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Los gritos y aplausos seguían, Vega seguía observando a Harry en el aire, mientras acariciaba a Wen, quien con los gritos se metía en el sombrero puntiagudo de Vega, quien se lo habia quitado del cabello.

—Mantenerse fuera de los problemas ya es algo —dijo Hagrid, cogiendo sus binoculares y fijándolos en la manchita que era Harry.

Por encima de ellos, Harry volaba sobre el juego, esperando alguna señal de la snitch. Eso era parte del plan que tenían con Wood.

—Manténte apartado hasta que veas la snitch —le había dicho Wood—. No queremos que ataques antes de que tengas que hacerlo.

Cuando Angelina anotó un punto, Harry dio unas volteretas para aflojar la tensión, y volvió a vigilar la llegada de la snitch. En un momento vio un resplandor dorado, pero era el reflejo del reloj de uno de los gemelos Weasley; en otro, una bludger decidió perseguirlo, como si fuera una bala de cañón, pero Harry la esquivó y Fred Weasley salió a atraparla.

—¿Está todo bien, Harry? —tuvo tiempo de gritarle, mientras lanzaba la bludger con furia hacia Marcus Flint.

—Slytherin toma posesión —decía Lee Jordan—. El cazador Pucey esquiva dos bludgers, a los dos Weasley y al cazador Bell, y acelera... esperen un momento... ¿No es la snitch?

Un murmullo recorrió la multitud, mientras Adrian Pucey dejaba caer la quaffle, demasiado ocupado en mirar por encima del hombro el relámpago dorado, que había pasado al lado de su oreja izquierda.

Harry la vio. En un arrebato de excitación se lanzó hacia abajo, detrás del destello dorado. El buscador de Slytherin, Terence Higgs, también la había visto. Nariz con nariz, se lanzaron hacia la snitch... Todos los cazadores parecían haber olvidado lo que debían hacer y estaban suspendidos en el aire para mirar.

Harry era más veloz que Higgs. Podía ver la pequeña pelota, agitando sus alas, volando hacia delante. Aumentó su velocidad y..

Un rugido de furia resonó desde los Gryffindors de las tribunas... Marcus Flint había cerrado el paso de Harry, para desviarle la dirección de la escoba, y éste se aferraba para no caer.

—¡Falta! —gritaron los Gryffindors.

La señora Hooch le gritó enfadada a Flint, y luego ordenó tiro libre para Gryffindor; en el poste de gol. Pero con toda la confusión, la snitch dorada, como era de esperar, había vuelto a desaparecer.

Abajo en las tribunas, Dean Thomas gritaba, al igual que Vega.

—¡Eh, árbitro! ¡Tarjeta roja!

—Esto no es el fútbol, Dean —le recordó Ron—. No se puede echar a los jugadores en quidditch... ¿Y qué es una tarjeta roja?

Hermione observo a Vega quien gritaba como loca.

—¡Falta! ¡Eso no vale! ¡Quitenles puntos! —gritaba Vega enojada.

Pero Hagrid estaba de parte de Dean.

—Deberían cambiar las reglas. Flint ha podido derribar a Harry en el aire.

A Lee Jordan le costaba ser imparcial.

—Entonces... después de esta obvia y desagradable trampa...

—¡Jordan! —lo regañó la profesora McGonagall, haciendo reír a Vega.

—Quiero decir, después de esta evidente y asquerosa falta...

—¡Jordan, no digas que no te aviso...!

—Muy bien, muy bien. Flint casi mata al buscador de Gryffindor, cosa que le podría suceder a cualquiera, estoy seguro, así que penalti para Gryffindor; la coge Spinnet, que tira, no sucede nada, y continúa el juego, Gryffindor todavía en posesión de la pelota.

Vega en Hogwarts: la piedra filosofal [VEH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora