¿Amor?

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Esto no podía estar pasando.

Me abalanzo hacia adelante para ponerme entre los dos y así separarlos, pero al momento de ponerme al medio, me llega un golpe en la cara que me lanza hacia el suelo.

No lo podía creer, el estúpido de Martín, por culpa de su estúpida ira, me había dejado en el suelo con un golpe que tardaría en sanar.

Mi mejilla dolía y no sabía que hacer.

Caleb asustado se acerca corriendo hacia mí dirección, me ayuda a levantarme, para luego poner un cara de furia que nunca antes había visto. Se aleja de mí y va hacia Martín, al cual le da vuelta la cara con un golpe en su mandíbula.

Martín se toca la mejilla, mira a Caleb y va directo a devolverle el golpe, pero antes de hacerlo, le grito.

-MARTÍN, DETENTE!! -digo, a todo pulmón, para detener la pelea. -Ni se te ocurra seguir con esto, ya me golpeaste, deja el maldito problema hasta acá.

Martín se congela y con cara de culpa me mira para luego mirar hacia el suelo.

Podía notar que se sentía arrepentido.

Me vuelve a mirar y comienza a disculparse.

-De verdad lo siento Cata, no quería hacerte daño -dice Martín, con la voz temblorosa.

No le respondo.

Aprieto los puños por la rabia, rápidamente me acerco a Caleb, tomo su mano y nos dirigimos a la salida.

Estábamos llegando a la puerta de entrada, cuando Caleb comienza a hablar.

-Cata espera... -dice Caleb, intentando detenerme.

No le hago caso y continuo caminando enojada.

-CATALINA POR FAVOR ESPERA! -grita Caleb, ya más que frustrado.

Me detengo de golpe en la puerta de entrada, me doy vuelta hacia él y lo miro tristemente.

Caleb se acerca hacia mí, acaricia suavemente mi mejilla herida, mientras me mira a los ojos dulcemente.

-Cata, lo siento tanto, no quería que esto sucediera -dice, arrepentido.

-No te preocupes -digo, con la voz temblorosa a punto de llorar.

-Cata... -dice, acercándose para abrazarme.

Me encierra en un abrazo y comienzo a llorar.

Estaba asustada, había recibido un golpe por culpa de una pelea que ni siquiera era mía.

Solo quería ayudar.

Me sentía indefensa, idiota, tonta y un poco intrusa.

No podía dejar de llorar.

Caleb me mantenía en sus brazos fuertemente como si quisiera protegerme del mundo.

No quería más problemas.

Yo, enredada por mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora