— Vamos, Lance, hasta el fondo — las grandes manos del mayor en su cadera, lograron dejarlo atontado, sintió como lo guiaba mientras su miembro se introducía en la pequeña entrada de Keith, vaya que Shiro tenía razón. Era el jodido paraíso.
Escuchó como un suave gemido se estrellaba de bruces contra la almohada que el pelinegro se empeñaba en mantener bien sujeta en sus labios.
—¿A.. Así? — siguiendo las instrucciones del mayor y sus propios instintos golpeó con fuerza el interior de el chico entre sus brazos.
— Sí, justo así. Ahora, Keith, se buen chico y deleitanos con tu hermosa voz — trató de evitar reírse sintiendo al muchacho tensarse y tirar la almohada contra su mayor, el cual muy satisfecho regreso al sillón frente a la cama y les dio espacio para continuar. El castaño se aferró a las caderas del más pequeño y mucho más excitado de lo que jamás admitiría empezó a golpear su interior, una y otra vez. Movió su cadera de atrás hacia adelante, sacando y metiendo su miembro en aquel tan pequeño y apetecible cuerpo. Los gemidos no tardaron en llegar, realmente Keith tenía una linda voz, que sonaba tan dulce y lujuriosa cuando estaban en la cama. Lo había notado antes pero escucharlo mientras su cálido interior se le ofrecía tan sumisamente, siendo consciente de su excitado Daddy masturbandose ante aquella escena era simplemente el paraíso.
— Da... Daddy, puedo ayudarle con eso — en un ágil y delicado movimiento el pelinegro estaba en frente a sí Daddy aún con el miembro del castaño bien profundo en su interior. El mayor no se negó y se dejó hacer disfrutando de las vistas.
Y que vista más a agradable.
Sus angelitos siendo corrompidos de aquella manera tan sensual, inocente, sumisa, los labios de su pequeño Keith al rededor de su miembro, el dulce rostro sonrojado de Lance. Los gemidos que se perdían contra su miembro, los guiños y las sonrisas seductoras que su castaño le dedicaba.
Todo se acumuló bien en una hinchada parte de su anatomía.
— Bebé, ruega por más, grita de ser necesario. Es una orden — con una risueña mirada el ojivioleta acato la orden entre abriendo sus labios.
— Sí, oh sí, Lance, más fuerte, dame más — rogó, retorciéndose de placer cuando el moreno tomó su miembro y empezó a juguetear con él. Era verdad que era muy tímido incluso en la intimidad, pero su Daddy le había pedido que se dejará llevar y lo haría aún cuando la vergüenza le hacía temblar sometido entre está y el placer que el bastante grande miembro de Lance le estaba dando.
El ritmo fue en aumento, y en un arrebato de excitación, Lance lo tiró en la cama y se corrió sobre él al igual que Shiro segundos después. El pelinegro también libero su semilla sobre sí mismo y la verdad, era extraño para él, que el sentirse tan pegajoso, tan solo le había excitado más.
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Un Amor Poco Convencional
FanfictionLo ofrecido es deuda he aquí lo que les comenté que haría.