Capítulo 5

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El esfuerzo de toda una semana al fin había dado frutos... Y vaya frutos.

La mañana había ido tal y como había planeado. Comenzo la mañana entregándoles un par de camisetas a juego una para cada uno, junto con unos ajustados shorts negros. Después de escuchar sus gritos y agradecimientos emocionados por su nueva ropa decidió darles la segunda sorpresa, algo cliché pero clásico. Un cliché para Lance y un clásico para Keith, perfecto y equitativo.

Una salida al parque de diversiones.

No había nada mejor, después un largo tiempo de encierro. Habían ido a varios juegos, comieron diferentes dulces, palomitas y compartieron algodón de azúcar. Shiro ganó varios premios para ellos y ellos varios para Shiro, de seguro no cabrían dentro del Porsche.

Cuando el cielo empezó a tornarse oscuro Shiro les aviso que debían volver a casa, suspiraron algo desanimados porque el día hubiera acabado pero aunque así se sentían felices por aquel pequeño paseo y todos los ositos de peluche que acaparaban la mayor gran parte del espacio.

Una vez en casa Shiro sé dejó caer en la gran cama que compartía con las chicos, con una enorme sonrisa en su rostro. Algo cansado de corretear de un lado al otro con los menores, se sentó contra el cabecero de la cama extrañado al no ver a su alrededor a ninguno de los dos.

Iba a levantarse cuando unos pasitos apresurados le dijeron que no sería necesario, puesto que los chiquillos entrarían en unos segundos.

— N.. Nosotros también tenemos una sorpresa para ti Shiro — cuando la puerta se abrió y los chicos quedaron a la vista, Shiro realmente sintió que le daría un infarto.

Llegó a preguntarse si sus ángeles realmente no serían diablillos disfrazados.

Llegó a preguntarse si sus ángeles realmente no serían diablillos disfrazados

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Juraba por Dios que iba a infartarse.

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Empiezo a debatirme, si debería entrar en un convento.

Por Dios, me siento una pervertida.

Esto me pasa por andar por la vida ofreciendo cosas... Okno pero ya en serio necesito bañarme con agua bendita.

No sé cómo voy a hacer para escribir el próximo cap.

Nah, mentira. Rezen por mi pobre alma.

Y eso es todo bye.

H.

Un Amor Poco ConvencionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora