezo a pensar en formar una familia, lo único que se me viene a la cabeza, es la palabra infértil. Cuando fui entrenada, me llevaron a la “sala roja” donde me hicieron el procedimiento para que no pudiera tener hijos —murmuró por lo bajo—. Fue para centrarme más en las misiones; un hijo es una gran responsabilidad y podría desconcentrarme.

La miré por un rato antes de hablar.

—Siempre hay una solución para esto —le hablé. Ella me miró con cierta esperanza—. Aunque veas pura oscuridad en el túnel, siempre estará la luz indicándote que hay una salida.

—Tal vez, pero por ahora festejemos —sonrió con más ganas.

Otra melodía lenta empezó a sonar y Bruce se dirigió hasta nosotras para ofrecer su mano a Natasha. Ella me miró cuestionado si ir o no.

—Adelante —les dije moviendo mis manos.

Bruce y Natasha fueron hasta la pista de baile y comenzaron a moverse al compás de la música. Di una sonrisa llena de ternura y sentí unos brazos rodear mi cuerpo. Bajé mi vista al sentir el frío contacto y acaricié su cabellera negra.

—Te ves maravillosa —susurró en mi oído y besó mi mejilla.

—Gracias Bucky —me volteé y lo abracé.

Estuvimos por un rato abrazados hasta que le dije que iba y volvía.

—Iré a la cabaña a buscar una chaqueta —digo.

—Te doy la mía... —dijo quitándosela, pero lo interrumpi.

—No, descuida. Aprovecho de cambiarme por unos zapatos bajos —le informó besando su mejilla—. No tardo.

—¿No quieres que vaya por ella? ¿O que te acompañe? —preguntó.

—Bucky —besé sus labios—. Tranquilo, estaré bien.

Él asintió no muy convencido y besó mis labios una última vez antes de que fuera hasta la cabaña. Caminé deprisa y con precaución de no caerme con los tacones que llevaba puestos. Entré a la cabaña y busqué una chaqueta, para luego cambiarme los zapatos.

Cuando estuve lista, emprendí camino hasta la puerta y cuando toqué la perilla, sentí como inyectaban algo en mi cuello y mi vista comenzaba a verse borrosa.

—Dulces sueños.

avengers camp ➳ marvel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora