Hagrid habia invitado a los cuatro a su cabaña, Vega tomaba una taza de té fuerte, junto con sus tres amigos.
—Era Snape —explicaba Ron—. Hermione y yo lo vimos. Estaba maldiciendo tu escoba. Murmuraba y no te quitaba los ojos de encima.
—Tonterías —dijo Hagrid, que no había oído una palabra de lo que había sucedido—. ¿Por qué iba a hacer algo así Snape?
Harry, Ron y Hermione se miraron, preguntándose qué le iban a decir.
Harry decidió contarle la verdad.
—Descubrimos algo sobre él —dijo a Hagrid—. Trató de pasar ante ese perro de tres cabezas, en Halloween. Y el perro lo mordió. Nosotros pensamos que trataba de robar lo que ese perro está guardando.
Hagrid dejó caer la tetera.
—¿Qué saben de Fluffy? —dijo.
—¿Fluffy?
—¿Esa cosa tiene nombre? —preguntó Vega confundida.
—Ajá... Es mío... Se lo compré a un griego que conocí en el bar el año pasado... y se lo presté a Dumbledore para guardar...
—¿Sí?—dijo Harry con nerviosismo.
—Bueno, no me preguntén más —dijo con rudeza Hagrid—. Es un secreto.
—Pero Snape trató de robarlo.
—Tonterías —repitió Hagrid—. Snape es un profesor de Hogwarts, nunca haría algo así.
—Entonces ¿por qué trató de matar a Harry? —gritó Hermione.
Los acontecimientos de aquel día parecían haber cambiado su idea sobre Snape.
—Yo conozco un maleficio cuando lo veo, Hagrid. Lo he leído todo sobre ellos. ¡Hay que mantener la vista fija y Snape ni pestañeaba, yo lo vi!
—Les digo que están equivocados —dijo ofuscado Hagrid—. No sé por qué
la escoba de Harry reaccionó de esa manera. ¡Pero Snape no iba a tratar de matar a un alumno! Ahora, escuchenme los cuatro, se están metiendo en cosas que no les conciernen y eso es peligroso. Olvidense de ese perro y olvidad lo que está vigilando. En eso sólo tienen un papel el profesor Dumbledore y Nicolás Flamel...—¡Ah! —dijo Harry—. Entonces hay alguien llamado Nicolás Flamel que está involucrado en esto, ¿no?
Hagrid pareció enfurecerse consigo mismo.
—Eh escuchado ese nombre... No me acuerdo de dónde... —comentó Vega, pensando.
Hagrid aun mas furiosos, echo a los cuatro de su cabaña.
●●●
Se acercaban navidad. Una mañana de mediados de diciembre Hogwarts se descubrió cubierto por dos metros de nieve. El lago estaba sólidamente congelado y los gemelos Weasley fueron castigados por hechizar varias bolas de nieve para que siguieran a Quirrell y lo golpearan en la parte de atrás de su turbante. Las pocas lechuzas que habían podido llegar a través del cielo tormentoso para dejar el correo tuvieron que quedar al cuidado de Hagrid hasta recuperarse, antes de volar otra vez.
Todos estaban impacientes de que empezaran las vacaciones. Mientras que la sala común de Gryffindor y el Gran Comedor tenían las chimeneas encendidas, los pasillos, llenos de corrientes de aire, se habían vuelto helados, y un viento cruel golpeaba las ventanas de las aulas. Lo peor de todo eran las clases del profesor Snape, abajo en las mazmorras, en donde la respiración subía como niebla y los hacía mantenerse lo más cerca posible de sus calderos calientes.
—Me da mucha lástima —dijo Draco Malfoy, en una de las clases de Pociones— toda esa gente que tendrá que quedarse a pasar la Navidad en Hogwarts, porque no los quieren en sus casas.
Mientras hablaba, miraba en dirección a Harry. Crabbe y Goyle lanzaron risitas burlonas. Harry, que estaba pesando polvo de espinas de pez león, no les hizo caso. Por otro lado, Vega defendió a Harry.
—¿Sabes, Malfoy? —habló Vega, observando a Malfoy. Harry la volteo a verla—. Habla más alto, que todavía no tienes razón.
Después del partido de quidditch, Malfoy se había vuelto más desagradable que nunca. Disgustado por la derrota de Slytherin, había tratado de hacer que todos se rieran diciendo que un sapo con una gran boca podía reemplazar a Harry como buscador. Pero entonces se dio cuenta de que nadie lo encontraba gracioso, porque estaban muy impresionados por la forma en que Harry se había mantenido en su escoba. Así que Malfoy; celoso y enfadado, había vuelto a fastidiar a Harry por no tener una familia apropiada.
Era verdad que Harry no iría a Privet Drive para las fiestas. La profesora McGonagall había pasado la semana antes, haciendo una lista de los alumnos que iban a quedarse allí para Navidad, y Harry puso su nombre de inmediato. Y no se sentía triste, ya que probablemente ésa sería la mejor Navidad de su vida. Ron y sus hermanos también se quedaban, porque el señor y la señora Weasley se marchaban a Rumania, a visitar a Charlie. Vega lo penso bastante, pues quería ver algo del calendario en esas vacaciones, pero al final acepto quedarse poniendo de pretexto «Quiero pasar una navidad con mi hermano, por primera vez». Algo raro, ya que Kyle se iba ir con lo Diggory.
Cuando abandonaron los calabozos, al finalizar la clase de Pociones, encontraron un gran abeto que ocupaba el extremo del pasillo. Dos enormes pies aparecían por debajo del árbol y un gran resoplido les indicó que Hagrid estaba detrás de él.
—Hola, Hagrid. ¿Necesitas ayuda? —preguntó Ron, metiendo la cabeza entre las ramas.
—No, va todo bien. Gracias, Ron.
—¿Te importaría quitarte de en medio? —La voz fría y gangosa de Malfoy llegó desde atrás—. ¿Estás tratando de ganar algún dinero extra, Weasley?Supongo que quieres ser guardabosques cuando salgas de Hogwarts... Esa choza de Hagrid debe de parecerte un palacio, comparada con la casa de tu familia.
Ron se lanzó contra Malfoy justo cuando aparecía Snape en lo alto de las escaleras.
—¡WEASLEY!
Ron soltó el cuello de la túnica de Malfoy.
—Lo han provocado, profesor Snape —dijo Hagrid, sacando su gran cabeza peluda por encima del árbol—. Malfoy estaba insultando a su familia.
—Lo que sea, pero pelear está contra las reglas de Hogwarts, Hagrid —dijo Snape con voz amable—. Cinco puntos menos para Gryffindor; Weasley, y agradece que no sean más. Y ahora marchense todos.
Malfoy, Crabbe y Goyle pasaron bruscamente, sonriendo con presunción. Vega, al ver que Snape se había ido, empujo a Malfoy por atras, para luego irse con Ron, Hermione, Harry y Hagrid.
—Voy a atraparlo —dijo Ron, sacando los dientes ante la espalda de Malfoy—. Uno de estos días lo atraparé...
—Los detesto a los dos —añadió Harry—. A Malfoy y a Snape.
—Estoy igual —dijo Vega.
—Vamos, arriba el ánimo, ya es casi Navidad —dijo Hagrid—. Los voy a decir qué haremos: vengan conmigo al Gran Comedor; está precioso.
ESTÁS LEYENDO
Vega en Hogwarts: la piedra filosofal [VEH #1]
Fiksi Penggemar"Las estrellas siempre hablan" "¿Cómo sabes cuando hablan?" "Nunca lo sabes. Solo tienes que sentirlo." Vega nunca a tenido una vida feliz, pero poco a poco va viendo que sin importar nada, sus amigos siempre estaran ahí.