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VEINTIUNO

Skira:

Luego de que Peter nos haya encontrado en esa situación, salimos de la piscina junto con Bucky. Me acerqué hasta Peter quien se veía un poco enojado, pero a la vez algo triste.

Bucky me tendió una toalla, a lo que la acepté murmurandole un gracias.

—Peter —lo llamé.

—¿Qué pasa? —se volteó a verme.

—¿Te molestó que estuviera con Bucky? —le pregunté.

—No, para nada. Es más, pienso que es una gran idea, ya que él te quiere más allá de una simple amiga y yo le doy chance —argumentó haciendo una mueca—. No estoy para nada molesto con ello.

—Peter, no te pongas así —le repliqué divertida.

—¿Como quieres que me ponga si eres mi novia y deberías de dejarle claro que ya estás con alguien? —recriminó.

—Niño, creo que deberías calmarte —señaló Bucky con un tono tranquilo.

—¡Tú no te metas...! —le gritó —. Por favor.

—Ok, niño. Es momento de que nos calmemos y vayamos por un vaso de agua —mencionó Tony tomando a Peter de los hombros.

—¡Ya no soy un niño! —exclamó desesperado—. Si crees que soy un niño, entonces deberíamos de cortar la relación, ¿no?

—Yo nunca he dicho eso —le digo mirándole algo dolida.

—Skira, tal vez no esté funcionando del todo —comentó soltando un suspiro, mientras bajaba la mirada.

—¿Podemos hablarlo en privado? —cuestioné sintiendome presa de la mayoría de miradas del resto.

Él subió la mirada con lentitud como si lo estuviera regañando igual que un niño pequeño. Al cabo de unos segundos asintió y se fue con Tony.

No quería verme débil ante los demás, por lo que evitar que las lágrimas cayeran por mis mejillas. Comencé a caminar hasta la cabaña, mientras Bucky gritaba mi nombre.

—Skira, por favor —llamó el ojiazul.

Seguí caminando hasta llegar a la puerta de la cabaña, justo cuando tomé el picaporte de la puerta, Bucky me obstruyó el paso con su brazo de metal. Bajé la mirada hasta su brazo y reprimí un sollozo. Lo siguiente que hizo, fue tomar mi cintura y darme la vuelta quedando cara a cara frente a él, para luego estrecharme entre sus brazos y terminar en un abrazo.

—Llora todo lo que tengas que llorar, encanto —dijo sobre mi cabello—. Yo estoy aquí para ti, linda.

Las primeras lágrimas empaparon la musculosa blanca de Bucky, sin fijarme de cuando se la habría puesto. Comenzó a dar leves caricias en mi cabello, a la par que lo hacía con mi cintura.

Pasé mis manos por sobre su espalda posicionándolas ahí, para corresponderle mejor el abrazo.

—¿Así se siente cuando alguien te destroza? —le pregunté.

—Encanto, es mucho peor. Pero se acerca —me contestó por lo bajo.

. . .

Pasé toda la tarde en la cabaña de Bucky. Luego de ese largo abrazo, él me invitó a su cabaña para estar bien acompañada. Agradecí el gesto varias veces, repitiéndole cada vez que podía.

Ahora mismo, él se había dirigido al comedor para buscar algo de comer. Unos toques en la puerta me alarmaron, suponiendo que se tratara de él. Me encamine hasta la puerta y la abrí, encontrándome con Peter.

—Supuse que estarías aquí —habló haciendo una mueca—. Bueno, pregunté por ti.

No dejé de mirarlo en ningún momento. El ambiente quedó en silencio entre nosotros; Peter miró por mis hombros y soltó un breve suspiro.

—¿Podemos hablar?

—Ehm..., ¿podría ser dentro de un rato? —le propuse.

—Pero si dijiste que querías hablar cuando nadie estuviera presente, más que nosotros dos —explicó.

—Excepto que no está sola —llegó Bucky.

Demonios.

Peter bajó un escalón de las pequeñas escaleras en la entrada de la cabaña. Bucky me dejó detrás de él, impidiendo que el castaño se me acercara.

—Bucky, esto es entre ella y yo —comentó Peter enfrentándose a él.

—Claramente, pero Skira me importa y no pienso dejar que la lastimes de esa forma —explicó el pelinegro cruzándose de brazos mientras sostiene la comida entre sus manos.

Dejé mi mirada en él por un momento, evitando una sonrisa que se asomaba por mis labios. No era el momento.

—Skira, ¿esto es el final? ¿Es lo que quieres? —preguntó Peter ignorando a Bucky por completo —. Tan sólo... respóndeme eso.

Cambié mi mirada hasta él, y me lo reformule por un instante. La primera relación amorosa que concretaba se desvaneció por completo.

—Es mejor ser amigos, Peter —respondí.

El castaño iba a decir algo más, pero cerró la boca asintiendo severamente. Como si estuviera analizando las palabras.

—Bien. Entonces es todo. Nunca quise lastimarte, Skira.

—Sé que no, Pet.

—Buenas noches —se despidió antes de irse.

Bucky se volteó con una mirada débil hacia mi personaje. Alzó sus manos sonriendo leve y le correspondi.

Todo ya estaba claro, ¿no?