Capítulo Final.

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— Shiro, yo, no estoy muy cómodo con esto — confesó con la cara hirviendo y a punto de explotar de vergüenza, no negaría que lo había pedido de algún modo pero se sentía intimidado.

— Pero en el fondo lo quieres, vamos cielo, no seas tímido — lo animó. 

La situación era extraña hasta para él, pero amaba ver a Keith en pleno conflicto con sí mismo mientras admiraba a Lance, recostado en la cama atado de una manera visiblemente incómoda. Sus manos básicamente abrazaban sus rodillas por debajo y en realidad parecía una bolita con el culo al aire.

Empujó a Keith suavemente hacia adelante, lo acercó hasta a Lance y le dio el último impulso para que se acercara al chico por completo mientras él se deleitaba dándole la atención por la que hace pocas horas rogaba, besando su cuello, lamiendo, mordiendo y toqueteando su cuerpo aprovechando su shock. Se suponía que era una compensación para Keith, pero no estaba mal para nada disfrutarlo también.

Sus ojos siguieron insistentemente el como su tierno pelinegro tomaba por las caderas a Lance quien en ese momento fácilmente podría ser el más avergonzado e incómodo cabe resaltar, pero no lo estaba, en su lugar se removía ansioso contra el miembro de Keith buscando atención y en cuanto el chico lo complació y se adentró en Lance, se instauró la sinfonía. No lo habían preparado y por ello un grito escapó de su garganta con violencia, aunque no tuvo gran resonancia debido una pequeña pelota que cubría su boca que no le permitía hablar o siquiera tragar.  El pelinegro era consciente del particular gusto de su amigo por el dolor, por lo que no se preocupó mucho y empezó a embestir en un ritmo suave y variante, lento, rápido y de nuevo lento.

Tal vez no se hubiera sentido celoso únicamente por Shiro.

Mientras el mayor se situaba para entrar en Keith, quien aún concentrado en sus propias embestidas recibió sorprendido el primer dedo en su interior, no se quejó y en su lugar empezó a jadear complacido por tener el doble de atención. 

Shiro admitía que no se lo había esperado jamás, pero era una situación tan inusual que no pudo evitar que su excitación se saliera de luces entrando en el estrecho pelinegro sin acabar de prepararle. Se maravilló en su calidez y lo dejó acostumbrarse unos segundos antes de empezar a embestir.

Keith estaba muy contento sintiendose el centro de atención en la peculiar situación y por primera vez se dejó desinhibir por completo. Se recargó en la espalda de Lance y gimió con fuerza por cada embestida, sin dejar de penetrar y auto-penetrarse moviendo enérgicamente sus caderas de adelante hacia atrás. Su ritmo en poco se volvió frenético llevandolo a un apresurado orgasmo que disfruto abiertamente corriéndose en el interior de Lance.

— Bien, encanto, te daremos un poco más — afirmó Shiro vendando sus ojos repente — sube a la cama y ponte en 4 — ansioso y extasiado por la incertidumbre hizo lo que le indicaron moviéndose perezosamente.

Escucho movimiento a su al rededor, pero luego de no menos que 5 minutos sintió a Shiro en su espalda acariciando su trasero mientras lamía su espalda y nuca.

— Hay algo que necesito que hagas por mí — confesó Shiro con voz ronca — abre tu boca — pidió.

Sin dudarlo lo hizo, mientras sentía al mayor juguetear con su entrada y trasero con un aire travieso mientras reía en su espalda.

— Voy a entrar en ti mi cielo, y cuando lo haga quiero que chupes una paleta que trajimos para ti — indicó con un ligero toque de burla.

Asintió un poco confundido para luego sentir algo entrar en su boca, pero una paleta, definitivamente no. Era cálido, suave y no estaba adentro lo suficiente para causarle incomodidad. Era una parte muy especial y específica de Lance.

Movió su lengua tímidamente para probarlo, escuchó un jadeó y luego el mismo chilló adolorido al sentirse penetrado de golpe. Empezó a chupar siguiendo lo que Shiro le había dicho, se sintió alegre al escuchar al poco tiempo gruñidos y gemidos.

Shiro lo penetraba intenso y Lance ya desesperado hacía lo mismo con su boca, no siendo muy delicado en sí. Pero Dios, que bien se sentía genial.

El mismo gimió entregado, disfrutando del placer que cada embestida contra su garganta o su próstata le provocaba, no retuvo un solo gemido hasta que llegaron al climaz.

Shiro terminó primero, con un gruñido bastante fuerte, luego Lance se dejó ir en su boca tomandolo por la nuca para forzarlo a tomarla cuan profundo fuera posible y él, sintiendo demasiada excitación por los tratos bruscos de ambos se corrió por segunda vez, empapando la sábana. Ambos lo liberaron y lo dejaron caer desmadejado en la cama.

Lance le quitó la venda poniendolo bocarriba y lo encontraron todo agotado, cubierto por los fluidos de los tres.

Shiró se tiró a su lado para quedar en medio de los dos y así que los dos tomaran sus habituales posiciones para dormir 

— Sé que este es un amor poco convencional, pero por ustedes vale cada segundo mis ángeles, son lo mejor que me pudo haber pasado, los amo.

— Oh Daddy, nosotros a ti-

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Y wuuu, se acabó.

El ultimo capitulo amigos, creo que borrare la historia en esto de un mes, pues porque esta culera, pero si ustedes la prefieren publicada no es como que les voy a armar relajo.

Les agradezco mucho el apoyo y su tan bello carisma, me encantaría verlas en mis otros libros. Si quieren otra historia parcial de capítulos cortos háganmelo saber, puede sugerir parejas o si quieren una original, todo está en sus manos.

Los quiero con todo mi odio.

Y eso es todo bye.

H.



Un Amor Poco ConvencionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora