Capítulo 10

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10


-¡Buenos días! – saludo Kagome emocionada a penas cruzo la entrada de la casa de sus padres.

Pero no se escuchó nada, no el "Bienvenida a casa" o si quiera el sonido de una mosca revoloteando a su alrededor. Suspiro, al parecer ella era la única activa en un sábado en la mañana. ¿Y su mamá se despertaba con el más mínimo ruido? Ahora tal vez se despertaba cuando quería, la edad le consumía. Kagome se río al pensar en esa pequeña broma dirigida a su madre.

Dejo su mochila en la sala y paso de largo a la cocina, haría un banquete de desayuno. Mientras la comida se cocinaba decidió hacer un fugaz recorrido por la casa, para recordar lo que los años se encargaron de borrar, el lugar de los retratos, las fotos enmarcadas, ahora actualizadas.

Había fotos de Sota ya grandecito con su mamá y papá, también de ella y ambos padres cuando la visitaban, Sota nunca llegó a visitarla y solo se hacían video llamadas. Algunos trofeos de reconocimientos del colegio por parte de Sota y también los títulos de sus padres.

-¡Eso sí que huele rico! - se oyó la exclamación de su padre mientras bajaba las escaleras – ¡Querida! ¡Kagome ya está aquí! – informo gritando en dirección escaleras arriba, Kagome se río, ver nuevamente a sus padres en la misma casa le hacía recobrar sus recuerdos de cuando tenía diez años, justamente así eran. Casados o no, eran las mismas personas, con los mismos sentimientos.

Su padre la recibió con un caluroso abrazo y se dirigieron a la cocina, lugar de donde provenía dicho olor exquisito. A los minutos su mamá bajo y de igual manera le saludo calurosamente.

-No, mi hijo...-

-Nuestro – corrigió Naomi con desinterés a Onigumo mientras ayudaba a Kagome a poner la mesa.

-Nuestro hijo, duerme hasta tarde los fin de semanas, la adolescencia le gana y solo se despierta a la hora del almuerzo – informo Onigumo mientras masticaba un pedazo de fruta, que su señora mujer acabo de cortar.

-Pues hoy no, quiero desayunar con todos – dijo decidida Kagome dejando a cargo del resto a su madre y yendo escaleras arriba en dirección a la habitación de su hermano.

Al entrar a la habitación entendió por fin lo que el lugar de un adolescente hombre. Sí bien ella también fue adolescente y tenía cierto desordenes pero nunca, nunca sintió un olor desagradable en su habitación. En cambio en la de su hermano, una mezcla de olores invadió sus fosas nasales antes de tener la oportunidad de taparse la nariz y boca. Olor a pies sucios, transpiración corporal y ciertos fluidos de un hombre, gran cantidad de ropa esparcida por el piso de la habitación, la oscuridad en ella le daba una vista deplorable.

-¡Por dios Sota! – exclamo y al instante se escucharon las carcajadas de sus padres desde la planta bajo, rodeo los ojos, ellos sabían claramente todo esto.

Con una mano entre su nariz y boca se dirigió a abrir las cortinas de la habitación e incluyendo las ventanas ¡Ni siquiera se podía respirar bien! ¡¿Acaso su hermano no tenía olfato ni ojos?! Cuando hubo luz en la habitación se giró y encontró a su hermano durmiendo cómodamente en su cama boca abajo solo utilizando un bóxer.

-¡Despierta Sota! – removió a su hermano, pero este medio dormido gemía y trataba de alejar a Kagome de su lado, intento fallido. - ¡Despierta carajo!

-¡Qué, qué! – exclamo Sota dando un golpe a su almohada y abriendo los ojos con dificulta por la luz que entraba desde las ventanas. - ¡La luz quema! ¡Cierra las cortinas!

ESTÚPIDO (ADA#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora