Capítulo 18

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18

Bankotsu había ido a la suite de Kagome preocupado, había sentido el mismo sentimiento desde hace dos años, la opresión en el pecho con los latidos acelerados y la imagen de Kagome en su mente, prácticamente corrió. Su temor de apoco se estaba cumpliendo en cuanto vio la puerta de la suite abierta, se adentró y pudo ver a oficiales y algunos hombres trajeados revisando las cajas, pertenecías de Kagome, la figura conocida de su amigo Miroku hizo que acudiera de inmediato.

-¡Miroku! – exclamo, Miroku abrió los ojos y lo miro preocupado con sus labios apretados. –Por favor...- Bankotsu negó con su cabeza sabiendo de antemano lo que estaba sucediendo, sus ojos se cristalizaron y lo agarró del cuello de la camisa.

-Cálmate Bankotsu, ella está bien, todo estará bien – Miroku lo alejo para darle un abrazo, lo entendía, sí él estuviese en la misma situación, si a su esposa le estuviera pasando lo mismo, estaría peor, mucho peor.

-Está pasando otra vez... otra vez – se dejó abrazar por su amigo, solo quería saber que Kagome estaba bien, que estaba a salvo, la quería a su lado, sentirla cerca.


Veía todo con atención sentado desde el sillón de la sala de la suite de la azabache, movía con impaciencia su pie, los oficiales guardaban algunos papeles, documentos en bolsas de plásticos, de seguro era lo del caso de acoso de hace dos años... acoso. Saco su celular, Inuyasha ya debía de saber algo. Marco su número que tenía de hace años, a los segundos de los tonos la llamada fue aceptada y con desesperación le hablo.

-Dime por favor que ya saben dónde está Kagome – escucho la respiración pausada de Inuyasha.

-No, aún nada. Pero... estoy haciendo algo por mi propia cuenta, necesito tu ayuda... amigo. – abrió sus ojos en sorpresa, ahogo un gemido de sorpresa, Inuyasha lo necesitaba y él también lo necesitaba a su amigo.

-Envíame tú dirección y te veo allí – cortó la llamada y suspiro ligeramente aliviado.

Estarían unidos, por Kagome.




Inuyasha estaba frente al recinto en donde se encontraba la dirección del secretario Akago. Esperaba impaciente a Bankotsu, necesitaba su ayuda, él no podía solo.

-¿Qué hacemos aquí? – la voz de Bankotsu se escuchó a sus espaldas, dio media vuelta y lo vio con expresión neutral, su amigo moreno tenía la misma expresión.

-Kagome estuvo con su secretario Akago y por lo poco que me dijo y note, ella no confiaba en él, estoy seguro que está involucrado – dijo Inuyasha volviendo su vista al edificio en donde habían habitaciones en alquiler.

-¿Y qué esperas? Hay que entrar – Inuyasha trajeado sin su saco solo con la camisa y Bankotsu con ropa habitual en silencio entraron.

Subieron al quinto piso y se detuvieron en la puerta B26 del lado derecho, Bankotsu fue quien toco con tranquilidad la puerta, pero esta no se abría ni se escuchaba nada en el interior. Inuyasha se impaciento y empezó a dar toques brutos y fuertes.

-¡Oigan! ¡Algunos tratamos de dormir! – la voz de una mujer mayor en la puerta de enfrente los hizo girar.

-Lo sentimos, estamos buscando a... nuestro amigo – se excusó Bankotsu tratando de fingir su verdadera búsqueda.

- ¿El joven Akago? – pregunto y ambos asintieron – Creo que está en el bar de la otra calle, siempre va allí cuando sale del trabajo – la ancianita le sonrió con maternidad, estaba más que claro que confiaba en ambos.

ESTÚPIDO (ADA#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora